miércoles, 18 de mayo de 2011


Los desafios del gran Polo Patriótico
Por: Vicente Piña 

El pasado 30 de abril, se llevó a efecto, en la sede de la Dirección Nacional del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), la segunda reunión preparatoria del Polo Patriótico. En esa reunión, se acordó avanzar en la definición de la estructura del equipo promotor del Polo Patriótico, con mira hacia la realización de un encuentro de todos los movimientos bolivarianos, donde  se acordarían los objetivos y lineamientos de esta nueva iniciativa. 

El propósito de este equipo es construir un gran frente sociopolítico, capaz de articular las distintas fuerzas nacionalistas, antiimperialista y revolucionarias, y reforzar la unidad y el poder popular para profundizar la revolución bolivariana, teniendo como eje conductor el liderazgo indiscutible del Presidente Hugo Chávez Frías. 
El relanzamiento del Polo Patriótico ( Gran Polo Patriótico, como lo ha sido identificado por el Presidente Chávez), en esta etapa del proceso revolucionario, es parte de las acciones correctivas que el Comandante Chávez ha tomado a raíz de los resultados electorales del pasado 26 de septiembre de 2010, donde la oposición reaccionaria logró conquistar importantes espacios en el parlamento nacional. Quedó demostrado que en nuestra realidad política nacional, el proceso de transformación socialista de carácter democrático, pacífico y participativo, la tarea de la conducción política revolucionaria no puede recaer en un solo partido político. 
La falta del sentido de la unidad y la mezquindad por parte de los dirigentes del PSUV que condujeron la política de alianza, contribuyeron con la pérdida electoral en algunos estados, donde las fuerzas bolivarianas participaron divididas. En Caracas (Distrito Capital), considerada bastión del chavismo, se perdió un diputado lista por 700 votos, donde el MEP obtuvo 5.000 votos; en Guarico, por estrecha diferencia de 239 votos, la oposición le arrebató al chavismo un diputado, que se pudo haber evitado con los 400 votos que secó el MEP; lo mismo ocurrió en otros estados donde la alianza socialista se presentó incompleta y excluyente. 
Con una base de apoyo político fragmentada y dispersa, será difícil sostener en el poder al Comandante Chávez  y, mucho menos, darle continuidad al proceso revolucionario bolivariano. Ante la arremetida de la oposición recalcitrante, se hace necesario la reagrupación de todas las fuerzas políticas y sociales que respaldan el proceso de cambio bolivariano. 
En este sentido, la convocatoria del Comandante Chávez para constituir el Gran Polo Patriótico, responde a una necesidad estratégica que no busca focalizarse en asuntos estrictamente electorales, tomando en cuente solamente la fortaleza electoral de cada partido o movimiento político que respalda al Presidente Chávez. A juicio del MEP, el Polo Patriótico debe funcionar como una dirección colectiva, en la cual, sin sectarismos, y sin imposiciones, se discutan y aprueben las decisiones políticas, respetando la diversidad ideológica, y se promueva el debate crítico constructivo, de modo que el proceso bolivariano sea “ más grande, más profundo, más luminoso y verdadero..” como lo sugiere el Comandante Chávez. 
Sin embargo, la construcción del Polo Patriótico, en esta nueva etapa, debe ser cualitativamente diferente al Polo Patriótico de los años 90 y, por consiguiente, diferente también de los comandos de campañas que se activaron en las últimas elecciones nacionales. En el caso del primer Polo Patriótico, éste se constituyó como un frente electoral, con un programa de gobierno alternativo anti-neoliberal para confrontar el programa económico neoliberal, expresado en la llamada “Agenda Venezuela” del gobierno de Rafael Caldera.  
Ese Polo Patriótico se convirtió en una fuerza política electoral para conquistar el poder del Estado e iniciar la revolución bolivariana, pero al final no paso de ser una maquinaria electoral y clientelar de carácter coyuntural. Una vez logrado su cometido electoral en 1998, se disolvió dejando la tarea de la conducción política del proceso revolucionario al Movimiento Quinta República (MVR) y demás partidos aliados, que se ocuparon básicamente de la gestión administrativa de la política en busca de cuotas de poder y de movilizar la militancia con fines electorales. 
El nuevo Polo Patriótico, no sólo debe ser un gran frente sociopolítico nacionalista, anti-neoliberal, anti-imperialista, socialista y bolivariano, sino también, instrumento real y efectivo del poder popular. Debe permitir la conformación de espacios de participación y dirección colectiva y democrática, donde tengan cabida todas las organizaciones sociales, políticas, culturales, pequeños y medianos empresarios, gremios profesionales, grupos  ambientalistas y movimientos étnicos, comprometidos con el proceso de cambio socialista bolivariano. 
Lo anterior supone enfrentar la vieja cultura capitalista que sigue arraigada en las instituciones del Estado y de la sociedad, impidiendo el avance de la revolución bolivariana. De allí la necesidad que el Polo Patriótico asuma la función de vigilancia y control social del proceso revolucionario, para atacar el oscurantismo de la corrupción, las trabas del burocratismo y la ineficiencia de la gestión pública bolivariana. 
Si este gran frente sociopolítico no logra minimizar las prácticas perversas de la vieja cultura capitalista (corrupción, burocratismo, ineficiencia administrativa e inseguridad ciudadana), todo lo que pueda hacer el gobierno bolivariano en el campo de las políticas sociales será insuficiente para mantener al Comandante Chávez en el poder y continuar con el proceso revolucionario bolivariano. 
Una tarea desafiante para el Gran Polo Patriótico tiene que ver con la lucha por instituir la cultura socialista, basada en la ética  y moral revolucionaria, lo que implica, agudizar las contradicciones de este proceso revolucionario entre democracia representativa y participativa, entre reformismo y revolución, y cuestionar la dirigencia “chavista” reformista que ejerce funciones de mando, tanto en el gobierno, como en el propio PSUV. 
Conviene resaltar que la constitución del Gran Polo Patriótico no debe considerarse como una instancia del Estado, o apéndice de éste; en lo absoluto. Este frente actuará como un nuevo espacio de mediación entre el Estado revolucionario y la sociedad para canalizar las demandas y necesidades del pueblo; no deberá orientarse por prácticas burocráticas, clientelares y sectarias, sino por principios socialistas, en base a los preceptos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sus leyes y el Proyecto Nacional Simón Bolívar que rigen el desarrollo político, económico y social de la nación, transitando el camino hacia la Liberación Nacional y la Democracia Socialista. 
  

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