martes, 24 de julio de 2018

SI ESA MARCHA PUDIERA, QUE ADMIRABLE SERÍA.
Rafael Pompilio Santeliz.
Pareciera que la Marcha Campesina Admirable, podria ser un punto de ignición, un llamado de los Hombres de la tierra a que trascendamos querellas y nos unamos en un Frente de integración revolucionaria, que lleve a cabo las tareas que un Estado burgués no puede lograr.
Las condiciones subjetivas y objetivas están dadas. Subjetivas por estar y seguir en este proceso que consideramos irreversible y por estar convencidos que con el capitalismo no es la cosa. Infructuosamente se han dado todas las pruebas de lealtad posible para continuarlo y radicalizarlo. Y objetivas por todas las necesidades insatisfechas, innecesarias de detallar, pero que se observan en la casi transparencia de los cuerpos de los cuadros imprescindibles, mientras otros, muy horondos, engruesan sus barrigas exibisionistas. Amor con hambre no dura, dice el pueblo, y se decidió a andar en esa marcha de gigantes, como daría Fidel. Esta convergencia daría condiciones de cambiar todo el juego hasta ahora llevado. Cuando los de arriba no pueden y los de abajo no quieren (seguir en el mismo asuntico) se dan las condiciones para el cambio revolucionario, dice una categoría marxista.
Decenas de colectivos e individualidades en todo el ámbito territorial, se unen. Vanguardias múltiples trascienden sus propios aparatos organizativos, poniendo en duda la existencia de un Partido revolucionario, toman sus propias iniciativas de organización y coordinación para esperar esta marcha admirable, de los que se decidieron a caminar para acercarse a la utopía posible. Independientemente de algunos camastrotes arribistas que emergen queriendo liderizar oportunistanente para salir a flote, desde la exterioridad del conflicto social y productivo, hasta partidos organizados que nunca creyeron que una chispa pudiera incendiar la pradera, y que toda movilización debía ser "más organizada, simultánea y masiva".
La implosion viene y será interna, para rehacernos por encima de los gansters que ya ni entre ellos se toleran, para seguir robando. En esa ineficiencia estructural no hayan qué negociar para catalizar esta emergencia de sujetos democráticos productivos que, por ahora, solo aspiran con lo elemental de una vida digna. Y es que la dignidad es desbordante. Cualquier migaja será insuficiente cuando un pueblo, que vive del trabajo, lo quiere todo.
Necesaria es una nueva correlación de fuerzas revolucionarias que trasciendan el frentismo patriotero, que sólo busca votos y migajas de poder, por el poder mismo. En la espectativa de ese gran salto estamos pendientes para que surja un movimiento, que poco importaría su nombre, pero que nos agrupe a quienes no hemos creído en partidos policlasistas, que ya han demostrado que no están interesado en el socialismo.

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