Hablando de Libia...
¡Chávez!, ahora vienen por nosotros
Por: Germán Ramírez Gil
Un viejo dicho popular me hizo reflexionar mucho ante los acontecimientos que se vienen desarrollando este primer trimestre del 2011, y es que a través de la cultura popular, y su muy sincera, despreocupada, muchas veces desparpajada y descarnada forma de enseñar y de crear, conseguimos —en su cotidianidad— sin saberlo y muchas veces sabiéndolo pero no queriéndole dar importancia, grandes respuestas o soluciones a ciertos problemas que en un ámbito académico sería muy problematizado.
Realmente el dicho es muy sencillo “cuado veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”, podríamos decir que los países que conforman la OPEP de alguna forma son vecinos nuestros, por lo menos vecinos comerciales. Sin embargo el peso de ser un país con mucho petróleo, con gran cantidad de agua y minerales, con una sustanciosa reserva de gas, hacer de Venezuela un blanco muy jugoso para las transnacionales petroleras que son las que realmente dirigen la guerra, meterse con una de las siete hermanas (ExxonMobil, Shell, Standard Oil of New York, Chevron, Gulf Oil Corporation y Texaco, casualmente pertenecen a EEUU, Reino Unido y Países Bajos) como llaman coloquialmente en el mundo tecnocrático y super inalcanzable de la sabiduría petrolera, o tropezarse en su camino de intereses, es estar en un problema muy grande de latente guerra comercial y cuando ya la diplomacia y el comercio no logran su cometido, su carta final es la guerra armada.
Entonces no es casualidad que la crisis mundial del capitalismo haya acelerado la guerra en el Medio Oriente, tierra muy rica en petróleo, al igual que en el norte de África, específicamente Libia, que también es muy rica en agua para un continente tan árido como el africano. Creer que nuestra realidad como venezolanos está muy lejos de aquello es estar perdido en un bosque como alguna vez dijo el comandante Fidel refiriéndose a esas y esos que no entendían y no creían en la lucha de clases. Pues Venezuela la Patria querida está más cerca de esa realidad Libia que la misma Irán.
En momentos como este podemos entender fácilmente lo clave del trabajo ideológico de la derecha venezolana en los cuarenta años de democracia imperial, más aún de esa PDVSA que alejó a su pueblo de todo lo que corresponde al tema energético y por sobre todo el tema petrolero, nuestro principal sustento, con una falsa nacionalización donde el pueblo no tuvo participación, como sí ocurrió con otros países. Por eso Libia no está lejos, Irán no está lejos, Palestina no está lejos y sobre todo con una Israel que nos tiene el ojo bien pero bien puesto y su hermoso Mosad que opera en Venezuela a la par de la propia CIA, aunque usted no lo crea. Siria comienza a sufrir los embates de esta empeñada conquista del petróleo del Medio Oriente. Irak, sencillamente su pueblo pasa la resaca de la terrible invasión que allí se produjo, tampoco está lejos, sin embargo el pueblo palestino es el que más me preocupa, pues literalmente lo quieren desaparecer, como a lo mejor alguna vez Hitler quiso hacerlo con los judíos, excusa que les ha servido para matar a centenares de niños y niñas, mujeres y hombres. No estamos nada lejos si entendemos que el creador de la OPEP —organización que da muchos dolores de cabeza al imperio petrolero— fue impulsada y me atrevería decir que creada por un venezolano.
Un día vi un documental donde un pescador cubano después de recordar sus aventuras con el gran escritor Ernest Hemingway por la isla, termina diciendo una frase que nunca olvidaré, el viejo dijo que los Estados Unidos le habían hecho tanto daño al mundo, que su territorio algún día quedaría reducido a un tamaño menor que el de la propia isla de Cuba. Realmente no sé cuándo llegará ese día que tantas personas en el mundo anhelan, lo que sí sé es que mi país está entre los planes imperiales como un objetivo importante por sus recursos naturales y ahora más cuando el petróleo se vuelve la energía principal después que el tsunami de Japón demostró los grandes riesgos que se corren con la energía nuclear. Miedo a morir todos lo podemos tener, sin embargo me da mucho más miedo que nuestros hijos no puedan tener un mundo mejor, más justo, libre, una Venezuela no colonial, eso me llevaría a luchar por ella de algún modo, así sea como algunos camaradas de Libia tan dignos en sus protestas tomando las calles con esos tambores, con esa música tan africana que incitan el valor y la sonrisa que caracterizan a los pueblos oprimidos cuando estamos apunto de ir a la batalla. No sé cuándo será el fin del imperio norteamericano, puede ser que esté cerca, puede ser que también esté cerca el nacimiento de otros imperios, lo que sí creo ardorosamente es que el día que le toque a Venezuela enfrentar a esa potencia militar para defender nuestra soberanía, solo podrían pasar dos cosas o su derrota es aplastante al punto que no nos quede otra salida que comenzar de nuevo, desde cero; o nuestras raíces como pueblo bolivariano salen a flote en su peor crisis, esas raíces que celebran este año su bicentenario y despiertan en nosotros esos legendarios guerreros que una vez aplastaron al imperio español y salieron verdaderamente a libertar el sur de América y el Departamento de Estado norteamericano se llevé un revés inesperado que sea el eslabón que dé comienzo a la caída del imperio más grande en la historia del mundo.
