“OPERACIÓN CONSTITUCIÓN”: MEDIO GRINGO CONFIRMA QUE EEUU PLANIFICABA UN GOLPE MILITAR EN VENEZUELA (+MARÍA CORINA)
El medio radicado en Nueva York, publicó un
reportaje el día de ayer sobre la llamada “Operación Constitución”.
Los objetivos eran detener las elecciones presidenciales del pasado 20 de mayo,
secuestrar al presidente Nicolás Maduro y enjuiciarlo (cuestión que
analizaremos más adelante).
Se suponía que el golpe debían darlo militares venezolanos
de varios rangos con la ayuda de oficiales colombianos y estadounidenses, pero
no prosperó. “Entonces algo falló”, describe Bloomberg. A mediados de
mayo, confirmado en su momentopor el Presidente de la República, una
docena de militares y un par de civiles fueron arrestados por el Estado debido
a sus vínculos con un golpe y magnicidio. Según el medio, los conspiradores
creen que fueron traicionados por un doble agente.
Los corresponsales a cargo de la redacción de este este
artículo no proveen nombres de los conspiradores, a quienes les otorga el
beneficio periodístico del anonimato.
Hacen mención a que algunos militares venezolanos “anónimos”
dicen que “la única esperanza por un retorno a la estabilidad (del país) es
reemplazar a Maduro mediante la fuerza. Eso parece poco probable luego del
fracaso del golpe”.
Ante el “descontento” de algunos grupos militares con
respecto al Gobierno, según el medio, Maduro ha tomado nota, y exige lealtad de
la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a su figura como comandante en
jefe.
El reportaje ubica los precedentes de este intento de golpe
en supuestas reuniones secretas que se dieron entre oficiales de la FANB en
Caracas, a raíz de la conformación de la célula paramilitar del ex policía
Oscar Pérez. Esta asunción sería usada como “inspiración” del golpe militar
fallido.
No es la primera vez que se neutraliza un atentado de este
nivel en Venezuela. La denominada y también fallida Operación
Jericó (2015) tuvo sus nexos directos con Estados Unidos. La
defección de oficiales militares venezolanos que se agrupan en torno a un plan
golpista, con vínculos directos a dirigentes opositores, suele serapoyada por
el establishment estadounidense. El mismo Raúl Baduel contó que un
intermediario de la Casa Blanca le ofreció bienes raíces y millones de dólares
a su nombre si se unía a la causa estadounidense desde el lado militar.
Ya sabemos en qué terminó la historia de Baduel, y asimismo
el de otros militares que decidieron trabajar al lado de Washington, como
Leamsy Salazar.
Resalta, asimismo, es el momento en que se publica esto en
Bloomberg, centrando parte de su argumento en la figura de María Corina
Machado, quien según la información manejada por la periodista Sebastiana
Barráez tambiénestaría implicada en la conspiración.
La exposición de María Corina Machado
De hecho, Bloomberg expone de dos formas a María Corina
Machado en su artículo: por un lado, toma sus palabras, en entrevista
exclusiva, para decir que ella no tiene conexiones con esta trama. “Ellos
quieren silenciar mi voz, porque los etiqueté de narcodictadura. Quiero ser
clara: deseo a Nicolás Maduro fuera del poder ahora mismo. Pero lo quiero vivo
para que así pueda enfrentar a la justicia que su régimen le ha negado a los
venezolanos”.
Posteriormente, cita una supuesta encuesta del servicio de
inteligencia, sin espeficiar cuál, en la que Machado tendría una alta
aprobación entre los oficiales de la FANB.
Debemos recordar que tanto ella como Antonio Ledezma, ambos
parte de la coalición Soy Venezuela, fueron acusados de ser las caras políticas
de la Operación Jericó (continuación del “Golpe azul”). Este es un antecedente
que pone bajo doble sospecha su figura en el contexto de la “Operación
Constitución”, más allá de lo señalado en torno a sus conexiones con el
fallido plan golpista.
