Si es posible vencer la crisis
Luis Britto García.- Para vencer la crisis, sanear la administración
pública. Reinstaurar, mediante las actuales técnicas informáticas,
el control previo, posterior y concomitante sobre el cumplimiento
de las metas, programas y objetivos de los presupuestos públicos,
con sanciones administrativas, civiles y penales para el caso de
incumplimiento injustificado de ellos.
Tal control debe abarcar tanto la administración central, como
el complejo universo de los institutos autónomos, fundaciones,
empresas del Estado e intereses del Estado en empresas privadas,
así como a los estados, municipios y comunas.
El saneamiento de la administración requiere transparencia, publicidad
total y sanción ejemplar sobre las infracciones infracciones y
complicidades que determinaron la transferencia de más de
60.000 millones de dólares a empresas de maletín que realizaron
importaciones fantasmas.
En contrapartida, se debe instaurar para las empresas privadas
un sistema de contabilidad informatizado obligatorio unitario, uniforme
y transparente, que permita seguir en tiempo real todas sus operaciones
económicas y establecer relación entre costos de producción, precios
y márgenes de ganancias, para evidenciar y sancionar actividades
ilegales y especulativas.
Mediante la aplicación caprichosa de tasas de cambio arbitrarias
y fantasiosas fijadas por páginas web foráneas, un grupo de
empresarios ha destruido el valor del bolívar y desatado una
hiperinflación que estanca las actividades económicas y desploma
el nivel de vida. La “liberación” de precios es el arma de destrucción
masiva de la guerra económica neoliberal, disparada por un mínimo
oligopolio de intereses. En legítima defensa de la población, el gobierno
tiene el derecho y el deber de fijar la tasa de cambio legal así como los
precios máximos de bienes y servicios, de controlar rigurosamente
el cumplimiento de tales regulaciones, y de asumir el control de las
actividades y ramas económicas que se muestren incapaces de
satisfacer las necesidades del público.
Colaboran en la agresión contra nuestra moneda muchos
integrantes del sistema bancario, responsables en buena
medida de la desaparición física del papel moneda y de la
confiscación fáctica del dinero del público negándole el retiro
del mismo o reduciéndolo a cantidades irrisorias. Es indispensable
que el Estado aplique rigurosamente la Ley de Bancos, y que
suma aquellas actividades crediticias que la banca privada no quiera
o no pueda ejercer.
Tales medidas han de ser complementadas con el control riguroso
y la erradicación tanto de redes ilegales de acaparamiento y
especulación con bienes subsidiados, como de organizaciones
criminales constituidas a tal efecto.Luis Britto García
brittoluis@gmail.com
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