Somalia sufre la peor sequía de la última década
Al igual que miles de otras personas en Somalia. Faduma Adow Bolis, de 26 años de edad, sufre las consecuencias del más reciente infortunio que aqueja a sus compatriotas. Porque este país, castigado desde hace años por los enfrentamientos entre clanes enemigos y donde la población dispone de acceso muy limitado a los servicios sociales básicos, atraviesa la más grave sequía de la última década.
"Hay sequía en la región y tenemos hambre", explica Faduma. "Nuestra supervivencia depende de que podamos cazar dik diks (pequeños antílopes). Nuestra situación es muy difícil, tenemos hambre. Y lo mismo sucede en toda la región y en todo el país".
Un panorama desolador
Aunque la sequía afecta a todo el país, la situación es especialmente grave en el sur de Somalia debido a la existencia de diversos conflictos locales.
Los expertos calculan que la región tendrá las peores cosechas de los últimos 10 años, e indican que en las zonas más afectadas ya ha muerto entre el 20% y el 30% del ganado y que para abril esa tasa de mortalidad podría llegar a un 80%.
Varios informes sugieren que unos 1,5 millones de personas de las regiones septentrional, central y meridional del país atraviesan una situación de grave crisis alimentaria. En algunas zonas, las tasas de desnutrición han llegado al 25% y se piensa que empeorarán en los meses próximos.
También se han secado las zonas de captación de agua, lo que ha ocasionado el desplazamiento de unas 400.000 personas.
En una aldea, el pozo comunitario se secó en noviembre pasado. Según el Jefe Malak Mohammed Mohlem, esa fuente que suministra agua a los pobladores desde hace unos 80 años no había estado tan seca desde 1991.
"La mayor prioridad es el agua", explica. "Cuando alguien se está desangrando, lo primero que hay que hacer es detener la pérdida de sangre. Si no hay agua, no hay vida".
© UNICEF Somalia/2006/ Bannon |
Una cabra busca agua en vano. El depósito de agua de lluvia más cercano está seco desde hace 70 días. Debido a la sequía, ha empezado a morir el ganado. |
Debido a su elevada capa freática, la ciudad de Wajid ya ha atraído a más de 12.000 habitantes de las regiones vecinas, que llegan a ese centro urbano en busca de alimentos y agua.
Habiba Madker, por ejemplo, viajó durante cinco días con sus tres hijos para llegar a Wajid. "Fue un viaje muy difícil. No teníamos ningún medio de transporte. Tuve que cargar a los niños sobre mis espaldas", explica la mujer.
"Desde que llegamos no hemos recibido ningún apoyo en materia de alimentos, y yo no puedo ni siquiera ir a buscar leña porque no puedo dejar a mis hijos solos. Ellos están enfermos porque tienen hambre, pero no podemos regresar adonde vivíamos antes", comenta Habiba Madker.
Ante tal situación, UNICEF colabora con diversas organizaciones aliadas y con las comunidades locales en el suministro de tiendas de campaña que se usan como aulas escolares temporales. En las cercanías de esas tiendas se han establecido puestos de distribución de alimentos.
UNICEF también presta ayuda para la construcción de tanques de agua a comunidades como Kulaan Jurrer, cerca de Wajid.
Bob McCarthy, Oficial de UNICEF para Emergencias en Somalia, está preocupado porque, dado el gran número de personas que llegan con sus animales desde sitios muy distantes, no se dispondrá de agua suficiente para volver a llenar el pozo. "Durante las dos últimas temporadas de lluvias, el agua caída no llegó ni siquiera cerca de los niveles normales, de manera que estamos preocupados porque no sabemos cómo vamos a mantener este pozo en operación durante los próximos meses, ya que faltan tres meses de clima seco antes de la próxima temporada de lluvias".
Programas de alimentación terapéutica
Mientras tanto, UNICEF lleva a cabo un estudio sobre los niveles de nutrición de los niños y niñas de la región, que suministrará información muy valiosa para los programas de alimentos suplementarios y alimentación terapéutica.
Mediante la distribución de alimentos enriquecidos se reducirá el peligro de la desnutrición y de los brotes de enfermedades. Mediante las actividades de vigilancia del crecimiento se evaluará la estatura y el peso de los niños y niñas de entre seis meses y cinco años de edad.
Debido a que menos de un 10% de los niños y niñas en las regiones afectadas están inmunizados contra el sarampión y la poliomielitis, existe el peligro de un brote de alguna enfermedad peligrosa. UNICEF redobla sus esfuerzos en materia de vacunación y suministro de vitamina A. para prevenir la propagación de enfermedades infantiles.
La oficina de UNICEF en Somalia ha solicitado unos 3,7 millones de dólares para sus operaciones durante los próximos tres meses. El llamamiento forma parte del reciente Informe de Acción Humanitaria del organismo internacional, mediante el cual se pidió ayuda para sufragar las actividades relacionadas con la sequía en Somalia.
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