LA REPRESA BELO MONTE Y SUS REPERCUSIONES...
Carlos Mora Vanegas
Salvaguardar el medio ambiente... Es un principio rector de todo nuestro trabajo en el apoyo del desarrollo sostenible; es un componente esencial en la erradicación de la pobreza y uno de los cimientos de la paz. Kofi Annan
Los intereses de grupos de poderes, pueden originar serias consecuencias en este caso al Amazonas, una zona muy básica como garantía pulmonar de un planeta que cada vez más se le sigue explotando.
Para quienes estamos plenamente identificado con la protección del medio ambiente, la contaminación ambiental, todo lo que concierne en pro de del movimiento ecológico que nos ayude a preservare a la Tierra, planeta en donde moramos, no podemos pasar por alto este hecho, que conllevará a problemas en el futuro muy serios pues afecta una vez más a los hermanos indígenas, que tanto han sufrido en los últimos años, ante la ambición de quienes no les importa su modus vivendi y no le aportan la ayuda que requieren para garantizarle una calidad de vida honrosa a la que tienen derecho.
Es de conocimiento público que la represa de Belo Monte es una central hidroeléctrica que se está construyendo en el río Xingú en el estado de Pará, Brasil. La capacidad instalada planeada para la represa será de 11.000 MW, por lo que será la segunda mayor hidroeléctrica brasileña (después de la gigantesca Itaipú de 14.000 MW), y la tercera del mundo detrás de Tres Gargantas (China), representando 11% de la potencia instalada de Brasil. La represa tiene un costo estimado de 3 mil millones de dólares, y la línea de transmisión, 2,5 mil millones. El proyecto está siendo desarrollado por la compañía eléctrica estatal
Lo cierto, que el consorcio Norte Energía, liderado por la estatal Compañía Hidroeléctrica Sao Francisco, e integrado por otras siete firmas, presentó la mejor oferta por el megawatt/hora, de 77,97 reales (40,33 dólares), inferior al tope mínimo de 83 reales -unos 45 dólares- definido por el ministerio de Minas y Energía.
El consorcio, comos se sabe ganó la licitación para la construcción de la hidroeléctrica de Belo Monte, acción para la cual el gobierno debió vencer varios obstáculos legales presentados por ambientalistas. Hasta en el momento en que se realizaba la puja esos grupos ambientalistas iniciaron procesos judiciales para impedir la licitación, pero no lo consiguieron
Se comenta, que para dar a conocer al ganador de la licitación, que sólo duró siete minutos, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica tuvo que esperar a que se superará el recurso jurídico presentado por organizaciones no gubernamentales defensoras del medio ambiente, que también realizaron manifestaciones públicas de rechazo a la puja.
Para esos ambientalistas la construcción de la Hidroeléctrica Belo Monte, que será la tercera mayor del mundo, afectará la biodiversidad de toda la bahía del río Xingu, donde están enclavadas 19 aldeas indígenas, además de pequeños agricultores y ribereños de la región.
Se sabe que una vez terminada toda la obra, a un costo oficial estimado de unos 11 mil millones de dólares, la hidroeléctrica debe tener una capacidad máxima de 11 mil 230 megawatts/hora y una generación promedio de cuatro mil 570 megawatts/hora.
publico.es comenta al respecto que "la central afectará a 50.000 personas que perderán su modo de vida, que depende del Xingú. El río dejará de ser navegable y la pesca estará comprometida" Según un estudio de la Universidad de São Paulo, la obra interrumpirá el curso del Xingú en 100 kilómetros, lo que conllevará "una reducción drástica de la oferta de agua de esa región inmensa".
Esta obra faraónica ha suscitado la atención de celebridades como Sting y James Cameron, director de Avatar, que se desplazó recientemente a la zona y comparó la lucha indígena contra la presa con la de sus navi en la película. Pero Belo Monte no sólo es cuestionada por sus posibles consecuencias medioambientales, sino también por su ineficiencia. Aunque el proyecto prevé una capacidad instalada de 11.233 megavatios, la oferta media de energía no pasará de 4.500, debido a las oscilaciones del nivel del río a lo largo del año. Según diversos estudios, la planta producirá una media anual del 39% de su capacidad, esto es, una de las peores relaciones entre potencia y energía en el sistema eléctrico brasileño.
Pese a la firme oposición contra el proyecto, el Gobierno ha conseguido hasta ahora sacarlo adelante. El Ejecutivo presionó a los órganos ambientalistas para acelerar la concesión de la licencia previa y se esforzó por garantizar al menos dos consorcios empresariales en la disputa. Cuando las empresas Odebrecht y Camargo Corrêa desistieron de presentarse, Lula dijo que, si fuera necesario, el Estado la construiría. Y en cierta medida es lo que ha pasado: los dos consorcios a concurso cuentan con la participación de empresas subsidiarias de la estatal Eletrobras con un mínimo del 50% de participación.
Cabe señalar, que la mayoría de las comunidades afectadas son indígenas. Y esta vez, los pueblos originarios han optado por la resistencia. Alentados por el apoyo de celebridades y la atención internacional brindada al caso, los líderes de trece tribus tomaron una decisión: hacer ruido. Preparan la invasión del área que ocupará la presa, en Volta Grande. Dicen que se movilizarán al menos 140 indígenas, y podrían provocarle un quebradero de cabeza al Gobierno, que se vería en la incómoda tesitura de tener que desalojarlos cuando las obras se inicien.
Se hace referencia además, que los líderes indígenas argumentan que se ha obrado en contra de la ley al aprobar el proyecto, pues la Constitución de 1988 garantiza la protección de los pueblos indígenas. Por el momento, la Justicia se ha apoyado en la idea de que "no hay peligro inminente para la comunidad indígena" porque el concurso público "no implica la inmediata construcción" de la presa. Pero la movilización puede tener el efecto de colocar este asunto en la agenda del debate electoral, que ya está agitado ante las elecciones de octubre.
Iuri Charles Paulinho no es muy optimista con respecto a los resultados de la elección. "Lula siguió el modelo de Cardoso, y Dilma lo continuará", sostiene el activista.
No hay que olvidar, que el presidente Lula, defendió la energía hidroeléctrica, con el argumento de que es "la más barata" y es menos contaminante que las centrales térmicas. El ex-mandatario señaló además que algunas de las críticas al proyecto "son improcedentes porque no tienen en cuenta los cambios que se han hecho al texto", aunque no señaló cuáles. Señaló además el ex-presidente, que de las centrales hidroeléctricas se extrae el 80% de la energía brasileña, y Lula ya ha dicho que el país necesita más presas
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