HORA DE CAMBIOS

Bolivariano y Chavista

CHÁVEZ Y LA PASIÓN AMERICANA

Siempre me he preguntado de dónde surgen los talentos excepcionales.  ¿De qué extraña materia espiritual están hechos? ¿Cómo se formaron?

Por ejemplo un Pablo Picasso ¿de dónde sacó, no sólo su inaudita capacidad creativa, sino además su voluntad indoblegable de trabajo, al que entregó toda su vida?

En el caso de Chávez,  surge inevitable la interrogación. ¿Qué lo hizo ser como es?

Una vez se lo pregunté a Adán.

 - ¿Chávez fue así, desde que lo recuerdas?

 - Sí, me dijo, Hugo siempre fue así, ya cuando muchacho. En esencia, el mismo de hoy.

Entre las cosas que personalmente me intrigan es de dónde surge en el Presidente  la visión supranacional, el sentimiento americano, el de la gran Patria común. ¿Cómo enlazó su conciencia a ese concepto, allá en el modesto lugar del llano donde nació y pasó sus primeros años?

Si algún día tuviera la oportunidad de hacerle una entrevista, esa sería una pregunta imprescindible:

Presidente: ¿Dé dónde vino su pasión americana?

Seguramente me diría que la tomó de Bolívar, de su Bolívar revolucionario, antiimperialista, aquel que dijo que “la patria es América”.

Entonces seguramente la conversación derivaría por allí, a su punto personal de encuentro con un Libertador, el nuestro, el de todos, que no se acomoda a la muerte, que necesita calle porque no se siente feliz aprisionado en las estatuas, que continúa clamando y subvirtiendo el orden imperial, y que sigue todavía comandando a los pueblos en la lucha emancipadora.

Pero todo esto es una hipótesis que yo manejo.

Lo verdaderamente real es que Chávez, desde el primer minuto de sus tareas como Presidente, le dio un  enorme peso a la dimensión americana, la metió en su agenda con gran intensidad y le dedicó lo mejor de sus esfuerzos.

A partir de la llegada de Chávez a la Presidencia de Venezuela, la unión de nuestros países comenzó a hacerse posible. Se abandonó la retórica y se inició por fin la construcción de la Patria común.