PRINCIPALES PLANTEAMIENTOS
EMITIDOS POR MARIANO RAJOY,
PRESIDENTE DEL GOBIERNO ESPAÑOL,
ANTE EL CONGRESO LUEGO DE LA
DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE
CATALUÑA
REACCIÓN A DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE CATALUÑA
· El Consejo de Ministros ha acordado esta mañana requerir formalmente al Gobierno de la Generalitat para que confirme si ha declarado la independencia de Cataluña al margen de la deliberada confusión creada sobre su entrada en vigor.
· Este requerimiento que se produce al amparo del artículo 155 de nuestra Constitución, pretende ofrecer a los ciudadanos la claridad y seguridad que requiere una cuestión de tanta importancia (…) Es la respuesta que el Señor Puigdemont ondea a este requerimiento, la que marcará el futuro de los acontecimientos en los próximos días. En su mano está volver a la legalidad y reestablecer la normalidad institucional, como todo el mundo le está pidiendo, o prolongar un periodo de inestabilidad, tensiones y quiebre de la convivencia en Cataluña. ¡Deseo fervientemente que acierte en su respuesta!
· Nuestra democracia vive estos días uno de los momentos más graves de su historia reciente. No se trata de una disputa de competencias sobre una diferencia entre administraciones. No estamos siquiera ante un problema de orden público, lamentablemente no es así, lo que vivimos estos días en Cataluña, España y en Europa, nada tiene que ver con las diferencias políticas que cotidianamente se gestionan de forma democrática en los países democráticos.
· Estamos ante hechos, comportamientos y actitudes que superan en mucho la saludable controversia política propia de las sociedades civilizadas. Estamos ante el cuestionamiento y el desafío a requisitos previos a cualquier discusión política. Me refiero a principios como son: el imperio de la Ley, el Estado de Derecho o la ruptura deliberada de la concordia entre los ciudadanos. Estamos hablando en definitiva de un cuestionamiento sin precedentes o los ejes sobre se presenta una sociedad democrática: la libertad, la pluralidad y la legalidad.
· Desde que recuperamos la democracia hace 40 años, los españoles hemos sabido encontrar en la diversidad de ideas, anhelos y proyectos, un espacio para el acuerdo, donde los ciudadanos de todos los rincones de España nos sentimos representados (…) Ese acuerdo plasmado en nuestra Constitución une generaciones, territorios y personas en un proyecto común que nos ha convertido en uno de los mejores países de mundo. Esto es lo que se ha puesto en riesgo en los últimos tiempos.
· Los problemas que se viven en Cataluña, no son más que la consecuencia inevitable de la crisis institucional que allí se ha venido gestionando deliberada e irresponsablemente desde hace meses.
· Lo que ocurrió en los plenos del Parlamento los días 06 y 07 del pasado mes de septiembre, ha sido el detonante de una escalada de radicalidad, desobediencia y tumultos de la que no existe precedentes en nuestra historia reciente (…) El diagnóstico de la situación no admite muchas discrepancias, los gobernantes de Cataluña y principales representantes del Estado allí han utilizado su posición institucional para perpetrar un ataque desleal y muy peligroso contra nuestra Constitución, la unidad de España, el propio estatuto de Cataluña y lo que es peor, contra la convivencia pacífica entre ciudadanos, algo que ningún gobernante responsable se debe permitir.
· El pasado 01 de octubre el Gobierno autonómico incumplió la Ley, las sentencias de los Tribunales, su propia legalidad y además soliviantó las calles para simular una legitimidad democrática de la que carecían sus decisiones.
· Quienes estamos presentes en este hemiciclo encarnamos el Poder Legislativo en representación de los ciudadanos (…) En nombre de los ciudadanos controlan ustedes la labor del Gobierno. Hacemos las Leyes conforme a la Constitución y a la voluntad de los ciudadanos, esa es la legitimidad democrática y frente a ella no existe legitimidad alternativa posible.
