Por: Alexis Adarfio Marín
I
A pesar de los grandes esfuerzos realizados por el gobierno revolucionario del Camarada Chávez para acabar con la especulación; con la perversidad en la distribución de la producción, fundamentalmente de alimentos y materiales de construcción; con el modo fraudulento que tiene a Fedecamaras como estandarte, está sigue “vivita y coleando”.
A pesar de la Ley Especial de Defensa Popular contra el Acaparamiento, la Especulación, el Boicot y cualquier otra conducta que afecte el consumo de los alimentos o productos sometidos a control de precios.
A pesar del INDEPABIS.
A pesar de la expropiación de Éxito, Cada, Koma y Friosa, entre otros monopolios.
A pesar de la expropiación de Sidor y Cemex.
A pesar de la expropiación de Aceites Diana, Lácteos Los Andes, los Centrales Azucareros de Sucre, Táchira, Portuguesa y Carabobo.
A pesar de la expansión de Mercal, Pdval y Ferresidor.
A pesar de haber eliminado la Pesca de Arrastre.
A pesar de la expropiación de la distribuidora de insumos e implementos agrícolas Agroisleña.
Pese a eso y mas, la especulación sigue vigente por dos razones contrapuestas: la movilización de la oligarquía para aumentar su patrimonio personal que también llaman Producto Interno Bruto (PIB); y la otra, la desmovilización de la clase trabajadora.
II
Todo lo que haga el gobierno del Camarada Chávez será en vano, si la clase trabajadora; industrial, campesina y pesquera, que produce y tiene poder de compra, no se organiza para su defensa y por el bienestar de la población, si no derrota a la especulación para consumir y disfrutar de los productos (del campo, el mar o la fábrica) elaborados y obtenidos su patrimonio publico. Tierras fértiles, mares, ríos, petróleo, hierro, aluminio, madera, empresas públicas y banca pública es de todos y todas. Hay derecho a consumir lo que se produce con ello y a disfrutar de la riqueza que generan, solo falta el poder popular.
¡Ahora Venezuela es de Todos!
La escasa organización de la clase trabajadora heredada de la “cuarta”, está limitada a los sindicatos, anclada al problema salarial particular, distanciada de los Consejos Comunales y fragmentada como clase social (media, popular, marginal). Claro, con algunas excepciones que recién están activando la filosofía del Control Obrero.
La Clase desmovilizada, es una presa fácil para Fedecamaras.
De nada sirve que mejoren los salarios, tener prestaciones de toda una vida produciendo, Comisariatos, Cesta Ticket y Bono Alimentario, ser incluidos en el plan socialista de Pensiones y Jubilaciones, gozar del subsidio en MERCAL, la regulación en PDVAL; el dinero no alcanza porque la inflación se lo come todo para defecarlo en los bolsillos del oligarca especulador.
¡Acabemos con la especulación!.
III
No queda otra opción, que salir a combatir la especulación mas allá del portón de la empresa, del conuco, granja, fundo o peñero para garantizar que los trabajadores y el resto del pueblo consumamos lo que producimos para satisfacer necesidades humanas.
La batalla tiene varios frentes:
Los trabajadores y las trabajadoras de Aceite Diana, Lácteos Los Andes, Sidor, Cemex, Sardinas La Gaviota y Centrales Azucareros eliminando las ventas por “los cupos” a la oligarquía. Haciendo Contraloría Social para lleguen con precios justos y solidarios a las manos del pueblo. Articulándose con las redes socialistas de distribución comunal.
Los trabajadores y las trabajadoras de Bicentenario, Koma, Friosa, Mercal y Pdval surtiéndose de las empresas socialistas, desligándose de las empresas capitalistas. Eliminando la sobrefacturación y las comisiones. Creando redes comunales de distribución, que supere el desorden de los operativos callejeros.
Los trabajadores y las trabajadoras de Sidor, Cemex y Ferresidor produciendo en Pertigale, Cumarebo, San Sebastián, Trenes de Barras y Alambrón. Acabando con los cupos del cemento y la cabilla. Entregando los productos al pueblo y no a la rosca ferretera.
Los campesinos y campesinas, los pescadores y pescadoras administrando sus centros de acopio, distribuyendo sus productos a las redes socialistas y las organizaciones comunales.
El resto del Pueblo, empleado o desempleado, organizándose en cooperativas de consumo en las Empresas Básicas o Proveedurías Comunales para tener productos sin intermediarios.
Vamos a la batalla uniendo, el potencial económico de los trabajadores y trabajadoras industriales, por ejemplo, 50.000 trabajadores de las empresas básicas de Guayana que de manera dispersa compran 100.000 litros de aceite, 300.000 kilos de leche y que juntos suman mas de 80 millones de Bolívares Fuertes en Canasta Alimenticia mensual; con el potencial productivo de las empresas expropiadas y nacionalizadas, campesinado y pesquero: los millones de kilos de leche y 4 millones de litros de aceite que producen al mes Lácteos Los Andes y Aceites Diana; con la organización comunal urbana, rural e indígena que tiene sus Comités de Alimentación.
