martes, 17 de mayo de 2011




La revolución árabe toca en la puerta de Israel


La llegada de cientos de árabes a sus fronteras con Siria ha generado temor entre las autoridades hebréas por la posible incitación de Irán a una revuelta en ese país
Los israelíes veían ayer cómo más de cien refugiados palestinos se colaban sin mayor esfuerzo por su frontera con Siria llegando algunos de ellos hasta el pueblo druso de Majd Shams. 

La imagen no sólo robaba a la opinión pública la ilusión de que su ejército es el implacable supremo en la región, sino que además ha abierto en boca del propio ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, el interrogante de si éste será "sólo el principio" de la primavera árabe israelí, informó DPA.  

"Estamos al comienzo y podríamos tener que hacer frente a retos bastante más complejos", dijo Barak ante la prensa al final de un sangriento domingo de protestas por el día de la Nakba, en el que murieron entre 14 y 21 palestinos y cientos resultaron heridos en enfrentamientos en las fronteras con Siria, Líbano, Jordania y Gaza. 

Mientras el orden se restablece de norte a sur, Israel, Siria y Líbano redactan ya sus respectivas quejas al Consejo de Seguridad de la ONU culpándose mutuamente de violaciones al derecho internacional. 

Pero hasta que la ONU se pronuncie, los titulares de la prensa local van dictando veredicto. 

"No hay fronteras", titulaba la edición hebrea del "Yediot Ahronot". "A pesar de las alertas, el ejército israelí no estaba preparado (...) Ahora el Comando norte y la Unidad de Inteligencia se culpan mutuamente. ¿Y qué ha pasado con las minas? Hoy hemos aprendido que no sirven para nada. Nuestra frontera más sensible ha colapsado", proseguía el diario. 

"Está claro que lo que recibimos ayer no fue más que una pizca de lo que podría ocurrir en septiembre", cuando los palestinos de Cisjordania, que ayer no escenificaron tan violentos episodios como los refugiados en Líbano y Siria, "tendrán una verdadera razón" para movilizarse, decía por su parte el diario hebreo "Maariv". 

"La próxima semana podríamos ver a 10.000 palestinos de la Franja de Gaza marchando en dirección al (desierto del) Negev o a los refugiados palestinos de Jordania viniendo hacia el Valle del Jordán", dijo el analista militar Yaakov Katz en el diario "Jerusalem Post". 

"Lo que pasó el domingo no ha sido la última palabra. La dinámica en Cercano Oriente está escalando", dijo el experto Mordechai Kedar, del Centro de Estudios estratégicos de la Universidad de Bar Ilan. 

Tal ha sido el golpe a la imagen del ejército que el propio jefe del Estado Mayor, Benny Ganz, ha llegado a afirmar abiertamente que la injerencia en los Altos del Golán ocupados por Israel "no (ha sido) buena". Y es que en la historia de Israel no se recuerda a ningún sirio en el Golán desde la guerra de 1973, cuando Siria trato de liberar el Golán. 

Israel ha tardado apenas unos meses en probar el gusto de las revoluciones del mundo árabe. El régimen de Bashar al Assad le alargaba ayer la cuchara a su "enemigo sionista", mientras Israel lo acusaba de movilizar a su pueblo siguiendo las directrices de Irán. 

Mientras, el movimiento chiíta libanés Hizbollah y el grupo radical Hamas en Gaza también celebraban la imagen de un Israel acorralado. 

"Ha llegado la hora de liquidar el proyecto sionista en palestina", afirmaba el líder de Hamas Ismail Haniyah, mientras el líder del grupo chiíta, Hasan Nashrallah, felicitaba a los cientos de manifestantes por su "determinación" a ejercer el derecho de retorno. 

Los 700.000 palestinos que huyeron de sus casas el 15 de mayo de 1948 tras la declaración del Estado de Israel (día de la Nakba o "catástrofe" en árabe), se han convertido dos generaciones después en 4,8 millones de refugiados palestinos. En total suponen cerca del 70 por ciento de la población palestina, están repartidos por Cisjordania, Siria, Líbano y Jordania mayoritariamente. 

Si la actual aspiración del presidente palestino, Mahmud Abbas, de declarar un Estado independiente en septiembre se cumpliese, el derecho de retorno de los refugiados sería una de las primera cuestiones que la Autoridad Nacional Palestina debería resolver junto a Hamas, con quien aspira a formar un gobierno de unidad tras reconciliarse el 4 de mayo. Y en ese caso Israel vería temblar de nuevo sus fronteras. 

Mientras tanto, cuando siguen sin confirmarse las cifras de víctimas mortales de ayer, que podrían oscilar entre 14 y 21, Israel y Líbano han enviado ya sus respectivas quejas al Consejo de Seguridad de la ONU. Mientras para Israel ni Siria ni Líbano hicieron nada para evitar una injerencia en sus fronteras, para Líbano Israel ha vuelto a hacer uso excesivo de la fuerza abriendo fuego contra los manifestantes.

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