Por Luis Brizuela Brínguez Damasco, 13 may (PL) Para el ministro sirio de Información, Omran al-Zoabi, su país es víctima hoy de una agresión internacional y necesita el apoyo de Estados amigos para ponerle fin.
Pero de todas formas aseguró que el pueblo y el Ejército lucharán hasta la última gota de sangre.
No queda más alternativa que defender la patria ante el complot de potencias occidentales y gobiernos de Oriente Medio, quienes han armado y financiado a bandas mercenarias que están destruyendo la nación y pretenden derrocar a un gobierno constitucional, afirmó al-Zoabi en diálogo con Prensa Latina.
Sobre la agresión de Israel en la madrugada del 5 de mayo, explicó que los aviones lanzaron desde el espacio aéreo de Líbano y territorios palestinos ocupados, misiles contras unidades militares alrededor de esta capital, sin penetrar en territorio nacional.
Explicó sin embargo que la potencia de las explosiones, el impacto que algunos ciudadanos sintieron como un terremoto de alrededor de cuatro grados y características de las llamas, hacen pensar que se usaron cohetes de última generación, los cuales emitieron un pulso electromagnético para bloquear los sistemas de detección y defensa.
De igual forma, se investigan los fuertes indicios sobre el uso de uranio empobrecido en los ataques, acotó.
Analizó que la operación respondió a un plan combinado con las bandas opositoras, las cuales desde semanas antes atacaron aeropuertos militares e intentaron quebrar las defensas antiaéreas del país, como paso previo a la incursión aérea y posibles bombardeos e invasión militar externa.
En el momento de la incursión, estaban agrupados en la parte oriental alrededor de Damasco miles de irregulares que pretendían un asalto para tomar la urbe; sin embargo nuestras tropas batieron a centenares de ellos y los hicieron retroceder, mientras que un gran número se entregó a las autoridades, señaló.
Tenemos pruebas y sabemos que fue una operación planificada con asesoría militar extranjera, pues en Dareyya, localidad próxima a Damasco, capturamos a oficiales extranjeros con planos para asesorar a los irregulares, agregó el alto funcionario.
Ante el fracaso del plan de derrocar al gobierno, que se ha mantenido firme y logra continuos avances ofensivos, algunos están apostando a abrir nuevos frentes, de los cuales uno podría ser el de forzar al país a una guerra con Israel para lograr sus objetivos por otras vías, remarcó.
Aunque el pueblo se encuentra indignado y exige una respuesta drástica, evitaremos caer en provocaciones y jugar el juego que agentes externos tienen planificado, porque la política de un Estado no puede basarse en impulsos, valoró.
Reiteró no obstante que la nación no tolerará un ataque similar y que la orden está dada para responder, sin importar las consecuencias.
Según el titular de Información, al inicio del conflicto en marzo de 2011, se produjo cierta confusión sobre lo que estaba ocurriendo en el país, lo que llevó a muchos a catalogarlo como parte de la llamada Primavera Árabe.
El concepto de primavera está bien lejos de ser verdad si se tiene en cuenta que lo de Libia fue un ataque por parte de Estados Unidos y la OTAN; en Túnez el movimiento fue preparado por servicios de inteligencia externos, mientras que Egipto, se perpetró un golpe de Estado, estimó.
Siria es un caso diferente, con características históricas, políticas, culturales distintas: es el único país de la región que enfrenta a Israel y sigue manteniendo invariable su postura sobre la necesidad y derecho a que los palestinos tengan su propio Estado, indicó.
Tampoco recibimos dictámenes de las administraciones de Estados Unidos, lo cual nos convierte en objeto de constante de agresiones como la actual, que no es más que un ajuste de cuentas al pueblo sirio por mantener su frente en alto y resistir, concluyó.
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