Unidad y táctica para la victoria
CAROLINA TEJADA | PACOCOL.ORG
El encuentro más importante de los sectores sociales, democráticos y de la izquierda en el continente, trazó las agendas de unidad para contrarrestar los avances desestabilizadores de la derecha
“Frente al plan del imperialismo de socavar nuestra soberanía y controlar los recursos naturales, apelamos a nuestro espíritu internacionalista con la firmeza y unidad de nuestros nobles pueblos para fortalecer las luchas, y así emanciparnos social, política y económicamente en defensa de la paz”. Así concluyó la declaración del encuentro XXIV del Foro de Sao Paulo que se realizó en La Habana, Cuba, luego de tres días de profundas reflexiones.
Este evento catalogado como el más importante espacio de los partidos políticos y movimientos de izquierda de América Latina y el Caribe, transcurrió durante los días 15, 16 y 17 de julio, y reunió a más de 600 intelectuales, dirigentes destacados y autoridades de América Latina, el Caribe y Asia, Europa y África. Personajes como Evo Morales, Dilma Rousseff, Mónica Valente, Secretaria Ejecutiva del Foro, el presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel, entre otros, integraron el aforo que trazó una agenda por la unidad, además de avizorar la táctica y la estrategia para, de manera renovada, enamorar al continente y sembrar de alternativas políticas las aspiraciones del proyecto emancipatorio regional.
VOZ dialogó con Jaime Caycedo Turriago, Secretario General del Partido Comunista Colombiano, uno de los delegados al evento.
Jaime Caycedo Turriago, Secretario General del PCC en el XXIVl Foro de Sao Paulo.
Según cuenta Jaime, este encuentro además de multitudinario y enriquecedor por la diversidad de sectores sociales y de izquierda, representa la continuidad de una aspiración, “en términos de la fundamentación de un proyecto democrático, internacionalista, manteniendo su percepción de que cada país, cada proceso tiene que desarrollarse con sus dinámicas propias”. Comprendiendo también, que hay temas comunes y “experiencias que deben ser siempre analizadas al calor de lo particular en cada región o país para sacar las mejores enseñanzas en las perspectivas de las luchas que hay en este momento”.
Según cuenta Jaime, este encuentro además de multitudinario y enriquecedor por la diversidad de sectores sociales y de izquierda, representa la continuidad de una aspiración, “en términos de la fundamentación de un proyecto democrático, internacionalista, manteniendo su percepción de que cada país, cada proceso tiene que desarrollarse con sus dinámicas propias”. Comprendiendo también, que hay temas comunes y “experiencias que deben ser siempre analizadas al calor de lo particular en cada región o país para sacar las mejores enseñanzas en las perspectivas de las luchas que hay en este momento”.
El actual contexto de la región, caracterizado en las diferentes mesas temáticas, concluyó según su declaración, en que América Latina y el Caribe viven hoy los efectos de una multifacética ofensiva “reaccionaria, conservadora y restauradora neoliberal, fruto de intereses convergentes y de esfuerzos combinados entre las élites mundiales del capitalismo transnacional, del Gobierno de los EE.UU. como su núcleo hegemónico, y de las clases dominantes aliadas de nuestra región”. Elemento que se enfatiza como el principal motor del retroceso de las fuerzas progresistas y de la izquierda en el continente, ligado principalmente al derrocamiento de gobiernos democráticos, a golpes parlamentarios y judiciales.
Para Jaime, uno de los acentos que hay que mantener frente a este fenómeno, es el de “no temerle al debate que están proponiendo los sectores de la derecha en América Latina, la cual está en una ofensiva, con apoyo y asesoría de la extrema derecha Norteamericana, en ciertos sectores mucho más crudos del Partido Republicano”.
La política exterior de Trump
De acuerdo con la reflexión de Jaime, la política exterior que trata de marcar Trump, “tiene elementos peligrosos, porque no apunta a mejorar la igualdad de los estados nación, ni a brindarle al sistema mundo unas condiciones de equidad para funcionar, sino que se orienta a restablecer de una manera acelerada y forzada el predominio hegemónico exclusivo de Estado Unidos, incluso en choque con sus propios aliados”.
