HAYAN CALENDARIO MAYA SIN APOCALIPSIS...
Una nueva concepción "del fin de los tiempos" emerge luego del hallazgo del calendario maya más antiguo, que data del siglo IX, descubierto por arqueólogos estadounidenses en Xultún, Guatemala.
El descubrimiento, según los expertos, se contrapone a las profecías mayas de 2012, puesto que su conteo contempla 7 mil años después de su creación y rebasa el ciclo calendárico que se supone terminaría el 21 de diciembre.
Una serie de pinturas, cálculos astronómicos, glifos y miles de datos relacionados con el calendario maya forman parte del descubrimiento hecho por los arqueólogos William Saturno y David Stuart, de las universidades de Boston y Austin, respectivamente.
En las imágenes presentadas por los especialistas se observa la figura de tres hombres –con diversos colores– plasmadas en las paredes de una habitación subterránea, ataviados con plumas.
Las excavaciones, auspiciadas por National Geographic, se realizaron en una habitación de la ciudad maya de Xultún, donde los muros exhiben glifos y diversas representaciones alusivas a periodos y ciclos calendáricos.
Pinturas únicas
Los especialistas, en teleconferencia, detallaron que se trata de un calendario ceremonial que contiene 260 días, 365 días del calendario solar, además del ciclo anual de 584 días del planeta Venus y 780 del de Marte, explicó William Saturno, líder del proyecto arqueológico.
"Las pinturas que encontramos en este lugar no han sido halladas en ningún otro", señaló.
Los jeroglíficos, según los expertos, datan del siglo IX y son más antiguos que los calendarios registrados en los códices mayas de 1300 a 1521.
"Los antiguos mayas predijeron que el mundo continuará y que en 7 mil años las cosas serán exactamente como eran entonces", destacó.
De hecho, detalló Saturno, las inscripciones son un intento de los antiguos por descifrar un problema matemático sobre los muros o paredes.
En la página web de National Geographic se destaca que "cuando el mural fue plasmado era un periodo de intensa sequía. Varias ciudades se colapsaron en varios lugares del mundo maya".
Los expertos aseveraron que lo más importante es "la revelación de que los mayas se dedicaban a realizar cálculos durante cientos de años y en lugares distintos a los libros, antes de que fueran grabados en los códices".
También dijeron que este hallazgo es un ejemplo del arte maya dentro de una casa; incluso es "extraño que los descubrimientos de Xultún existan".
Esto, añadió Saturno, debido a que las "inscripciones y trabajos en los muros no se conservan bien en los terrenos bajos de los mayas, especialmente en una habitación enterrada a un metro bajo la superficie".
David Stuart, profesor de escritura mesoamericana, subrayó: "Nunca habíamos visto nada igual" en una habitación, la cual suponen que forma parte de un complejo arquitectónico de mayores dimensiones.
La investigación y las pinturas serán publicadas este viernes en la revista estadunidense Science y, en junio, en la edición en español de National Geographic.
La megaciudad de Xultún, descubierta en 1915, se ubica en la región de Petén, en la frontera –al norte– con México y –al este– con Belice. Entre sus ruinas se hallan juegos de pelota, templos y estructuras.
Una nueva concepción "del fin de los tiempos" emerge luego del hallazgo del calendario maya más antiguo, que data del siglo IX, descubierto por arqueólogos estadounidenses en Xultún, Guatemala.
El descubrimiento, según los expertos, se contrapone a las profecías mayas de 2012, puesto que su conteo contempla 7 mil años después de su creación y rebasa el ciclo calendárico que se supone terminaría el 21 de diciembre.
Una serie de pinturas, cálculos astronómicos, glifos y miles de datos relacionados con el calendario maya forman parte del descubrimiento hecho por los arqueólogos William Saturno y David Stuart, de las universidades de Boston y Austin, respectivamente.
En las imágenes presentadas por los especialistas se observa la figura de tres hombres –con diversos colores– plasmadas en las paredes de una habitación subterránea, ataviados con plumas.
Las excavaciones, auspiciadas por National Geographic, se realizaron en una habitación de la ciudad maya de Xultún, donde los muros exhiben glifos y diversas representaciones alusivas a periodos y ciclos calendáricos.
Pinturas únicas
Los especialistas, en teleconferencia, detallaron que se trata de un calendario ceremonial que contiene 260 días, 365 días del calendario solar, además del ciclo anual de 584 días del planeta Venus y 780 del de Marte, explicó William Saturno, líder del proyecto arqueológico.
"Las pinturas que encontramos en este lugar no han sido halladas en ningún otro", señaló.
Los jeroglíficos, según los expertos, datan del siglo IX y son más antiguos que los calendarios registrados en los códices mayas de 1300 a 1521.
"Los antiguos mayas predijeron que el mundo continuará y que en 7 mil años las cosas serán exactamente como eran entonces", destacó.
De hecho, detalló Saturno, las inscripciones son un intento de los antiguos por descifrar un problema matemático sobre los muros o paredes.
En la página web de National Geographic se destaca que "cuando el mural fue plasmado era un periodo de intensa sequía. Varias ciudades se colapsaron en varios lugares del mundo maya".
Los expertos aseveraron que lo más importante es "la revelación de que los mayas se dedicaban a realizar cálculos durante cientos de años y en lugares distintos a los libros, antes de que fueran grabados en los códices".
También dijeron que este hallazgo es un ejemplo del arte maya dentro de una casa; incluso es "extraño que los descubrimientos de Xultún existan".
Esto, añadió Saturno, debido a que las "inscripciones y trabajos en los muros no se conservan bien en los terrenos bajos de los mayas, especialmente en una habitación enterrada a un metro bajo la superficie".
David Stuart, profesor de escritura mesoamericana, subrayó: "Nunca habíamos visto nada igual" en una habitación, la cual suponen que forma parte de un complejo arquitectónico de mayores dimensiones.
La investigación y las pinturas serán publicadas este viernes en la revista estadunidense Science y, en junio, en la edición en español de National Geographic.
La megaciudad de Xultún, descubierta en 1915, se ubica en la región de Petén, en la frontera –al norte– con México y –al este– con Belice. Entre sus ruinas se hallan juegos de pelota, templos y estructuras.
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