Preguntas y principios de Gobierno
Popular
El documento que presentamos, es un
texto para su discusión colectiva. Aquí proponemos algunas ideas y conceptos de
lo que ha venido fraguándose como Gobierno Popular y su potencial hoy en
nuestras tierras, sin entender esto como un utopismo abstracto sino la
concreción de una tendencia social liberadora que comenzó a abrirse paso desde
la misma revuelta del 27 de febrero del 89. La creación, constitución y
expansión del poder popular ha sido desde su nacimiento un propósito unificador
de la lucha popular, y un eje transversal de toda la revolución bolivariana y
socialista,en su vertiente más radical. Su historia con todos los tropiezos,
represiones, perversiones internas y saboteos, aún así sigue adelante, siendo
esto una gran victoria política de nuestro pueblo.
Sin embargo, muchos nubarrones
tenemos por delante, primero un mundo que se acopla imperialmente desde sus
costados occidentales y orientales mundiales y para los cuales somos un blanco
importante, frente a lo cual tenemos que prepararnos “desde abajo”. Luego, por
sus costados internos, donde la decadencia y desastre económico del
Estado-nacional burocrático, rentista, corrupto, es cada vez mas crítica,
deshaciéndose la legitimidad de sus instituciones y la funcionalidad de sus
partidos y cúpulas que han polarizado la historia política en los últimos años,
fenómeno que crea las condiciones para el fortalecimiento de autocracias
internas y cualquier cantidad de desbordes reaccionarios.
Ya no basta entonces con hablar de
gobierno nacional y por otro lado del
poder popular. En nuestra consideración es imprescindible un paso de avance que
permita acelerar ante de que sea tarde la “pulverización del estado burgués”
pedida por Chávez. Es hora de comenzar el proceso constitutivo de
“Gobierno Popular” desde un espacio
externo al Estado pero al mismo tiempo con fundamentos y principios universales
y propios que lo proyecte en un futuro como un espacio transversal y multidimensional,
con capacidad de disputarle todo el poder al Estado del capital.. Una
revolución social y libertaria como la que nos hemos planteado no tiene ninguna
salida sin esta ruptura, para lo cual debemos a nuestro modo de ver preparar
las condiciones políticas desde ahora para este salto.
Nuestras preguntas y nuestras
repuestas:
-¿Qué quiere decir “pueblo” cuando
hablamos de Gobierno Popular?. No estamos definiendo “al pueblo” como una sustancia
abstracta de soberanía, bajo el entendido liberal o populista. Siguiendo la
definición recordada por Jodi Deam, en su libro “el horizonte comunista”,
referimos “pueblo” como “la parte de los sin parte”, el pueblo como esa fuerza
dividida y divisiva que hace parte de un “resto del nosotros” que quebrado,
desposeído pero a la vez generador de esa “parte” o ese resto del todo social,
es capaz de optar por otra vida y luchar por ella y darle forma; “el pueblo” es
el que está en lucha, es la vanguardia colectiva de una sociedad quebrada y
fragmentada. Se trata de diferenciarse completamente de toda aquella simbología
popular tan utilizada por cualquier demagogia del Estado protector y redentor
que se autolegitima en una “soberanía popular” que todos los días expropia.
Aunque comience en su parte de los sin parte, aquí solo el pueblo salva y
emancipa al pueblo.
-¿Quien es el Gobierno Popular?. Obviamente estamos hablando de un
gobierno de muchos y muchas, que en su parte rompen las relaciones de sumisión
y explotación, pero no de un “todos” inmediato y además imposible de juntar por
la propia desigualdad social y los miedos infundidos a unirse a los procesos de
liberación. Desde el principio del no-Estado (un gobierno que no es un
Estado-nacional), una parte de ese todo social que es el pueblo al que nos
referimos, desencadena nuevas formas políticas de gobierno donde no media la
externalidad del Estado, el “desde arriba” de las tradicionales cúpulas que
asumen la representación de la sociedad civil. Se derrumba el viejo poder de
élites de cualquier tipo y se provoca el espacio posible autogobernante,
constituyente, originario. Muchos y muchas irán dándole forma sin
predeteminación otra que no sean amplio consenso o contratos sociales de
autogobierno, como en efecto lo estamos haciendo. No es un gobierno que se
instala desde una o varias cúpulas políticas, sino que se va haciendo, que va
sumando, que va integrando y mediando diferencias, hasta irrumpir por completo.