Para finalizar los dejo con un poema de mi querido poeta y compadre Alejandro Silva, pues creo que palestina está más cerca de lo que nosotros imaginamos.
77german@gmail.com
Realmente el dicho es muy sencillo “cuado veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”, podríamos decir que los países que conforman la OPEP de alguna forma son vecinos nuestros, por lo menos vecinos comerciales. Sin embargo el peso de ser un país con mucho petróleo, con gran cantidad de agua y minerales, con una sustanciosa reserva de gas, hacer de Venezuela un blanco muy jugoso para las transnacionales petroleras que son las que realmente dirigen la guerra, meterse con una de las siete hermanas (ExxonMobil, Shell, Standard Oil of New York, Chevron, Gulf Oil Corporation y Texaco, casualmente pertenecen a EEUU, Reino Unido y Países Bajos) como llaman coloquialmente en el mundo tecnocrático y super inalcanzable de la sabiduría petrolera, o tropezarse en su camino de intereses, es estar en un problema muy grande de latente guerra comercial y cuando ya la diplomacia y el comercio no logran su cometido, su carta final es la guerra armada.
Entonces no es casualidad que la crisis mundial del capitalismo haya acelerado la guerra en el Medio Oriente, tierra muy rica en petróleo, al igual que en el norte de África, específicamente Libia, que también es muy rica en agua para un continente tan árido como el africano. Creer que nuestra realidad como venezolanos está muy lejos de aquello es estar perdido en un bosque como alguna vez dijo el comandante Fidel refiriéndose a esas y esos que no entendían y no creían en la lucha de clases. Pues Venezuela la Patria querida está más cerca de esa realidad Libia que la misma Irán.
En momentos como este podemos entender fácilmente lo clave del trabajo ideológico de la derecha venezolana en los cuarenta años de democracia imperial, más aún de esa PDVSA que alejó a su pueblo de todo lo que corresponde al tema energético y por sobre todo el tema petrolero, nuestro principal sustento, con una falsa nacionalización donde el pueblo no tuvo participación, como sí ocurrió con otros países. Por eso Libia no está lejos, Irán no está lejos, Palestina no está lejos y sobre todo con una Israel que nos tiene el ojo bien pero bien puesto y su hermoso Mosad que opera en Venezuela a la par de la propia CIA, aunque usted no lo crea. Siria comienza a sufrir los embates de esta empeñada conquista del petróleo del Medio Oriente. Irak, sencillamente su pueblo pasa la resaca de la terrible invasión que allí se produjo, tampoco está lejos, sin embargo el pueblo palestino es el que más me preocupa, pues literalmente lo quieren desaparecer, como a lo mejor alguna vez Hitler quiso hacerlo con los judíos, excusa que les ha servido para matar a centenares de niños y niñas, mujeres y hombres. No estamos nada lejos si entendemos que el creador de la OPEP —organización que da muchos dolores de cabeza al imperio petrolero— fue impulsada y me atrevería decir que creada por un venezolano.
Un día vi un documental donde un pescador cubano después de recordar sus aventuras con el gran escritor Ernest Hemingway por la isla, termina diciendo una frase que nunca olvidaré, el viejo dijo que los Estados Unidos le habían hecho tanto daño al mundo, que su territorio algún día quedaría reducido a un tamaño menor que el de la propia isla de Cuba. Realmente no sé cuándo llegará ese día que tantas personas en el mundo anhelan, lo que sí sé es que mi país está entre los planes imperiales como un objetivo importante por sus recursos naturales y ahora más cuando el petróleo se vuelve la energía principal después que el tsunami de Japón demostró los grandes riesgos que se corren con la energía nuclear. Miedo a morir todos lo podemos tener, sin embargo me da mucho más miedo que nuestros hijos no puedan tener un mundo mejor, más justo, libre, una Venezuela no colonial, eso me llevaría a luchar por ella de algún modo, así sea como algunos camaradas de Libia tan dignos en sus protestas tomando las calles con esos tambores, con esa música tan africana que incitan el valor y la sonrisa que caracterizan a los pueblos oprimidos cuando estamos apunto de ir a la batalla. No sé cuándo será el fin del imperio norteamericano, puede ser que esté cerca, puede ser que también esté cerca el nacimiento de otros imperios, lo que sí creo ardorosamente es que el día que le toque a Venezuela enfrentar a esa potencia militar para defender nuestra soberanía, solo podrían pasar dos cosas o su derrota es aplastante al punto que no nos quede otra salida que comenzar de nuevo, desde cero; o nuestras raíces como pueblo bolivariano salen a flote en su peor crisis, esas raíces que celebran este año su bicentenario y despiertan en nosotros esos legendarios guerreros que una vez aplastaron al imperio español y salieron verdaderamente a libertar el sur de América y el Departamento de Estado norteamericano se llevé un revés inesperado que sea el eslabón que dé comienzo a la caída del imperio más grande en la historia del mundo.
Para finalizar los dejo con un poema de mi querido poeta y compadre Alejandro Silva, pues creo que palestina está más cerca de lo que nosotros imaginamos.
77german@gmail.com
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