HORA DE CAMBIOS

A 20 años de la proclamación de la libertad de prensa

Políticos y empresarios extorsionan en nombre de la Libertad de Prensa 

Según establece la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) el 3 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa y como toda fecha histórica es una oportunidad para celebrar los principios fundamentales del derecho a la Libertad de expresión y recordar a periodistas que han perdido sus vidas en el cumplimiento de su deber.

En la declaración se indica que por prensa independiente debe entenderse aquella sobre la cual los poderes públicos, económicos o político no ejercen “control sobre los materiales y la infraestructura necesarios para la producción y difusión de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas”.

La prensa pluralista a la que hace referencia el principio que dio origen a esta fecha histórica no se cumple en muchos países del mundo pues los monopolios atentan contra la existencia de un mayor número posible de diarios, revistas y otras publicaciones periódicas que reflejen la más amplia gama posible de opiniones dentro de la comunidad.

En la Venezuela actual, el papel político que juegan los medios de comunicación se ubica en el propio centro de la escena pues en su mayoría promueven un modelo de dependencia foránea y la cultura del consumo, banderas del capitalismo salvaje que tiene su expresión en corporaciones y consorcios mediáticos.

Lo cierto es que en el espacio de lo público- político los usuarios, son los menos tomados en cuenta a la hora de determinar las funciones y contenidos de los medios quienes son usurpados por empresarios con intereses políticos y en el peor de los casos empresas editoras dedicadas a la desinformación.

El mejor y claro ejemplo del peligro de la utilización política de la desinformaciónen Venezuela lo representa el abordaje perverso que los medios de comunicación privados hicieron silencio  de la violencia desatada por el excandidato presidencial Henrique Capriles luego que el ente electoral diera el veredicto en esemomento la canalla mediática omitió, exageró y distorsionó con el único fin de invisivilizar a las víctimas de la violencia.

Aunque este hecho parezca notorio es la práctica cotidiana de las corporaciones informativas que dejan en evidencia la degradación y la descomposición del periodismo en manos de grupos económicos que con el fin de ocasionar daños en la imagen de un gobierno manipula sin importar las consecuencias que en términos credibilidad a la profesión ocasionan y peor aún el peligro que representa para la estabilidad social este tipo de uso de los medios.

De más está decir como refiere la especialista Asalia Venegas que la invisibilización informativa supera la técnica del sensacionalismo y el amarillismo pero esta estrategia para distorsionar la percepción de la realidad que ocurre en nuestro país tiene por lo menos 14 años desde la llegada de la revolución bolivariana y chavista al gobierno nacional lo cual representó un golpe los intereses económicos y políticos de la burguesía y sus medios de comunicación.

Una vez que se conoció la victoria de Nicolás Maduro como presidente de la República, la canalla mediática no dio tregua y de una vez descargaron toda su frustración mediante el intento de comenzar a minar la gestión del nuevo Primer Mandatario Nacional.

Pero detrás de la posición sostenida por los medios de comunicación privados existe un problema de fondo según dijo Asalia Venegas. “No solo es el trabajo de distorsión de la información sino la utilización de esos medios al servicio perverso de la oposición venezolana. No es amarillismo, no es sensacionalismo, todo ello responde a algo previamente elaborado. Existe una tendencia política bien clara en los medios privados”.

Según el director del Movimiento Periodistas por la Verdad (MPV), Marcos Hernández, en Venezuela se está viviendo una arremetida mediática que busca desestabilizar las instituciones democráticas en el país, generando un Golpe Seco a la comunicación, el cual está constituido por algunos medios de comunicación como es el caso de Globovisión.

Asimismo periodistas venezolanos agrupados en los colectivos Movimiento Periodismo Necesario (MPN), plataforma de periodistas de Venezuela,Cambote, Fabricio Ojeda y Periodistas por la Verdad alertaron que las empresas privadas de comunicación, en alianza con partidos políticos de la derecha, manipulan diariamente la situación en el país, tras las elecciones presidenciales del 14 de abril, para promover una intervención extranjera.

Los comunicadores denuncian el papel de medios privados del país, junto con las redes sociales, “para activar los comandos de la oposición y exacerbar los ánimos para hacer el expediente y dar cabida a un intervención extranjera”.

El ministro Villegas once años después del golpe mediático, considera sobre la relación del Gobierno y los medios privados, que “tienen una relación dinámica que ratifica el carácter no neutro que tienen los medios, son entidades que intentan vestirse de una parcialidad que no tienen, son empresas con intereses específicos en lo económico y político, sobre todo en la definición del rumbo político de un país y es obvio y ves como las simpatías a determinadas opciones son obvias”.

El silencio y el desprecio al que se ha sometido a las víctimas de la violencia post electoral en Venezuela supone el acto más repugnante, vil e indecente de todas las tropelías cometidas –presuntamente o no- por los políticos y los medios de comunicación en el país.

Ni la manipulación sistemática, ni el entreguismo a potencias extranjera ni la conspiración constante pueden igualar la vergüenza cometida contra las víctimas de la violencia post electoral. Ningún miembro de los medios privados tuvo jamás la mínima decencia de recibirles y escucharles mucho menos publicarles.

En el país de los periodistas de medios adoctrinados ninguno reconoce ahora que los políticos y empresarios controlan, censuran y, finalmente, eliminan las noticias incómodas relacionadas con la violencia generada por sus partidarios. Esta censura esta reñida con la democracia y con los principios fundamentales de la Libertad de Prensa aunque para algunos todo se reduzca a la garantía de un salario y de las prebendas corporativas.