· Lo que hemos visto estos días en las calles de Cataluña, el desorden, la división entre catalanes y finalmente la huida de empresas, no son más que dramáticas consecuencias de la violación de la Ley (…) Es la Ley la que nos permite vivir civilizadamente, la que ampara los derechos de todos, la que defiende al débil, la que delimita a los causes de la convivencia en armonía; cuando falla la Ley triunfa la arbitrariedad, se abre paso el abuso, la injusticia, se pisotean los derechos y desaparece la concordia.
· Somos libres cuando todos nos sometemos a la Ley y perdemos esa libertad cuando la Ley deja de ampararnos, por eso lo que no es legal no es democracia.
· A lo largo de esta intervención me propongo explicar los pormenores de lo ocurrido y de la respuesta del Gobierno (…) Lo que les adelanto es que ese referéndum es ilegal y es ideado para volar nuestra Constitución, la unidad de España y el propio estatuto de Cataluña. Ha fracasado rotundamente, tal y como lo ratificó la semana pasada la Junta Electoral Central. En consecuencia, ningún resultado de ese referéndum ilegal y fraudulento puede ser esgrimido como argumento para legitimar ninguna decisión política y mucho menos la independencia de Cataluña.
· Los catalanes y el conjunto de los españoles están viviendo los acontecimientos de estos días con inquietud y zozobra (…) Todos tenemos la obligación de contribuir a mitigar ese desasosiego con serenidad, defendiendo nuestra norma de convivencia y nuestros valores entre ellos: el respeto a la verdad.
· El pasado 1 de octubre el Gobierno de Generalitat de Cataluña pretendió llevar a cabo un referéndum ilegal (…) No fue una acción inocente, ni espontanea ni democrática. Fue el último episodio de una estrategia política destinada a poner al conjunto de la sociedad catalana y a todos los españoles una independencia que pocos quieren y a nadie conviene.
· Para entender lo que ha pasado y para evitar que vuelva a suceder en el futuro tendríamos que remontarnos al 2012. (Explica lo sucedido para la fecha).
· Siempre hubo por mi parte disposición al diálogo (…) He tenido más entrevistas con los responsables de la Generalitat que con los que de cualquier otra autoridad autónoma, siempre mostré mis sinceras disposición a entender nos y colaborar con la solución de los problemas de Cataluña. Si hubiesen querido dialogar no hubiese sido necesario convocar a elecciones autonómicas en el 2012, un simulacro de referéndum en 2014 y otras elecciones autonómicas-plebiscitarias en septiembre de 2015.
· Nunca han tenido el apoyo democrático de los catalanes para avanzar en la independencia (…) a pesar de ellos siguieron en su huida hacia delante en vez de buscar la alianza con cualquiera de los partidos de mayor representación en Cataluña. Decidieron echar en brazos de la fuerza política más minoritaria y más anti-sistema de todas.
· Los gobernantes de Cataluña no pueden alegar que no se dialogó con ellos simplemente porque no es verdad (…) Tampoco puede alegar que no se les haya ayudado como con el resto de las comunidades autónomas porque estos años han tenido acceso a casi 70 mil millones de euros en mecanismos de liquides, aproximadamente un tercio del total nacional. Ni siquiera pueden alegar que sea mi Gobierno y mi persona la única que se opone a sus pretensiones. Les recuerdo que esta Cámara también rechazó concederles la competencia para organizar un referéndum de autodeterminación en abril de 2014.
· Tienen los votos y la legitimidad necesarios para gobernar la comunidad autónoma pero no para imponer una independencia unilateral o para liquidar su propio estatuto de autonomía.
· Todo esto responde a una estrategia deliberada para separar a Cataluña de España en contra de la mayoría de los catalanes y del Conjunto de los Españoles, que no olvidemos son los únicos competentes para decidir sobre esta cuestión.
· Es un plan antidemocrático desde su origen pero también por sus métodos y en sus consecuencias.