-¿Qué es lo que gobierna el Gobierno
Popular?. Pongamos
en claro que al no estar determinados por la lógica del Estado-Nación, tal
gobierno no gobierna personas (principio del despotismo puro) ni instituciones
en sí (principio del estado liberal-democrático). Se trata de constituir
gobierno desde los procesos concretos donde se constituyen espacios de
gobernabilidad común. Gobierna por tanto procesos de liberación que pueden
llegar a ser in-finitos en el tiempo, determinados espacialmente por la
territorialidad del fenómeno de insubordinación que se es capaz de generar
dentro y más allá de la nación, extensos de manera impredecible en las formas
institucionales que adopte, hasta convertirse en una hierba transversal a todos
los tiempos y espacios de la vida nacional y más allá de la nación, capaz de
provocar el nacimiento de “otra política y otra gobernabilidad”, radicalmente
contraria a la forma-Estado creada históricamente por las burguesías emergentes
europeas.
-¿De qué tipo de gobierno o
democracia se trata?. Se entiende que al no ser un gobierno representativo de nada, es un
gobierno básicamente asambleario, delegativo-funcional, rotativo, absolutamente
transparente, de plena y continua rendición de cuentas, que no posee ninguna
burocracia propia sino personales que se avocan a trabajar libremente para sus
necesidades, funciones y metas específicas internas. No es una simple
democracia formal, como se dijo en aquellos días del 27F es una “democracia de
la calle” -o también diríamos del saber- que supone una fusión libre de
voluntades cada vez mayores bajo formas de convivencia y libertad cada vez más
avanzadas y complejas, para lo cual no hay modelo preestablecido de soberanía
(“no hay calco ni copia” siguiendo las enseñanzas de Mariátegui y Simón
Rodríguez), sino invención concreta de una verdadera República autogobernante,.
-¿Cuál es el lugar del Gobierno
Popular?. No se
trata de un gobierno que reside en ningún lado específico como es el caso de
los gobiernos de Estado en sus dimensiones nacionales, regionales y locales. Su
residencia es el lugar de su convocatoria y donde se resuelve a decidir y
trabajar. No es posible “tomarlo” por tanto, simplemente se ejerce donde se es
necesario y posible, así sea un “rancho” perdido o un “palacio” expropiado, en
combinación con otros espacios. No se trata entonces de un “lugar” de gobierno
sino de una estrategia de poder, ejercida donde se decida y pueda hacerlo. Cada
espacio de Gobierno Popular va
construyendo un centro o centros propios, con poderes que se acrecientan y que
van “pulverizando el Estado burgués” como pedía Chávez.
-¿Quién autoriza al Gobierno
Popular?. Se trata
de un gobierno de muchos y muchas que no tienen parte en el festín de la
acumulación capitalista, por tanto se autoriza a sí mismo teniendo como base
los principios constituyentes, los contratos sociales, las cartas de lucha, que
se vayan acordando y dándole legitimidad territorio por territorio emancipado,
todo lo contrario de lo que supone una autocracia democrático-liberal o
despótica. De esa manera, no está determinado por un régimen exterior a él sino
por la inmanencia de su propio proceso. Cada ejercicio real de gobierno popular
va determinando sus formas y regímenes internos donde se explaye la creatividad
popular, incluidas las formas de votación y organización necesarias. Podríamos
decir en ese sentido que el Gobierno Popular es “la dictadura de la máxima
democracia posible” (Marx lo llamaba
“la dictadura del proletariado”, el filósofo Spinoza “la democracia absoluta”
los anarquistas “el comunismo libertario”, nuestros indígenas del sur “el
Aylú”, son términos que suponen
esencialmente lo mismo en su definición, mas allá de sus matices
doctrinarios e históricos. Incluso aquí en Venezuela de forma mas ambigua se le
ha llamado “Estado comunal”) .