Hacia el Frente Socialista por la Seguridad y Soberanía Alimentaria
¡Toda la Patria bajo Control Obrero!
aadarfio@hotmail.com
I
A pesar de los grandes esfuerzos realizados por el gobierno revolucionario del Camarada Chávez para acabar con la especulación; con la perversidad en la distribución de la producción, fundamentalmente de alimentos y materiales de construcción; con el modo fraudulento que tiene a Fedecamaras como estandarte, está sigue “vivita y coleando”.
A pesar de la Ley Especial de Defensa Popular contra el Acaparamiento, la Especulación, el Boicot y cualquier otra conducta que afecte el consumo de los alimentos o productos sometidos a control de precios.
A pesar del INDEPABIS.
A pesar de la expropiación de Éxito, Cada, Koma y Friosa, entre otros monopolios.
A pesar de la expropiación de Sidor y Cemex.
A pesar de la expropiación de Aceites Diana, Lácteos Los Andes, los Centrales Azucareros de Sucre, Táchira, Portuguesa y Carabobo.
A pesar de la expansión de Mercal, Pdval y Ferresidor.
A pesar de haber eliminado la Pesca de Arrastre.
A pesar de la expropiación de la distribuidora de insumos e implementos agrícolas Agroisleña.
Pese a eso y mas, la especulación sigue vigente por dos razones contrapuestas: la movilización de la oligarquía para aumentar su patrimonio personal que también llaman Producto Interno Bruto (PIB); y la otra, la desmovilización de la clase trabajadora.
II
Todo lo que haga el gobierno del Camarada Chávez será en vano, si la clase trabajadora; industrial, campesina y pesquera, que produce y tiene poder de compra, no se organiza para su defensa y por el bienestar de la población, si no derrota a la especulación para consumir y disfrutar de los productos (del campo, el mar o la fábrica) elaborados y obtenidos su patrimonio publico. Tierras fértiles, mares, ríos, petróleo, hierro, aluminio, madera, empresas públicas y banca pública es de todos y todas. Hay derecho a consumir lo que se produce con ello y a disfrutar de la riqueza que generan, solo falta el poder popular.
¡Ahora Venezuela es de Todos!
La escasa organización de la clase trabajadora heredada de la “cuarta”, está limitada a los sindicatos, anclada al problema salarial particular, distanciada de los Consejos Comunales y fragmentada como clase social (media, popular, marginal). Claro, con algunas excepciones que recién están activando la filosofía del Control Obrero.
La Clase desmovilizada, es una presa fácil para Fedecamaras.
De nada sirve que mejoren los salarios, tener prestaciones de toda una vida produciendo, Comisariatos, Cesta Ticket y Bono Alimentario, ser incluidos en el plan socialista de Pensiones y Jubilaciones, gozar del subsidio en MERCAL, la regulación en PDVAL; el dinero no alcanza porque la inflación se lo come todo para defecarlo en los bolsillos del oligarca especulador.
¡Acabemos con la especulación!.
III
No queda otra opción, que salir a combatir la especulación mas allá del portón de la empresa, del conuco, granja, fundo o peñero para garantizar que los trabajadores y el resto del pueblo consumamos lo que producimos para satisfacer necesidades humanas.
La batalla tiene varios frentes:
Los trabajadores y las trabajadoras de Aceite Diana, Lácteos Los Andes, Sidor, Cemex, Sardinas La Gaviota y Centrales Azucareros eliminando las ventas por “los cupos” a la oligarquía. Haciendo Contraloría Social para lleguen con precios justos y solidarios a las manos del pueblo. Articulándose con las redes socialistas de distribución comunal.
Los trabajadores y las trabajadoras de Bicentenario, Koma, Friosa, Mercal y Pdval surtiéndose de las empresas socialistas, desligándose de las empresas capitalistas. Eliminando la sobrefacturación y las comisiones. Creando redes comunales de distribución, que supere el desorden de los operativos callejeros.
Los trabajadores y las trabajadoras de Sidor, Cemex y Ferresidor produciendo en Pertigale, Cumarebo, San Sebastián, Trenes de Barras y Alambrón. Acabando con los cupos del cemento y la cabilla. Entregando los productos al pueblo y no a la rosca ferretera.
Los campesinos y campesinas, los pescadores y pescadoras administrando sus centros de acopio, distribuyendo sus productos a las redes socialistas y las organizaciones comunales.
El resto del Pueblo, empleado o desempleado, organizándose en cooperativas de consumo en las Empresas Básicas o Proveedurías Comunales para tener productos sin intermediarios.
Vamos a la batalla uniendo, el potencial económico de los trabajadores y trabajadoras industriales, por ejemplo, 50.000 trabajadores de las empresas básicas de Guayana que de manera dispersa compran 100.000 litros de aceite, 300.000 kilos de leche y que juntos suman mas de 80 millones de Bolívares Fuertes en Canasta Alimenticia mensual; con el potencial productivo de las empresas expropiadas y nacionalizadas, campesinado y pesquero: los millones de kilos de leche y 4 millones de litros de aceite que producen al mes Lácteos Los Andes y Aceites Diana; con la organización comunal urbana, rural e indígena que tiene sus Comités de Alimentación.
Hacia el Frente Socialista por la Seguridad y Soberanía Alimentaria
¡Toda la Patria bajo Control Obrero!
aadarfio@hotmail.com
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