viernes, 27 de marzo de 2015

Nestor Francia / Análisis de Entorno: 

Tendencia peligrosa en torno a la 

credibilidad

nestor francia

- Secuestro de niños: campaña terrorista

- Condena de Carlos Ocariz y de la Cámara Municipal de Sucre

- ¿Qué pasó aquí?

- “Yo no fui”

- Sustentar las denuncias en evidencias palpables

- Tendencia peligrosa en torno a la credibilidad

- No lanzar a una parte del pueblo a la confusión y al desengaño

- Portadores de la verdad y no partícipes de un espectáculo político

- Si Ocariz es culpable, que vaya preso ¿Y si no?

- Son los niños, son sagrados

- Respaldo a la Fiscalía General

- Una indiciada forrada en billetes

- No seamos como Ramos Allup: ofrecer pruebas que luego no aparecen

- El pueblo observa y juzga

Ayer tuvo gran resonancia el caso de los rumores por el supuesto secuestro de niños en Caracas. Se trata de una campaña terrorista sumamente cruel, que apunta a crear zozobra teniendo como ingrediente a los seres más vulnerables, que son al mismo tiempo los depositarios del amor más profundo de los seres humanos: los hijos e hijas, y particularmente los niños y las niñas.
Algunos voceros de la propia oposición ya se han pronunciado condenando esta ola de rumores, entre ellos Carlos Ocariz, quien fue señalado por el presidente Maduro como uno de los involucrados en el odioso complot. El alcalde del municipio Sucre de Caracas emitió un comunicado donde señaló: “Rechazamos categóricamente la campaña de zozobra que se generó sobre el ‘robo’ de niños en nuestro municipio y otros sitios de la ciudad. Con la misma fuerza condenamos cualquier hecho de ésta magnitud que pudiese ocurrir en nuestro país”. Según Ocariz, “Desde el mismo momento que recibimos esa información, actuamos, como siempre, apegados al más profundo sentido de responsabilidad. Desmentimos esa ola de mensajes, primero a través de mensajes públicos en la red social Twitter, luego, el Director de la Policía Municipal Manuel Furelos, el Sub-Director Yunier Bastardo y el Jefe de Seguridad Ciudadana Ángel Alvarado declararon en distintos medios de comunicación, desmintiendo los supuestos robos de niños en nuestro municipio”. En el mismo sentido se pronunció la Cámara Municipal de Sucre, de mayoría opositora, y aprobó un comunicado en el cual se rechaza los mencionados rumores.
Ahora bien, tenemos derecho a preguntarnos ¿qué pasó aquí? ¿Tenían fundamento las denuncias del Presidente sobre la probable implicación de Ocariz en la ola de rumores? Porque este último, en su comunicado, señaló que “De igual forma, rechazamos las acusaciones falsas e irresponsables, con un lenguaje bajo y ofensivo  del Presidente Nicolás Maduro en contra de mi persona y del pueblo de Sucre. Jamás me prestaría para impulsar ninguna campaña criminal que perjudique a nuestros vecinos y a los venezolanos”.
Por supuesto, en estos casos no tenemos por qué creerle a nadie de la oposición cuando dice “yo no fui”, es lo que hacen cada vez que son pescados en alguna trastada. Pero al mismo tiempo, y en honor a la verdad, siempre hemos esperado que nuestro Gobierno sustente sus denuncias en evidencias palpables. Con más razón ahora, en un  asunto tan delicado. Si se tiene alguna prueba de que Carlos Ocariz está envuelto en esta campaña criminal, pues que se muestre y que se actúe en consecuencia, que todo el mundo apoyará el castigo si se lo merece en este horrible caso de rumores terroristas. Pero si tales evidencias no existen, seguimos lamentablemente sumando a generar dudas en muchos ciudadanos y a reforzar cierta tendencia peligrosa a restar credibilidad a las denuncias de los “políticos”. Por supuesto, los chavistas y los opositores militantes no son en ese sentido el problema, estos sectores de la población tienden a creer en la palabra de quienes los representan políticamente, pero no así una parte importante de los ciudadanos, cuya existencia registran estudios serios, que no se identifican radicalmente con ninguna tendencia, aunque apoyen a alguna de ellas. A ellos los revolucionarios tenemos que tomarlos en cuenta, no podemos motivarlos a la confusión y al desengaño. Por eso cada vez que lancemos una denuncia o acusación, tenemos que respaldarla con hechos, con evidencias incuestionables. Que nos vean como portadores de la verdad, y no como partícipes de un espectáculo político donde dos sectores del país se caen a pedradas mediáticas en desmedro de la seriedad y del respeto por la gente. Nosotros tenemos el deber de ser críticos en este sentido: si Ocariz está involucrado, queremos verlo preso. Pero si no termina en chirona y no se le comprueba nada, entonces tenemos también el derecho a pedir a nuestro Gobierno que nos tome en serio como ciudadanos y no nos convierta en receptores de denuncias volanderas. Realmente estamos siendo duros, pero el caso lo amerita: son los niños, por Dios, son algo sagrado.
Por lo demás, debemos respaldar a la Fiscalía General de la República en su accionar, pues a fin de cuentas es la institución encargada de meterle el diente a este duro hueso.
La Fiscal Ortega Díaz asomó en primera instancia que “En el Ministerio Público no se ha recibido ninguna denuncia seria en donde aparezca algún niño referido a raptos o secuestros”, y después informó que ayer recibieron una llamada denunciando el robo de un niño cerca de un preescolar, pero luego de entrevistar a la madre e investigar en el supuesto lugar del rapto, se determinó que era falsa y la mujer, identificada como Carmen Yanet Briones, fue detenida. La indiciada tenía encima 17 mil bolívares y dijo haber recibido un importante pago para montar el show mediático.
Según la Fiscal General, “Ya sabemos la suma ofrecida y quiénes podrían estar involucrados. No vayan a decir que es persecución política, este hecho no es político es un hecho despreciable porque con los niños y niñas venezolanas no se puede estar jugando ¿Qué mente tan perturbada anda detrás de estos planes para afectar a toda la población? Por esto es el llamado a todos los venezolanos a que no se hagan eco. El Estado no va a permitir que quebranten la paz. Generar incertidumbre es delito”.
Por supuesto, tampoco nosotros queremos que se nos genere incertidumbre, mucho menos en este caso. Así que si es cierto que ya se presume quiénes podrían estar involucrados, ojalá que pronto esto se compruebe y se nos digan nombres. Nosotros los revolucionarios no podemos ser como Ramos Allup y andar prometiendo pruebas que después no aparezcan. El pueblo está observando y juzgando.

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