domingo, 26 de abril de 2015

Comunicación directa / LETRA ORDINARIA 

ÁNGEL DANIEL GONZÁLEZ


Chávez inauguró un estilo de hacer política y de ponerse en contacto con el pueblo para hacer política. En Venezuela, un presidente nunca estuvo tanto en contacto con la gente como Hugo Chávez. Esa forma que llaman “populista” de hacer gestión política fue uno de los elementos que hizo radical el proceso bolivariano. La derecha lo llama populista porque ellos defienden abiertamente la separación de la clase política de lo que llaman “masas”, ya que a su entender no se está en el poder para gustar a la gente sino para “administrar”. Pero no es mentira que en el siglo XXI es cada vez más usual que los políticos utilicen los medios y herramientas de comunicación para proyectar y fortalecer su imagen. Casi todos los presidentes tienen cuenta en Twitter, por ejemplo. Muchos realizan alocuciones más o menos periódicas. Otros escriben en la prensa. Pero lo que hace la diferencia, lo que incorpora el punto “radical” al uso de la comunicación es precisamente lo que Chávez practicaba, con y sin medios de comunicación: el contacto directo y el intercambio con el pueblo. No se trata sólo de hablarle al pueblo. Es escuchar, darle la voz directa al pueblo para que diga, pregunte, critique, denuncie, proponga y cuestione.
Hay ejemplos fuera de Venezuela. Rafael Correa, el presidente de Ecuador, asimilando el ejemplo de Chávez y tomando muchos de los elementos de imagen del líder bolivariano, elaboró su propia versión de imagen pública, incluso conduce un programa semanal de radio y televisión. Pero lo más característico es su actividad en Twitter. No sólo emite mensajes sino que constantemente interactúa y responde a las denuncias formuladas por los usuarios y les da respuesta en términos de gestión. Eso no sólo influye en su popularidad sino que es una manera simple de saltarse el burocratismo para resolver los problemas.

Otro ejemplo más distante y distinto es el de Vladimir Putin, presidente de Rusia, quien tiene una alocución anual llamada “Línea directa” en la que responde preguntas formuladas por la gente a través de distintos canales. El programa es íntegramente eso, responder.

Mostrar la gestión es importante, hablar y dar mensajes al pueblo es importante y necesario, pero en momentos de coyuntura el contacto debe ser directo y hay que poner el énfasis en la voz de la gente. Es recibir y actuar directamente, responder de inmediato. Esto se vio en el último Contacto con Maduro, cuando el Presidente recibió vía Twitter la denuncia de que los Abastos Bicentenario de Puerto La Cruz estaban “en el suelo”. De inmediato ordenó la investigación y al otro día estaba el diagnóstico hecho y al siguiente estaban presos varios funcionarios y el contratista que tenía la obra paralizada.

La forma más genuina de percibir “cómo están las cosas” y determinar qué es lo que hay que hacer, qué es lo urgente y lo importante, más que a través de la estructura burocrática, es la generación de espacios para que la gente se comunique sin mediación con el Gobierno y éste ofrezca respuestas inmediatas. Ahí está la clave de la efectividad y la radicalidad revolucionaria.

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