miércoles, 1 de abril de 2015

Néstor Francia / Análisis de Entorno: Demagogia puntofijista

nestor francia

- Un artículo de Chuo Torrealba

- “¿Y después de Maduro, qué?”

- Demagogia, manipulación y revelaciones

- Un edulcorado anuncio general

- Resolución sumaria del problema de la propiedad

- Libre mercado y restauración del neoliberalismo

- Villas y castillas

- Plan privatizador en su más depurada dimensión

- Demagogia puntofijista

- Volveremos, volveremos, volveremos y volveremos

- No volverán, y si vuelven, se arrepentirán

El pasado domingo participamos en el programa “Como ustedes pueden ver” invitados por nuestro buen amigo Roberto Malaver para suplir al otro Roberto, Hernández Montoya, quien no pudo estar por andar afónico. Allí recomendamos la lectura de un artículo del secretario ejecutivo de la MUD, Chuo Torrealba, titulado “¿Y después de Maduro, qué?”, al cual accedimos en una de nuestras exploraciones por la Internet. Este artículo es harto interesante por las altas cotas de demagogia y manipulación que alcanza, pero también por las revelaciones que podemos inferir entre líneas sobre las reales estrategias de la derecha criolla.
Pasaremos por alto los infundios y calumnias de este sujeto, a quien puso la oposición al frente de la MUD después que se le agotaron otras opciones, y nos concentraremos en los asuntos vinculados más directamente a las posiciones políticas.
El Paraíso que nos ofrece Torrealba comienza con un edulcorado anuncio general: “La Unidad propuso a toda la Nación un sueño de país, una visión compartida del futuro: La Venezuela Unida, la Venezuela regida por los principios y valores que congregan a los demócratas. Esa es la respuesta concreta a la pregunta “¿Y después de Maduro, que?”.
La catajarria de ofertas engañosas se explaya después del siguiente párrafo: “Una vez que mediante mecanismos constitucionales, democráticos, pacíficos y electorales el pueblo venezolano se dé un nuevo gobierno, lo que vendrá será construcción ENTRE TODOS de un nuevo país, de una Venezuela Unida, con las siguientes características”.
De seguidas, Torrealba resuelve sumariamente el problema de la propiedad en estos términos: “1) La Venezuela unida será la del pueblo propietario… Cada quién será dueño de lo suyo, de lo que haya logrado y construido con su trabajo honesto, con su dedicación y esfuerzo, con su compromiso y dedicación. Quien viva en una humilde casa en un barrio será dueño de la tierra en que la misma este levantada. Quien resida en una vivienda construida por el Estado será propietario y no “adjudicatario” de la misma. Quien trabaje en un puesto en un mercado será dueño de su negocio, y no “concesionario” del gobierno. Si esos y otros emprendimientos prosperan y llegan a convertirse en grandes empresas seguirán teniendo las mismas garantías, pues el derecho a la libre empresa es, como la libertad de trabajo, un derecho humano fundamental y una garantía constitucional”. Por supuesto, aquí la frase clave la colocaTorrealba al final, después de presentar su oferta demagógica donde reposa en el fondo la idea de prolongar las diferencias sociales con dádivas, en vez de luchar por una  verdadera transformación que acabe con las brechas sociales y nos iguale a los ciudadanos en cuanto a derechos y oportunidades. Pero volvamos al meollo de la cuestión, la frase que cierra ese párrafo: “el derecho a la libre empresa es, como la libertad de trabajo, un derecho humano fundamental y una garantía constitucional”. Por supuesto, en Venezuela existe el “derecho a la libre empresa”, pero tal como hace la burguesía, Torrealba lo que propone engañosamente es el concepto de “libre mercado”, es decir, que la “libre empresa” regule la economía, o sea la restauración del neoliberalismo.
Torrealba sigue ofreciendo villas y castillas, pero siempre desemboca en la médula del verdadero proyecto: “El Estado vivirá de su legítima y razonable participación en la riqueza generada por los ciudadanos, y los ciudadanos viviremos del ingreso estable que proporcionarán empleos de calidad creados por empresas privadas que producirán riqueza y bienestar en áreas como petróleo, turismo, agroindustria, industria, comercio y servicios, investigación y desarrollo, ciencia y tecnología”. Esto el plan privatizador en su más depurada dimensión. Todo, absolutamente todo, pasaría a las garras de la burguesía, y esta derramaría supuestamente bienestar sobre los explotados: capitalismo en estado puro.
No alargaremos más este análisis porque no vale la pena. Quien quiera acceder al más vivo recuerdo de la demagogia del puntofijismo, puede encontrar esta gema de Torrealba usando cualquier buscador de la Internet. Pero falta lo mejor, lo más revelador, lo que realmente se le “chispoteó” al secretario ejecutivo de la MUD: la nítida declaración de la intención restauradora.
Vea el lector este párrafo: “Los venezolanos dejaremos de estar enfrentados en “bandos” y volveremos a ser un NOSOTROS, diverso pero armonioso: Al contar con seguridad social eficiente que aleje el peligro de la pobreza, con la seguridad económica que acerque el objetivo de la prosperidad, y con una seguridad pública respetuosa del ciudadano y firme frente al delincuente, volveremos a vivir en vez de sobrevivir, volveremos a disfrutar nuestras ciudades en vez de padecerlas, volveremos a tener nuestras familias unidas en vez de tenerlas separadas por la muerte o el exilio”.
Volveremos, volveremos, volveremos y volveremos. A este señor habría que decirle: No volverán, y si vuelven, se arrepentirán.
31-03-2015

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