José Vicente Rangel: La confabulación de los pillos contra Venezuela
Si uno se pone a analizar en detalle la composición de los conjurados contra Venezuela, la integración de los equipos que dirigen la ofensiva contra el país, se encontrará con que gran parte está constituida por personas, partidos y organismos descalificados. Claro está que hay excepciones. Gente de buena fe, generalmente desinformada o impactada por la feroz campaña mediática y de todo tipo que se realiza contra el proceso bolivariano y el gobierno de Nicolás Maduro. Pero esas excepciones son solo excepciones, porque el cuadro general sorprende por el peso que en esos sectores tienen personajes procesadas por la justicia, con amplios prontuarios y expertos en prácticas vinculadas al delito.
Es decir que la ofensiva que hay actualmente contra Venezuela, la más salvaje de la que se tenga conocimiento, la más costosa e inmoral, es algo asi como la confabulación de los pillos. Uno de esos conjurados, de los más agresivos e influyentes, es el senador norteamericano Roberto “Bob” Menéndez, del cual informan las agencias internacionales que está siendo procesado por 14 cargos, entre ellos, 8 por extorsión. Otro partícipe es el también senador norteamericano, de origen cubano, Marco Rubio, vehemente en sus acusaciones a Venezuela, partícipe de la campaña golpista, con investigaciones de vieja data. Por ejemplo, desde el 2010 la oficina de administración del impuesto sobre la renta le ha abierto averiguaciones sobre donaciones y fondos de campaña no declarados, así como actuaciones dudosas relativas a corrupción y obstrucción de la justicia en el estado de Florida. Además, en el senado se señala que el FBI tiene un expediente en su contra por soborno y chantaje.
¿Qué más se puede hallar en el combo anti-venezolano? Veamos: el senado de Colombia se pronunció contra el gobierno venezolano y el planteamiento lo promovió, directamente, el inefable expresidente de ese país, Álvaro Uribe, con varios expedientes abiertos en la justicia por diversos delitos, entre otros, masacres, connivencia con paramilitares y narcotráfico. Otro senado que se pronunció contra Venezuela es el chileno, auspiciado por los partidos Pinochetistas, Udi y renovación nacional, y por sectores socialistas alineados con la derecha. En el parlamento español, otro de los escenarios al servicio de la confabulación, el acuerdo contra Venezuela lo promueven el PP de Rajoy y el Psoe, ambos descalificados por sus amplios vínculos con la corrupción y severamente cuestionados en la actualidad por la opinión pública.
Contra Venezuela conspira en el exterior una verdadera corte de los milagros: procesados por la justicia, políticos corruptos, dueños de medios traficantes, violadores de derechos humanos, y, sobre todo, personajes cínicos, inescrupulosos, que opinan sobre el país sin indagar, sin someter a una mínima investigación las denuncias que les suministra una oposición golpista y aventurera como la venezolana. Nunca se vio en el concierto mundial tanta inmoralidad reunida para agraviar a un gobierno y a un pueblo digno, respetuoso de las instituciones y de la democracia.
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