lunes, 28 de marzo de 2011

"Sin las mujeres no habrá revolución”

Por IRIS SANSEG
Ante la sociedad tradicional los valores de la modernidad pasaron a ser orientadores de la acción de las élites femeninas. Asumiendo el modelo 

de racionalización cultural, se establecieron nuevos códigos para ordenar las complejas experiencias femeninas cotidianas.
Surge el concepto de genero, el cual se determina fundamentalmente en la diferenciación con el sexo opuesto y las consecuencias sociales que genera, obviando diferencias étnicas o sociales.
Pero, igualarse al hombre significó muchas veces, asumir valores que imponen la razón al sentimiento, en aras del "éxito" profesional o personal y la reafirmación social. Algunos rasgos tradicionales como el atractivo sexual y el aspecto físico prevalecen. Al tiempo que el narcisismo, el individualismo y la competencia desplazan el cariño la amistad y la solidaridad. 
El dilema de establecer en tiempos globales un modelo de mujer nos retrotrae al modelo de la mujer media sin nombre que trasiega con jarras, fuentes y ollas, unta la mantequilla y corta pedacitos de queso mientras su mente se pierde en ensueños...... mujeres sin ninguna prominencia social que no son heroínas nacionales, ni intelectuales, ni ministras, protagonizan el acontecimiento decisivo de la patria.
Esta cualidad existencial de lo femenino, se enriquece en los espacios de solidaridad que construyen mujeres - madres - padres , líderes de las comunidades ( sostienen el hogar y son jefes de familia en once de cada 20 hogares en situación de pobreza,). Allí se combinan racionalidad y sentimiento, encabezando proyectos organizativos para mejorar la calidad de sus entornos colectivos. 
El lema ya clásico “sin las mujeres no habrá revolución” se ha ido repitiendo en diferentes ocasiones en las que la lucha por los derechos sociales de la clase trabajadora ha ido de la mano de la lucha por la liberación de la mujer.
En los momentos en los que los pueblos se han levantado en contra de la tiranía y el capitalismo, nosotras hemos sido protagonistas de los movimientos de emancipación. Sin embargo, en nuestra sociedad sigue dominando la imagen de la mujer pasiva. ¿Cuántas revoluciones más harán falta para eliminar este estereotipo?

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