-¿Qué es lo que gobierna un Gobierno
Popular?. Desde el
principio del Estado-Nación, su gobierno es único, representativo (representa a
la nación y al pueblo) e insustituible. Es la condición para la sobrevivencia y
reconocimiento de un Estado. Aquí, por el contrario, estamos hablando de formas
de gobierno que el pueblo del que hablamos se va dando en un proceso
constitutivo complejo donde el ejercicio de poder propiamente (la capacidad de
imponer su decisión) será más “única” (en su forma no-estatal, es decir,
“único” mas no en régimen único) en la medida en que vayan implosionando la
viejas formas del poder de Estado y la hegemonía de un gobierno popular
aumente. Esto se dará en un tiempo y espacio regional y planetario imposible de
prever, y ninguna certeza de que va a vencer. Para los momentos como el que
vivimos en este espacio del planeta, podemos decir que estamos en la capacidad de
multiplicar por todo el territorio formas de Gobierno Popular donde el
ejercicio concreto del poder popular se ejerza autonomamente de acuerdo a la
ley, o se amplíe esta capacidad mas allá de ella hasta superarla por completo,
y por otro lado, de acuerdo a la capacidad de movilización y legitimidad
alcanzada, “ponga contra la pared” a los poderes fácticos del capital y los
poderes legales del Estado hasta sustituirlo, cumpliendo los propósitos
liberadores que determine cada comunidad. De esta manera el colectivo tendrá
cada vez más poder para ir planificando y ejerciendo efectivamente un horizonte
igualitario para una nueva vida, creación de nuevas relaciones de producción,
destrozar las divisiones de trabajo, status social y saberes que nos ahogan
bajo la opresión capitalista. Cada situación determinará la formas de esta
confrontación, sus avances y retrocesos, su paz como su violencia inevitable.
-¿Que ejercicio de ley y de derecho
es posible desde el Gobierno Popular?. La ley burguesa no se impone por su misma razón y la
representatividad de los individuos que la dictan, tal como lo quisieron y
formularon los creadores originales del modelo del Estado-nación. La ley en
definitiva se impone por la fuerza, imponiendo la esencia de ella bajo la
sociedad capitalista que es la propiedad. El avance revolucionario nos ha
permitido valernos de una constitución que puede se usada en primera instancia,
allí donde se afirma que la soberanía popular es intransferible y por otro lado
haciendo de la asamblea popular (“de ciudadanos”) un lugar vinculante de
obligada obediencia por parte del Estado. Si no hay ni la fuerza ni la
hegemonía cultural suficiente para hacer valer del todo la ley revolucionaria,
sí es posible no obstante ir creando mecanismos normativos y legales cada vez
mas amplios desde donde el pueblo se dote de su propia ley y obligue la poder
constituido a acatarlas y reconocerlas, sosteniéndose en premisas
constitucionales. El juego de las bases constitucionales del poder popular y la
fuerza del Gobierno Popular como estrategia y movimiento multiplicándose,
permitirá generar formas parlamentarias de decisión y tribunales propios donde
el pueblo al cual aludimos le vaya quebrando el espinazo a la esencia de la ley
burguesa que es la propiedad y la represión al desobediente frente a ella. No
se trata de caotizar el mundo sino de crear un orden totalmente distinto y
variado, donde la decisión por ley aprobada en lo que respecta a la propiedad,
los derechos sociales, las formas de convivencia, ordenamiento institucional
del Gobierno Popular, castigos al
delito, etc, tenga su raíz en decisiones de ley aprobadas por nuestros propios
espacios de gobierno, y con la fuerza para imponerlas. La ley revolucionaria
frente a la ley burguesa es un espacio por excelencia de correlación de fuerzas
que tenemos que abordar con toda la creatividad e inteligencia necesaria,
entendido como dicen muchos que lo que no es posible por acuerdo y negociación
será por la insurrección.