Uniendo los puntos, no podemos olvidar tampoco que en medio
de ese contexto conspirativo de mayo pasado se divulgó un audio de
Machado en el que incita a los militares venezolanos a “rescatar el honor
militar”, otra manera de decir golpe de Estado.
Que Bloomberg le dé tanto protagonismo a la dirigente de Soy
Venezuela no parece una casualidad, sobre todo en momentos en los que su figura
asciende en una campaña de victimización publicitada
por algunos presidentes de la región (caso Iván Duque), ex presidentes
reunidos del Grupo IDEA, voceros de la clase política estadounidense como
Marco Rubio, quien encuentra en María Corina Machado su espejo en Venezuela,
además de la canciller canadiense Chrystia Freeland.
Tratar otorgarle ese rol de víctima también sugiere que
probablemente sabían de la operación y ahora se mueven rápidamente a controlar
los daños una vez neutralizado el plan.
El abolengo y la reacción violenta son las marcas de
Machado. Sabiendo entonces que ella estaba siendo impuesta mediáticamente como
una especie de jefa de la oposición (en medio del vacío enorme en ese sector),
la asunción de su figura viene a responder por las necesidades del golpismo
militar que Estados Unidos pretendía cristalizar.
EEUU abandona las sombras
En el contexto de los llamados a un golpe en el seno de la
FANB por parte de altos funcionarios estadounidenses, Machado estaba siendo
encumbrada para dirigir el ala “civil” de la “Operación Constitución”. El
reportaje de Bloomberg infiere que factores extranjeros intentaban
coordinar las acciones en el seno de los militares.
No fue casual entonces la gira de Rex Tillerson, apenas unos
días antes de fuera despedido por Trump de su puesto como máximo representante
diplomático de la Casa Blanca, por algunos países de América Latina, los
reunidos en el Grupo de Lima. Tal gira se centró en la “situación venezolana”,
en un contexto en el que la oposición venezolana a lo interno estaba
incapacitada políticamente para propiciar un escenario de “cambio” y
geopolíticamente se condensaba una fuerte disputa por los recursos de la
región entre Estados Unidos y los aliados euroasiáticos China y Rusia.
En esa oportunidad (febrero de este año), convidó
a la FANB para que se levantara contra el chavismo, al igual que lo hizo
en 2017.
Aquellas declaraciones del ex Secretario de Estado en 2017
fueron respaldadas por Todd Robinson, hasta hace dos meses el encargado de
negocios estadounidense en Venezuela, quien en aquel febrero reciente dijo
a Runrunes que “es evidente que el sector militar tiene mucha influencia
en el futuro del país y si ellos pueden ayudar, no vamos a decir que no”.
Palabras que traen consigo el deseo del involucramiento de
la FANB al ansiado cambio de régimen en Venezuela. Así lo denunció en
su momento Delcy Rodríguez.
En febrero, también, Marco Rubio escribió vía Twitter
que “el mundo apoyaría a las Fuerzas Armadas (sic) en Venezuela si deciden
proteger al pueblo y restablecer la democracia mediante la eliminación de
un dictador”.
A todas estas declaraciones, que conforman el aspecto
público del llamado estadounidense a la FANB, se debe incluir a los
actores colombianos conectados a este proceder.
El eje Washington-Bogotá toma protagonismo en este escenario
por varias razones:
1. Las giras de altos funcionarios estadounidenses como
Tillerson en su momento y el vicepresidente Mike Pence, han tenido como punto
nodal sus visitas a Colombia. Este país es el principal “socio” de Estados
Unidos en la región. La alianza diplomática y política entre ambos es vital
para la concreción desestabilizadora en Venezuela, como lo resaltara
recientemente el presidente Maduro.
2. El vínculo militar entre el Pentágono y el ejército
colombiano es muy estrecho, hasta el punto de que Colombia tiene nueve bases
militares estadounidenses, y recientemente se confirmó al país
latinoamericano como “socio global” de la OTAN, institución liderada
también por Estados Unidos.