· Lo que sucedió el 6 de septiembre en el Parlamento de Cataluña no fue una Sesión Ordinaria sino un debate fraudulento, un acto de insumisión en el que se desobedeció la suspensión del Tribunal Constitucional y se privó a los Partidos de oposición de sus legítimos derechos (…) Se atacó nuestra Constitución, también a las normas e instituciones del Gobierno de Cataluña y el propio estatuto.
· Para imponer su proyecto necesitan poner a unos catalanes contra otros, acosar al discrepante e imponer una uniformidad que no existe (…) Pasar por encima de todo lo que constituye el ejercicio deliberativo e incluyente que define un régimen democrático.
· Ante este golpe contra nuestro modelo de convivencia la respuesta del estado ha sido ajustada al derecho, proporcionada e integral (…) Gracias a la actuación conjunta de todas las instituciones se pudo desactivar la organización logística del referéndum de autodeterminación antes que este se produjera.
· No existe un solo país en el mundo que se haya tomado mínimamente en serio lo que vivimos el pasado 1 de octubre.
· El Estado ha actuado como lo habría hecho cualquier país democrático (…) Actuar frente a quienes incumplen la Ley es proteger los derechos de todos.
· Se ha incautado material, se han hecho registros, se han planteado denuncias, se han citado autoridades públicas y todo de acuerdo con las garantías democráticas de nuestro Estado de Derecho.
· Los únicos responsables, conviene no olvidarlo, son aquellos que se empeñaron en mantener esa convocatoria a sabiendas que era absolutamente inviable (…) Los culpables son quienes se empecinaron en seguir con su desafío a la Constitución y organizaron grupos de activistas para impedir que las fuerzas de seguridad pudieran cumplir el mandato judicial.
· Una democracia representativa como la que gozamos los españoles es inseparable del respeto al propio marco que la hace posible. El voto es esencial en la democracia pero es una falsedad completa ese mantra que tanto se ha abusado: votar contra la democracia.
· Luego de los acontecimientos de estos días todos hemos recuperado la percepción del alcance y la importancia de los valores.
· Cuando se rompe la Ley democrática la sociedad en un conjunto se resiente y se va al camino hacia el enfrentamiento.
· No conviene seguir llamándose a nuevos engaños, a estas graves consecuencias seguirán otras peores mientras en Cataluña no se reestablezca el orden, la seguridad jurídica y el imperio de la Ley.
· Se necesita urgentemente volver a la legalidad y evitar que siga la tensión social y el deterioro económico (…) Nunca en su historia los catalanes han gozado de libertades, de más autonomía, capacidad de gasto y reconocimiento internacional.
· España no se va a romper mientras no lo decidan así sus ciudadanos y cualquier Gobierno, el que yo presido o el que pudiera presidir cualquiera de ustedes, está obligado a defender la unidad del país y la soberanía nacional.
· He reclamado un apoyo responsable y generoso porque están siendo amenazados los valores que a todos nos importan.
· Sé muy bien que la tranquilidad de sus ciudadanos pasa por cerrar la fractura y restañar las heridas que tantas historias y radicalidad han causado en su cuerpo social.
· Hay que reencontrar esa Cataluña mestiza que tanto ha contribuido al bienestar y al progreso de España.
· Siempre he sido y seguiré siendo un firme partidario del diálogo como forma de resolución de los conflictos en la política, en la vida cotidiana o en cualquier ámbito pero debo advertir que no es posible aceptar bajo la apariencia de un diálogo equívoco la imposición unilateral de puntos de vistas que se saben imposibles de aceptar por una de las partes.
· Tampoco es posible un diálogo para acordar sobre lo que está expresamente prohibido en el artículo 2 de la Constitución (…) Esto lo tienen que tener en cuenta la mayoría de los mediadores que en estos días se han ofrecido para colaborar en la búsqueda de una salida a esta situación.
· No hay mediación posible entre la Lay democrática y la desobediencia o la ilegalidad (…) Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos de la Carta de Naciones Unidas.
· Es hora de poner fin a este desgarro y hacerlo con serenidad, prudencia y con el objetivo último de recuperar la convivencia.
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