Se refiere principalmente, a la salida que ha tenido el mandatario del círculo tradicional de la derecha estadounidense, que a pesar de continuar reproduciendo los enfoques racistas y ultranacionalistas, o el proteccionismo “en la idea de recuperar la grandeza de América, refiriéndose solo a EE.UU., también lo lleva a entrar en choque con algunas estructuras que vienen de toda la política exterior, como lo es el enfrentamiento con la OTAN, o las Naciones Unidas, trata de obrar por su propia cuenta como potencia político militar”, resalta Jaime.
El Foro también define este momento, como de cierto cambio en lo que hasta ahora habría sido el agrupamiento mundial, desde el nacimiento de la Unión Europea, la cual se había consolidado como un gran bloque de poder, pero, que según expresa Jaime, “ahora ese bloque comenzó a desarticularse, y las posiciones de la extrema derecha europea, tienden a desarticularse”. Recuerda el tema de la migración, como parte de un debate latente en Europa, en donde el tratamiento ha sido diferencial por algunos países, pero en donde muchos coinciden con Trump. “Nada más miremos, han muerto 2.500 personas ahogadas, solo en este año en el Mediterráneo tratando de llegar a Europa, parece el holocausto nazi y todo eso ocurre ante nuestras narices y en Europa, la que reclama los DD.HH. y, EE.UU. no se queda atrás deportando niños, solo la semana pasada deportaron unos cuatro mil niños a sus países de origen, apartándolos de sus familias etc.”. Es síntesis, existe un nuevo fenómeno que se marca desde la Casa Blanca, que no apunta, entre otras cosas a la igualdad de los estados nación, pero sí por el contrario a un predominio hegemónico de EE.UU., incluso frente a sus propios aliados.
El continente, patio trasero para Trump
La llegada de este fenómeno político a la región se entiende como el regreso de los viejos prejuicios que indica que, América Latina es el patio trasero de los EE.UU. y el patio trasero es un problema de seguridad nacional. Se percibe que Venezuela, Cuba y Nicaragua son la amenaza y por lo tanto Trump, trata de recuperar su hegemonía, por encima de las posturas de autonomía e independencia de estos países.
Colombia por su parte, no se queda fuera del ruedo. Para Jaime, Colombia juega un papel muy importante en la idea de ayudar a disolver los pasos de unidad de América Latina y el caribe. Así se refleja con “la política que adopta Duque de que el enemigo es Venezuela. Duque ha planteado la denuncia ante la Corte Internacional contra Maduro, a pesar de que ya Santos llevó a Colombia al grupo Lima, que es una alianza de algunos países contra Venezuela, pero también retiró a Colombia de Unasur, como lo hicieron otros países. Esto obedece a una campaña que tiene como correlato, revivir a la OEA, como el escenario para el intercambio y las relaciones en América Latina, sabiendo y conociendo quién es la OEA, y lo que implicó años atrás”.
La guerra mediática y jurídica
La esencia de la derecha del continente se caracteriza por la desestabilización de los gobiernos democráticos, aprovechando “la crisis del sistema capitalista, apoyando grupos desestabilizadores y paramilitares, pero aprovechando dos elementos muy importantes, el control trasnacional de los medios de comunicación y, por otro lado, la guerra jurídica asimétrica, que es una doctrina complementaria de la doctrina de la seguridad nacional”, afirma Jaime.
En ese control transnacional al que se refiere el dirigente comunista, los medios están determinados como la principal herramienta para contrarrestar el papel de los movimientos sociales, los nuevos y viejos liderazgos. Y, por otra parte, la guerra jurídica, tal y como se explicitó en el marco del encuentro, está relacionada con la “judicialización de los líderes de alcance internacional y nacional, como es el caso de Correa en Ecuador, de Lula en Brasil, etc. y que obedece a una represión judicial contra toda oposición de izquierda y demócrata. Todas estas iniciativas han sido afianzadas por parte de las derechas mas corruptas. En el caso colombiano lo hemos visto en cabeza de Ordóñez contra Piedad, Petro, entre otros líderes sociales”, explica Jaime.
Este panorama se relaciona con la naturaleza expansionista y avasalladora del mismo sistema capitalista y con los intereses del capital financiero que hoy se tienen sobre el terreno del continente. Por ello, el llamamiento del Foro es claro, frente a instar a toda la región a “la defensa de la soberanía de nuestras naciones y tomar control de sus recursos naturales, opongamos con auténtico espíritu internacionalista latinoamericano y caribeño, con firmeza e innegociable sentido de dignidad, el plan emancipador de nuestros nobles pueblos”.
