Anuncios económicos del 25 de julio: reflexiones e inquietudes tempranas
La noche del miércoles 25 de julio, el presidente Nicolás Maduro en compañía de su gabinete económico y el presidente del BCV, realizó una serie de anuncios en materia económica.
En razón de los mismos, y en el ánimo siempre de brindar herramientas analíticas para la comprensión de nuestros lectores y lectoras, pasamos a enumerar algunas cuestiones que, de manera preliminar y mientras esperamos que se asienten mejor las aguas, nos parece importante como equipo editor de este espacio resaltar y/o precisar, de cara a todo lo que se supone ocurrirá a partir del 20 de agosto próximo:
- En principio, nos parece positiva la comparecencia del Presidente y su equipo económico, pues dada la coyuntura en extremo difícil que atraviesa país, lo último que pueden hacer las autoridades es no aparecer en la escena pública tratando directamente los problemas. El mutismo de las últimas semanas no ayudaba en nada.
- En cuanto al tema de la reconversión: era previsible que se anunciaría un nuevo aplazamiento. Ya habíamos advertido que para la nueva fecha planteada tampoco alcanzarían los tiempos. Ahora, por más que estemos convencidos que la eliminación de ceros es urgente para la simplificación contable, siempre pensamos que dicho aplazamiento sería para finales de año. En primer lugar, porque al menos que ya estén acá todos los billetes y monedas, que no creemos sea el caso, nos parece en extremo difícil –por no decir imposible- que estén a disposición de los bancos y del público para la fecha planteada. E inclusive, si ya están, suponemos que dado que ahora los ceros eliminados son cinco y no tres, muchos sistemas contables deben adaptarse en consecuencia. Recordemos que esta fue una de las principales razones dadas por la Asociación Bancaria para exigirle al gobierno que pospusiera la reconversión que originalmente entraría en vigencia el 4 de junio pasado.
- En segundo lugar, pensábamos se rodaría para finales de año pues así le daría tiempo al gobierno de acompañar la medida con otras que permitieran abordar el problema de los precios, así como atinentes a normalizar el flujo de efectivo en las calles. Pues en lo concreto: de no pararse el proceso hiperinflacionario y no tomar medidas que combatan el contrabando y mercado ilegal de billetes (hoy en su peor momento), la reconversión quedará inutilizada (calculamos que entre finales de este mismo año y principios de otro, suponiendo entre en vigencia la fecha planteada). Particularmente notable fue el silencio en torno al Acuerdo de Precios y el Plan 50. Suponemos que no va. Pero tampoco se dijo si va otra cosa en su lugar o qué.
- De allí en más, con respecto a la reconversión hay varios temas que nos preocupan, pues parecen menores pero no lo son. El primero, es que para el feliz término de una medida como ésta –recordemos el caso exitoso de 2008- el tema pedagógico es importante, lo cual implica que el público no solo debe adaptar sus sistemas contables en sentido estricto (en el caso de los comerciantes, etc.), sino sus sistemas contables mentales, en especial los asalariados-consumidores. En tal virtud, dado que ahora son cinco ceros y no tres, la fecha planteada nos parece aún más corta. Pero adicionalmente, el que sean cinco ceros (impar) agrega complejidades de cálculo que parecen una tontería pero que le amargarán la vida a más de uno y de una a la hora de pagar. En razón de nuestro sistema numérico, era incluso preferible eliminar seis ceros. Lo que le simplificaría a los consumidores y los protegería mejor de los redondeos hacia arriba. Por cierto: ¿cómo quedará ahora el precio de la gasolina? ¿el transporte? etc.
- Por otro lado, la distancia entre el actual cono (los pocos billetes disponibles) y el nuevo es muy grande, en razón de lo cual no podrá plantearse una convivencia transitoria, lo que hace suponer que los actuales billetes ya no circularán a partir del 20 de agosto. Es muy probable que esto agrave aún más el problema actual de efectivo, pues la tendencia será a depositarlos y muchos comerciantes para evitarse ese trance se negaran a recibirlos, lo que por cierto pondrá más presión sobre los medios electrónicos de pago (que ya sabemos que tienen sus deficiencias).
