martes, 17 de julio de 2018

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MENSAJE DEL COMANDANTE GABINO AL ELN
Compañeras y compañeros del ELN, en las cárceles del régimen, en el campo, en las ciudades, en el exterior, mandos, militantes, combatientes, compañeras y compañeros de base; desde el Comando Central reciban un fraternal abrazo, deseándoles la mayor fortaleza revolucionaria y guerrillera, para asumir los retos de la lucha y reafirmar nuestro compromiso de Ni Un Paso Atrás Liberación O Muerte.
Estábamos demorados en enviarles estas reflexiones y nada mejor que hacerlo por esta fecha en la que cumplimos nuestro 54 aniversario.
UNA MENCIÓN A LA COYUNTURA
En medio de otra feroz ofensiva contra los pueblos del mundo por parte de las potencias imperialistas, encabezadas en especial la estadounidense, continuamos en Colombia cumpliendo el plan definido en nuestro último Congreso; mientras observamos las luchas de los pueblos del Continente enfrentados a sus oligarquías criollas buscando, igual que el pueblo colombiano, su liberación nacional y su definitiva independencia.
Ser conscientes que estas lucha son milenarias, centenarias; es muy importante; y se equivocan quienes pretenden que a lo largo de su corta vida se verán realizados todos los propósitos, nosotros somos parte de una generación que empuja el proceso revolucionario como lo han hecho con dignidad tantas elenas y elenos, y luego vendrán los encargados de continuar, como lo hizo Bolívar después de Galán El Comunero, o como Gaitán, Camilo, Manuel y tantos otros de quienes aprendimos su temple y sacrificio.
Ningún otro momento como este puede ser más claro para ratificar la validez de la lucha armada revolucionaria, para la reafirmar el derecho de nuestro pueblo a la rebelión, luego del fracaso rotundo del camino de las negociaciones y los acuerdos entre las desaparecidas FARC y la oligarquía colombiana.
EL FRACASO DE LAS NEGOCIACIONES DE LAS FARC
Los únicos contentos con el fracaso de los acuerdos son Santos y los oligarcas a quienes representa; los que fueron FARC, ni son hoy fuerza insurgente ni un real partido legal y esa gran lección es para aprenderla en lo más profundo y hacérsela entender a nuestro pueblo y a los demás pueblos del Continente que esperan comprender bien este delicado asunto.
Todas las graves consecuencias de ello aún no se han dado y los mandos del ELN tenemos la obligación de ampliárselo a la fuerza, sus bases y al pueblo porque eso seguirá repercutiendo. Pero como de los errores es que más aprendemos, de este sí que hay grandes lecciones, unas ya aprendidas y otras para aprender.
Con la desmovilización de las FARC y el que el EPL se haya desfigurado al dedicar sus esfuerzos en prácticas de narcotráfico así como relaciones con el paramilitarismo, podemos decir que en Colombia queda el ELN como única organización revolucionaria de las que surgieron en la década de los años 60. Esto lejos de alegrarnos nos preocupa grandemente, pues se requiere que otros destacamentos revolucionarios salidos de la entraña popular reivindiquen la rebeldía de los desposeídos.
Pueden aparecer nuevas fuerzas guerrilleras en estos tiempos porque si el pueblo no encuentra espacios legales para luchar por el Poder, surgirán otros revolucionarios que hagan uso del derecho a la rebelión, sea dentro o fuera de fronteras y todos ellos serán bienvenidos para emular en los principios, los valores revolucionarios y los esfuerzos por alcanzar nuevos desarrollos en la lucha armada revolucionaria.
CÓMO VEN OTROS AL ELN HOY
Un político de izquierda amigo, le dijo en días recientes a un compañero de nuestra Dirección Nacional que ahora el ELN tenía el reto de hacer de la guerrilla, una verdadera fuerza, representativa del pueblo, donde el autoritarismo, el vanguardismo, el militarismo y otros vicios que ha comportado la insurgencia, se convirtieran en dificultades del pasado y fuera de nuevo esa fuerza con hombres nuevos como los que soñó el Che y que se pusiera al orden del día lo que él dijo de la guerrilla:
“la guerrilla es vanguardia armada, disciplinada y políticamente consciente del pueblo trabajador”.