-¿A que se enfrenta el Gobierno
Popular?. Por supuesto se enfrenta al Capital y el Estado como entidades
universales de dominio capitalista, pero dentro de un orden mundial que rebasa
el ejercicio nacional y los obliga en su lógica económica o política a
convertirse en pequeños cónsules de un mundo aún conflictuado por los grandes
intereses imperiales, y lleno de poderes paralelos y “microfisicos”, por lo
general privados, mafiosos, a estas entidades legales. Pero hay que advertir
que no estamos en posibilidad de ninguna batalla final. Podemos apostar a una estrategia
de poder dual -equivalencia de poderes en pugna estatistas y no estatistas-
dentro de espacios que si todo va bien podemos abarcar el espectro nacional,
suscribiendo los principios libertarios de la revolución bolivariana. Se
comenzará con acabar con los despotismos regionales tradicionales, con las
desgraciadas formas del colonialismo sobreviviente, con las nuevas formas de la
criminalidad y opresión mafiosa, con las entidades monopólicas que absorben
todas las economías locales y regionales. Pero también es perfectamente posible
ir acabando con las entidades institucionales del Estado burgués como escuelas,
hospitales, cárceles, policías, y ser sustituidas por entidades liberadas por
el Gobierno Popular que tengan que ver con la salud, la educación, los
servicios públicos, el ambiente, la seguridad, la justicia, etc, dándonos una
nueva estructura pública en manos de los pueblos. Y por supuesto todo ello va
ligado nuevos espacios de defensa frente
al monstruo imperial y sus tentáculos locales, como a la generación de nuevas
formas de vida soportadas materialmente en nuevas relaciones de producción,
distribución, comercialización. La relación entre defensa y producción es
básica para una nueva soberanía, es la comunalidad autogestionaria preparada para
enfrentar cualquier agresión externa o interna bajo los principios de la
“guerra de todo el pueblo” por la conquista de la mayor felicidad colectiva.
-¿Qué puede hacer el Gobierno Popular
frente a la hegemonía del mercado y la economía capitalista?. Siguiendo la misma lógica de la
confrontación con el Estado, aquí tampoco se trata de acabar por decreto con el
mercado y la propiedad, hablando de elementos
inscritos en la vivencia cotidiana global, una dialéctica de lucha muy
compleja que debe mantener su capacidad de ir destruyendo la lógica capitalista
de la explotación, el saqueo a los pueblos y la depredación natural. De lo que
se trata es de socializar en las formas más avanzadas y participativas
elementos que están totalmente privatizados y monopolizados y que el Gobierno
Popular debe propugnar su socialización de incorporando la sabiduría dispersa
entre toda a complejidad social. Pero se trata así mismo de tomar medidas
contundentes y universales empezando por la propiedad de la tierra que debe ser
socializada y la propiedad común del conocimiento. Hay mucho que expropiar al
Estado burocrático y la empresa monopólica que solo sirven al incremento de la
pobreza, cuando no abandonadas fábricas y materiales por nuestra inútil
burocracia. Tenemos en nuestro caso el problema de la Renta Petrolera, que
debemos ir apropiándonos de ella' ”desde abajo” hasta llegar a una alianza de
gobernabilidad conjunta entre los trabajadores petroleros con cada vez mas
control democrático sobre la industria, sus instancias de decisión y los
espacios autogobernantes del Gobierno Popular, poniendo al Estado-nacional
“contra la pared” en lo que respecta a su uso y distribución, sacándole de las
manos por completo la apropiación histórica del gran capital sobre ella. Pero
al mismo tiempo, muchos más allá de la renta, es imprescindible generar formas
de planificación participativas y de mercado donde prive el control social
sobre ellos y la conciencia colectiva sobre el objetivo común a alcanzar para
garantizar el bienestar igualitario. El Gobierno Popular es en ese sentido un
gobierno plenamente socialista, antiestatista y anticapitalista, avocado a la
generación de una colectividad con capacidad de engendrar una economía, es
decir, formas de producción, distribución y consumo, no-capitalistas y
altamente colectivas, sanas y solidarias, hasta desmoronar por completo el
Estado rentista del capital.
-¿Cuales son las formas de
autogobierno a las cuales apuesta el Gobierno Popular?. Obviamente las formas de
autogobierno no son predecibles, cada pueblo inventará las suyas. Ahora si todo
esto tiene sentido es porque efectivamente hemos construido las bases mínimas
para un Gobierno Popular de “las partes sin parte” de un “resto del nosotros”
que no se acopla a ningún orden preestablecido que no hay sido el suyo producto
de su lucha. Esa es la revolución lo otro es pacotilla discursiva. En ese
sentido desde los Consejos Comunales-Comunas, los corredores comunales
establecidos, el control obrero y el movimiento de ello, mas la cantidad de formas
movimientales y de control social a nivel de salud, comunicación, educación,
ecología y derechos sociales, establecen en sí la premisas de ese gobierno
popular y los sujetos constitutivos del mismo. Y ahora es que falta, la
articulación y potenciación productiva, comunicacional y política de ello será
la expresión propiamente del Gobierno Popular en Venezuela.