La unidad como táctica y estrategia de la victoria
En clave de la unidad regional, y como parte de la estrategia a seguir desde los sectores sociales democráticos y de izquierda, la tarea es elevar los niveles de comunicación, “de contacto activo y permanente, para hacerle frente a esta ofensiva, desde luego con los instrumentos que tenemos, como la organización y la movilización, la lucha de masas como formas principales, y también en la participación electoral, con criterio, y sobre todo que permitan unir la mayor cantidad de factores posibles, para enfrentar esta arremetida”. El dirigente reflexiona: “el tema de que la unidad es la táctica y la estrategia de la victoria en América Latina es un principio que hay que seguir desarrollando. Hay que destacar aquello que en los últimos tiempos se ha mostrado en Latinoamérica, y es ese relacionamiento de la izquierda avanzada, de la izquierda transformadora y revolucionaria, que hoy nos dice que no es solo la izquierda armada y los movimientos sociales y populares, que ya no existe esa dicotomía que se pretendía antes, entre lo político y lo social, como cosas que van caminado de manera separada y que lo social no puede untarse de lo político”.
Para Jaime, la nueva era del movimiento social y político democrático, expresa que “los cambios democráticos y los factores que desarrollan procesos constituyentes están profundamente relacionados con las necesidades y las luchas directas de muchos sectores que conforman los pueblos de nuestros países”.
La paz de Colombia, una preocupación continental
Así se leyó en la declaración final: “las fuerzas más retrógradas del continente persisten en lograr que los grupos oligárquicos de Colombia sigan siendo tropa de choque a favor de los intereses transnacionales en América del Sur. Es vital la lucha contra esta estrategia (…)”. La paz de Colombia se sigue entendiendo como parte de la paz continental. “Hay un gran consenso latinoamericano por la paz de Colombia, y por comprender en la perspectiva de consolidar una solución política, de no permitir la paramilitarización, con la judicialización como parte de la coerción por parte del Estado. La paz tiene que ver con el desmantelamiento del paramilitarismo”, comenta Jaime.
Para el secretario general del Partido Comunista, también fue importante el relacionamiento de los comunistas y de los sectores que participamos desde Colombia con otros movimientos latinoamericanos, “muy importante poder explicar qué pasa con el proceso de paz, con la intensificación del genocidio de líderes sociales y de la perspectiva de consolidar la paz. El apoyo a este proceso fue muy importante, como el llamado a no permitir que el proceso vaya para atrás, impedir por medio de la movilización que se consolide y se implemente en todas sus dimensiones la paz. Se reconoce el papel que ha cumplido FARC en el cumplimiento de los acuerdos, así se reconoce incluso en la Unión Europea, y se comprende que no tiene sentido que se quiera volver atrás, a la guerra, así como a la necesidad de que se frene la violencia contra los líderes sociales y populares. Además, se planteó la necesidad de continuar con los diálogos con el ELN, que se continúe hasta su culminación plena, pues se ha demostrado que el diálogo, es una vía para llegar a acuerdos y encontrar soluciones”.
Jaime, que tuvo la oportunidad de intervenir en la plenaria de este importante encuentro, enfatizó en la necesidad de impedir la extradición de Jesús Santrich, y exigir su libertad sobre la base de la Justicia Especial para la Paz, “y sobre todo, de que un dirigente revolucionario, que ha llegado a un acuerdo con el Estado colombiano en un contexto de paz, no se le puede poner cascaritas para extraditarlo a EE.UU. Desde luego también expresamos nuestro deseo por la repatriación de Simón Trinidad, así como la libertad de quienes están hoy injustamente en las cárceles colombianas, pese a lo acordado”.
El XXIV Foro de Sao Paulo culminó con un homenaje a Fidel Castro, como uno de los hombres más representativos de Nuestra América en los últimos tiempos. Igualmente se condenó la guerra no convencional de los EE.UU. y sus aliados contra la Revolución Bolivariana, apelando a la solidaridad internacional, y finalmente, se exigió la libertad inmediata de Lula, y que se respete la voluntad de su pueblo de llevarlo como candidato presidencial en las próximas elecciones.
@carolltejadaSemanario Voz
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