No hay duda compañeras y compañeros que ese es el reto y cada uno de nosotros tenemos que asumirlo sin vacilaciones.
ELECCIONES PRESIDENCIALES
Después de las elecciones en nuestro país, queda un presidente que representa los más rancios intereses oligárquicos y vendrá, como han dicho varios analistas, más de lo mismo.
Duque continuará las políticas neoliberales, de rodillas al imperio y con sus programas anchos para el capital internacional y estrechos para el pueblo y los sectores medios.
Si bien esto es así, también es verdad que ha surgido una oposición representada en el segundo candidato más votado, quien obtuvo más de 8 millones de votos.
Son 8 millones de inconformes que dieron un mensaje que no se disponen a aceptar mansamente las políticas de Duque y Uribe. Ya dijo Petro que sería un jefe de la oposición con aquellos 8 millones de colombianos y colombianas que creen en su plataforma y que no aceptan los planes oligárquicos; se robustece así un movimiento de oposición política, que requiere de importantes concursos de todas las organizaciones de centro y de izquierda que más allá de la pasada campaña electoral se convierta en fuerza organizada, en movimiento, en fuerza de pelea, porque ya sabemos que aquí en Colombia nada se alcanza sin la lucha.
RETOS Y PERSPECTIVAS
La nueva realidad del país nos exige asumir nuevas lecturas, pues se ha modificado la correlación de fuerzas en lo político-social con la existencia de este bloque de centro izquierda que debemos conocer bien y, asumir ante él nuevas dinámicas políticas. Ello nos exige análisis objetivos y acciones concretas, esa es una importante tarea del presente.
En el campo militar debemos asimilar que somos el objetivo 1A para el imperialismo y la oligarquía colombiana que quieren borrar del mapa la rebeldía guerrillera, a la que muchos revolucionarios particularmente en el Continente miran como una esperanza y requieren de nuestra solidaridad internacionalista.
Los eventos de formación militar del año antepasado y pasado, requieren de su manejo pleno porque estos son los tiempos donde su asimilación nos permite asumir la realidad con mayores herramientas para el accionar político-militar.
CAMPAÑA MEDIÁTICA ACUSA AL ELN DE ESTAR INVOLUCRADO EN EL NARCOTRÁFICO
Terminando el gobierno de Santos, una fuerte Campaña mediática para hacernos aparecer con estrechos vínculos con el narcotráfico, se puso en práctica y no fueron pocas las acusaciones contra las estructuras del ELN en Suroccidente, Occidente, Darío Ramírez C., Norte, Nororiente, Central y Oriente. Una de las más sonadas fue aquella donde se nos acusó de ser propietarios de una parte de la cocaína que supuestamente iba a llevar al exterior, Jesús Santrichs y por cuya acusación fue detenido.
Esta grave acusación llevó al Comando Central a dirigir una carta al presidente y otra a la Fiscalía. Al primero para que reafirmara si daba garantías a la Delegación del ELN en sus diálogos con el gobierno y a la Fiscalía para que sustentara las pruebas para acusar al ELN de involucramiento con el narcotráfico.
Santos respondió con otra carta reafirmando las garantías de seguridad a la DD.
La Fiscalía respondió también por escrito precisando que no existían ni por parte de esa entidad ni desde el exterior, pruebas de que el ELN tuviera vínculos con el narcotráfico.
El narcotráfico en Colombia se convirtió en el más grave mal de la sociedad y penetró todos los círculos del Poder y todas las instituciones.
La narco-política como expresión del Poder colombiano es un fenómeno que se perpetuó en las diferentes esferas del Estado y los gobiernos de Colombia y se extendió, generando los más graves daños, no solo por la mentalidad y las prácticas del dinero fácil, sino por todas las consecuencias que ello genera en cuanto a la ruptura de las costumbres sanas de la sociedad.
