El Complejo Petrolero, Petroquímico e Industrial General de División José Antonio Anzoátegui, ubicado en las afueras la ciudad de Barcelona, en la zona oriental del país, ha registrado daños ecológicos y un incremento de las enfermedades respiratorias en sus adyacencias.
La zona se ha visto afectada porque las 15.000 toneladas de coque que allí se producen a diario están quedando estancadas en los patios de almacenamiento, como consecuencia de que el mecanismo empleado para su habitual traslado se dañó y no lo han reparado por falta de presupuesto, según indicó una fuente oficial de la Industria petrolera (PDVSA).
El coque, subproducto generado a partir del proceso de refinación del petróleo, que puede ser aprovechado con fines energéticos. Pero su alto contenido de azufre y otros elementos, en cantidades industriales, puede ocasionar problemas ambientales y de salud.
El incremento del material acumulado llamó la atención de los habitantes de la zona. Muchos de ellos se han quejado ante los medios de comunicación regionales, que reseñan que la gente tiene que convivir en un ambiente impregnado de un polvillo negro, cuyo olor que emana de las plantas cercanas a sus hogares, es insoportable.
Según expertos ambientales, esas partículas que están en el aire y que son levantadas cuando corre la brisa marina, deben ser sometidas a una evaluación para detectar su tamaño y así saber qué tan peligrosas son.
“El tamaño crítico de estas partículas es de 10 micras. Aquí está el primer problema, y por eso hay que saber su tamaño; mientras más pequeñas sean, es peor, porque pueden entrar fácilmente en el tracto respiratorio”, apuntan.
El segundo problema que señala es que el coque tiene valores muy elevados de vanadio y níquel, los cuales son “una amenaza para el ambiente y generan altos niveles de contaminación en el aire”
Miembros de la Comisión de Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático de la Asamblea Nacional están interesados en evaluar las consecuencias ecológicas de la situación porque ya han recibido algunas quejas formales.
Manuel Briceño, vicepresidente de la comisión, señala la necesidad de hacer una evaluación junto a las comisiones de Energía y Petróleo y la de Ciencia, Tecnología e Innovación, para montar mesas de trabajo donde puedan estar los actores involucrados y las autoridades competentes.
“Es el Ministerio del Ambiente el que debería hacer seguimiento y monitoreo de esa situación. Nosotros haremos lo que podamos y trataremos de poner sobre la mesa la naturaleza real del problema y evaluar algunas posibles soluciones” manifestó ante los medios de comunicación.
Gustavo Carrasquel | ANCA24
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