sábado, 7 de julio de 2018

"BaLas" de médicos .

Cascos cínicos

Por: Carola Chávez.
Llegaron los Cascos Blancos a Cúcuta. Llegaron a salvar a los “refugiados“ venezolanos que viven allá. Llegaron con sus batas de médico, con sus cascos de marketing, con Gabi Arellano, con Williams Dávila, con unos políticos colombianos que en su casa los conocen, con unas carpas para montar su circo mediático, pero faltaba algo…
“La estrategia de asistencia medica humanitaria que Cascos Blancos desarrolla en Colombia tiene como objetivo atender diariamente a 200 pacientes, priorizando a mujeres en edad fértil, gestantes, lactantes y menores de 17 años provenientes de Venezuela” –escribieron en su cuenta Twitter. Vinieron a atender doscientos pacientes al día, pero justo el día del debut, cuando todos los medios estaban allí para hacer coro en el concierto, cuando aquello tenía que estar abarrotado de venezolanos harapientos, esqueléticos, desesperados, en sus mejores tomas solo logran captar, si mucho, a medio centenar de personas que no pintan las miserias y penurias que los Cascos Blancos y la mediática mercenaria nos quiere contar.
Más al norte, en la misma Colombia, se mueren los niños de desnutrición y al sur, y al oeste de ese país, millones de colombianos sobreviven su condena a la miseria, por los siglos de los siglos; pero ese no asunto los Cascos Blancos, ni del gobierno colombiano. Esos han sido siempre un asunto de Venezuela, que los recibe sin escándalos, sin fotos, sin show, sin Cascos Blancos.
El problema de los Cascos Blancos es que ya sabemos lo que hacen, hemos visto el reguero de sangre que dejan a su paso. Son el cinismo, porque se supone que los médicos salvan vidas, pero estos allanan el camino a la muerte. No son más que terroristas, financiados por la OTAN, disfrazados de doctores, escenificadores de operaciones de falsa bandera, prologuistas de bombardeos “humanitarios”.
En 2017 padecimos una versión tropical y fallida de estos bichos. Eran los Cascos Verdes que, dotados con cámaras Go Pro chísimas, documentaban la violencia que los guarimberos generaban y se la achacaban al gobierno como crímenes de estado. Aquello no cuajó, como no cuajó la guerra que nos querían imponer.
Ahora llegan a Cúcuta, mientras Mike Pence en Manaos, monta otro show igualito, Y la oposición calladita, y el mundial en pleno apogeo. Y creen que nadie se dio cuenta.

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