- Por último en lo que a la reconversión concierne: tal y como advertimos en las anteriores oportunidades, de aquí al 20 de agosto los precios acelerarán su crecimiento, pues los comerciantes y empresarios buscarán quedar lo más arriba posible en materia de ceros una vez que tengan que suprimirlos.
- En el caso del anclaje del bolívar soberano al Petro, la primera duda que suscita es que no se sabe exactamente cuál es el estatus actual del Petro, e inmediatamente, en qué consiste dicho anclaje: si es cambiario, monetario, o ambos. Son cosas complementarias y suelen ir juntas pero no son lo mismo. En sentido estricto, anclar el Bolívar Soberano al Petro significa que el valor del primero se establecerá en relación con el segundo. Si el anclaje es cambiario significa que el precio del Bolívar Soberano se establecerá en relación a la cantidad de Petros disponibles o emitidos. Y si es monetaria, significa que la oferta en circulación de los Bolívares Soberanos está sujeta a la cantidad de Petros. En este último caso, el Petro actuaría como una suerte de novedosa y críptica caja de conversión, que entre otras cosas -en teoría- vendría a limitar la emisión monetaria (ya que dependería de los Petros). Cualquiera de estos escenarios nos colocarían en una situación que es necesario abordar en detalle, pero lo que podamos decir sobre esto por ahora es especulativo, pues aún no se sabe cuál es el plan acordado entre el BCV y el Ejecutivo. En cualquier caso, una guía para este tema son las propuestas que al respecto ha realizado el Profesor José Gregorio Piña en su extensa y pedagógica serie sobre El Petro (ver acá).
- En cuanto a los otros temas, las dudas son mayores, pues se requiere ver el contenido. A ver, en cuanto a la reforma de la ley de ilícitos cambiarios, hay que ver en qué consiste antes de hablar de ella, pero con lo poco dicho, suponemos viene a sincerar la no existencia de control cambiario, en razón de lo cual buscará suprimir disposiciones que solo tienen utilidad y sentido en el marco de un control cambiario, que el gobierno ha venido desmontando en razón de lo que llama “un nuevo comienzo económico”.
- Sobre el aumentar las reservas del la República entregándole al BCV el control de un bloque de la faja petrolifera del Orinoco, no vemos dos cosas. En primer lugar, ¿cómo eso contribuye al orden contable del Estado?, en la medida en que pueda plantear un conflicto de competencias entre el BCV y PDVSA, pues al menos que el BCV se ponga a explotar directamente la faja y a vender el petróleo, esa es una competencia de la estatal petrolera. A menos que la delegue a un tercero, lo que complejizaría aún más el asunto. Y en segundo lugar, pensamos que la única manera de que por esa vía se puedan aumentar inmediatamente las reservas es emitiendo títulos de deuda contra ellas, lo que es un tema en sí mismo.
- Sobre los otros asuntos, es cuanto menos extraño se hable del final del modelo rentista e inmediatamente se exonere impuestos a las importaciones del sector privado. Claro que se limita a la importación de bienes de capital y materias primas, lo que se supone estimularía la producción. Pero dado el escenario actual, eso corre el riesgo de traducirse en una nueva transferencia de renta (que no tenemos) al sector privado. Por lo demás, está más que comprobado internacional y particularmente en casos como los nuestros, que los estímulos fiscales ex antes no solo son ineficientes sino costosos. Incluso un trabajo de CELAG, tanque de pensamiento asesor del gobierno en materia económica, así lo denuncia.
- Lo mismo aplica para el tema de transporte: no se entiende bien como al tiempo que el gobierno afirma que la problemática del sector son mafias que incluso están financiadas internacionalmente para efectuar un “paro técnico”, se resuelva hacer un censo del parque existente para seguir financiando al sector. A nuestro modo de ver, debería aprovecharse más bien para avanzar a un sistema público de transporte eficiente, como el que existió en este país hasta no hace mucho (en torno al Sistema Metro) y como existe en todas las ciudades del mundo donde se le da a este tema la centralidad e importancia que merece.
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