Las nocivas conductas que se engendran en la población que vive en las extensas áreas de cultivos de uso ilícito, su comercio y consumo, es de alta acción dañina y contraria a lo que deben ser las costumbres, los valores de toda sociedad.
Asimismo, el narcotráfico es de los negocios más rentables y por ser un fenómeno ilegal. Ha sido usado por los poderosos y guerreristas, para financiar de manera ilegal y clandestina buena parte de la guerra que los imperios han desarrollado contra los pueblos del mundo; como es tan jugoso negocio, desde el punto de vista económico, lo promueven, estimulan y se lucran de él en todo sentido.
Si el narcotráfico es uno de los grandes males sociales del pasado siglo, es totalmente contradictorio y nefasto que los revolucionarios lo usen o se vinculen a él justificando la necesidad de financiar el proceso revolucionario. Nada más contraría los valores revolucionarios que las prácticas de los narcotraficantes, lo cual se adquiere por parte de quien se involucra en ello independiente de lo que se pretenda o argumente.
El análisis sobre el daño que ha causado a Colombia el narcotráfico y del deslinde categórico que el ELN se ha plantado respecto a dicho fenómeno, fue definido desde nuestro Segundo Congreso en 1989.
Desde entonces el organismo nacional ha encabezado importantes discusiones, mantenido una fuerte vigilancia revolucionaria y reiterando la disciplina, para no permitir que en sus estructuras, puedan darse desviaciones referentes a este delicado problema.
Hoy, ante las infundas acusaciones, reiteramos la firmeza y la exigencia para que de ninguna manera el fenómeno contrarrevolucionario del narcotráfico, tenga cabida en la vida de nuestras estructuras.
Está claro que la práctica del narcotráfico es aquella que involucra a las personas o grupos, en la cadena de actividades ilícitas que culmina en el comercio y la exportación o tenencia de rutas para la venta de los alucinógenos.
El ELN no es dueño de cultivos de uso ilícito, ni de laboratorios o cocinas, ni es dueño de pistas, ni comercia, ni tiene rutas, ni cargamentos de coca. Por ello, no aceptamos que se nos involucre ni acuse de ser narcotraficantes.
Ningún mando del ELN puede prestar o usar dineros ni otros recursos de la Organización para actividades del narcotráfico.
Lo que sí es política del ELN es cobrar impuestos de guerra a toda actividad económica, sea esta lícita o ilícita, que exista en nuestros territorios o donde tengamos Poder y control.
Sobre el cumplimiento de estas líneas políticas y de disciplina, todos los miembros del ELN tienen la obligación de tener alta vigilancia revolucionaria, para resguardar al ELN en su integridad política.
No hay duda de los sacrificio o limitaciones a que estamos sometidos en el desarrollo de la lucha revolucionaria, pero esto nunca puede ser razón para desviarnos por la vía del dinero, fruto de actividades del narcotráfico.
Estamos cumpliendo 54 años de vida revolucionaria y podemos levantar la frente para decir que no hemos necesitado involucrarnos en el narcotráfico, para resolver nuestras más sentidas necesidades y así seguiremos.
El cuento de que la guerra tiene altos costos y se necesita dinero, no puede arrastrar a los revolucionarios a involucrarse en prácticas de narcotráfico.
Conocemos muy dolorosas experiencias de prácticas de luchadores que se han desviado por allí y que intentaron hacerlo como excepción, pero que después se les convirtió en costumbre que luego no pudieron abandonar.
De la misma manera es claro que los revolucionarios tenemos principios, valores, escrúpulos y es ello lo que nos hace revolucionarios y nos da autoridad moral para confrontar este y otros fenómenos que son propios del sistema que enfrentamos.
Alta vigilancia compañeros y compañeras, por encima de las dificultades, somos revolucionarios y estamos obligados a ser la guerrilla armada, disciplinada y políticamente consciente del pueblo trabajador que el comandante y maestro Ernesto “Che” Guevara nos enseñó a construir.
Fraternalmente:
Nicolás R. 
Julio de 2018.
Nicolás R.
Julio 4 de 2018.

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