-¿Cómo se constituye el Gobierno
Popular?. Esta
siempre será la pregunta pendiente. Sin duda todo tendrá que ver con los
niveles de lucha y organización que se alcancen, algo que puede acelerarse o
detenerse de acuerdo al avance del poder popular en los próximos tiempos.
Estimamos posible en todo caso un movimiento que vaya hacia el debate y más
adelante la construcción de una primera carta constitutiva, o contrato social,
que pueda ser la base para que muchos espacios autogobernantes o con la
potencialidad de serlo, se sumen a este movimiento conjunto constitutivo. Si se
logra, es perfectamente posible llegar a una verdadera asamblea constitutiva de
un primer Gobierno Popular y la determinación de los principios de su contrato
social a nivel nacional. De todas formas si pretenciones nacionales inmediatas
se considera que n son posibles alcanzar por ahora, este avance puede darse
regionalmente de la misma forma. En una suerte de suma geométrica de las
mejores voluntades dispuestas a ello que se conformen en la vanguardia primera
del Gobierno Popular diseminado por diferentes espacios en el país, buscando su
integración nacional progresiva.
-¿Cuál es la relación entre el
Gobierno-Estado y el Gobierno Popular?. De acuerdo a lo que venimos exponiendo esta es una relación
básicamente contradictoria cuando no antagónica, pero que dependerá del mismo
devenir político del proceso y la nación. Desde los comienzos de la revolución
bolivariana, hablando de poder popular y de proceso popular constituyente, esa
relación entre poderes de Estado y del no-Estado se entendió como una relación
de apoyo y “devolución del poder al pueblo”. Ahora, la buena voluntad política
se convirtió en paternalismo, en burocratización y cooptación del poder
popular, en intento de administración vertical del mismo hasta llegar a
pervertirse y corromperse en muchos casos. Sería ideal un “cambio de timón”
como pidió Chávez para regresar al punto de principio y sanear esta situación
bajo una profunda autocrítica. Pero la tendencia no va hacia allá, sino a un
juego de discurso, de generación de formas artificiales de Gobierno Popular
desde Miraflores, y reafirmación autocrática al interno de partidos y el poder
constituido. Por ello se tensa cada vez esta situación, aunque se siga apoyando
al gobierno constituido. Si triunfa la derecha en los próximos tiempos esa
situación será sin lugar a dudas antagónica y muy probablemente violenta. Por
ello mismo, la relación entre uno y otro es imposible de definir a priori,
fuera del contexto real en que se viene dando. Desde el amor hasta la guerra
todo es posible. Ahora, ya a estas alturas, dada la experiencia recorrida, y
las circunstancias mundiales en que estamos envueltos, lo que es imprescindible es la existencia y
reconocimiento de la estrategia constitutiva de Gobierno Popular como principio
unitario de base que formalice definitivamente el paralelismo de poderes dando
un salto cualitativo imprescindible al proceso revolucionario, y así estar
algún día en condiciones de exigir “todo el poder al Gobierno Popular”.
-¿Cómo puede ser reconocido un
Gobierno Popular entre nosotros?. No se puede esperar reconocimientos inmediatos de algo que no
hace parte de la lógica de dominio del mundo que vivimos. Será reconocido en la
medida en que el gobierno popular gobierne y se pida su reconocimiento, algo
muy parecido a lo que pasa con la revolución en Rajova del Kurdistán Sirio, con
las espirales de “buen gobierno” en Chiapas; formas de no-Estado donde el
ejercicio de gobierno colectivo entran en otra lógica y cultura totalmente
distintas, en una suerte de “constituyente originaria”, y por tanto se
adelantan a un mundo realmente diferente del cual apenas estamos viviendo sus
primeras expresiones, muy difíciles de reconocer. Que el gobierno venezolano
empiece por aceptarlo sin querer absorberlo ya sería un paso, pero muy difícil
en este contexto de polarización, corrupción y burocratización avanzadas, a lo
cual nos referimos. Otros movimientos en el mundo lo podrían hacer y también
hay que pedírselos. Pero el primero en que se debería buscar reconocimiento es
en el pueblo “del todos” o al menos del “muchos mas”, independientemente de las
formas y expresiones propias “de la parte” involucrada. Lográndolo hacia abajo
estaremos venciendo, lo demás, hacia arriba, hacia el mundo, viene solo.
Roland Denis
Asamblea de Militantes
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