#EL 15 de
octubre gana Chávez
Kloriamel Yépez Oliveros
Permítanme usar este
horrible sonido gutural: hashtag; este espantoso vocablo
mediático engendrado en las redes contracomunicacionales de los laboratorios de
guerra síquica. Este incoherente borbolleo de ahogado en su propia sangre, utilizado
por tirios y troyanos semiológicamente entrampados en la pereza mental del
lenguaje virtual, concebido a prueba de pensamiento analítico, a prueba de
reflexión, a prueba de ideas, de contacto, de afectos, emociones y sentimientos;
que ocupa, en la jerarquía bélica-mediática, un sitial de honor por su
victoriosa guerra de inteligencia arrasada.
Este iconito aparentemente inocuo, más su difusión viral
vía Facebook, Instagram, Twitter, y etcéteras; articulan el significante “popular” atribuido a lo
masificador, rudimentario, multitudinario, asambleario, -tumultuario, decía
Jorge Olavarría cuando la Constituyente del 99-, que le asigna la esclerosante Academia
de la lengua postmoderna.
Puestas las cosas en blanco y negro respecto al símbolo vacuo, vamos a
connotarlo en su acepción de moda, vamos a intentar entendernos, algo así como:
si del cielo te llueven limones, haz limonada. O esta otra: agarrando aunque
sea fallo.
Vamos a jugar con el susodicho hashtag para colocar en la
palestra fugaz, una acertadísima consigna electoral de Diosdado: El 15 gana
Chávez. Vamos a viralizarla para movilizar a la gente, a los activistas de
tendencia díscola, para atacar reumatismos abstencionistas, insomnios
derrotistas, peas y ratones triunfalistas, diarreas híper carbohidráticas,
cefaleas intelectuales de izquierda, cefaleas intelectuales de derecha, perezas
funcionariales de bolsillos llenos que olvidan al que no come, la arrechera de aquel
a quien le robarán la batería el sábado en la noche, o se le espicharán los
cauchos podridos, o peor; el suegro supra escuálido se le infarta por derrota
anunciada; o la derecha fascista ensaya en el barrio su ultra fallido plan no
te dejo votar: “Maduro vete ya”.
Vamos a viralizar la consigna de Diosdado para que nadie se quede en la
cama o en el sillón pues al combate se va, que todos vayamos a defender la Era
que está pariendo un corazón y no puede más, se muere de dolor y hay que acudir
corriendo pues se nos puede caer el porvenir de Nuestramérica, si el
triunfalismo, esa prepotencia ideologizante, ese sectarismo castrante, nos condena a
anticipar, estúpidamente, el knock out.
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