3. El embajador gringo en Colombia declaró en agosto de
2017 que “desde que empezó la crisis venezolana, por culpa de los
bolivarianos, se ha contemplado la posibilidad de una aventura militar por
parte de los venezolanos en contra de sus vecinos”, una apreciación sospechosa
tomando en cuenta que el vecino país tiene experiencia en montar banderas
falsas (conocidos también como falsos positivos).
4. La expansión de las sanciones de Estados Unidos contra
Venezuela toma su forma con Colombia como puntal, con la conformación de
un “grupo de trabajo estratégico” que supone la institucionalización por
la vía diplomática, no sólo en el vecino país sino en el Grupo de Lima en su
conjunto, de las operaciones de bloqueo financiero. Ya hubo un primer caso
de embargo de 25 mil cajas CLAPpor parte del gobierno de Santos por este
acuerdo.
5. En Bogotá, la capital colombiana, se realizó una
audiencia dirigida por el ficticio Tribunal Supremo de Justicia “en el
exilio” en donde se acusó a Maduro por su incomprobada corrupción en el
escándalo Odebrecht. Esto fue en abril reciente. El uso de esta ciudad como
sede para este tipo de acciones pudiera responder a la alusión hecha por
Bloomberg de que Bogotá fue donde se planificó la “Operación Constitución”.
6. En Colombia cuenta con el apoyo de Iván Duque, quien
acaba de ser elegido presidente de su país de la mano del uribismo (enemigo
acérrimo del chavismo en la región). Duque se entrevistó con María Corina
Machado en la frontera colombo-venezolana, en una reunión muy mediatizada en la
que el presidente electo, en ese momento candidato, dijo: “Vamos a
trabajar sin descanso para que entre todos los países de América Latina
acorralemos diplomáticamente a la dictadura y Venezuela pueda hacer una
transición hacia la democracia”.
Esa dimensión está conectada íntimamente con la
denuncia del presidente Maduro en recientes días, quien dijo que desde Colombia
se viene preparando una operación de bandera falsa para incriminar al Gobierno
venezolano a supuestos crímenes de lesa humanidad: “Se están montando falsos
positivos, desde Bogotá, para perturbar la paz de Venezuela y cuentan con un
puñado de traidores; políticos traidores, militares retirados traidores, que no
representan el gentilicio venezolano”.
El fallido golpe militar entonces va de la mano con la
conexión Bogotá-Washington, que trabajaron de manera conjunta para cristalizar
los intereses de Estados Unidos. No contaron con que la estructura de seguridad
e inteligencia venezolana pudiera neutralizar el plan, y que la FANB a día de
hoy se mostrara unida en torno a la estabilidad política y social de Venezuela.
Asimismo llama la atención que entre los objetivos del golpe
se incluyera un juicio a Maduro, en un momento en el que se prepara desde la
OEA un expediente que pretende procesar al Presidente venezolano por
crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional de La Haya.
Está claro que se busca no sólo derrocar al chavismo sino judicializarlo para
así destruir su imagen internacionalmente, al estilo serbio.
Lo que hizo Bloomberg, en todo caso, fue exponer a Estados
Unidos como principal agente golpista en Venezuela. Seguramente vendrán más
intentos de este tipo, en los que se busque penetrar el cuerpo de la FANB ante
la ineficacia política de la oposición venezolana para concretar un cambio de
régimen.
(Misión Verdad)
Poco tiempo después, el grupo de los militares fue detenido
y sus planes abortados por los cuerpos de seguridad del Estado venezolano. La
operación que llevaban a cabo fue denominada “Constitución”. Acá más detalles
de la misma https://t.co/yuyP8JyvWppic.twitter.com/mVdfKEVGtF
— Misión Verdad (@Mision_Verdad) August
17, 2018
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