jueves, 11 de noviembre de 2010

EL PROBLEMA DE LA TRANSICIÓN AL SOCIALISMO


por HOMAR GARCES

Mucho antes de la implosión de la Unión Soviética, algunos teóricos del socialismo se habían preocupado por definir las características y categorías de su transición, partiendo de la realidad de la sociedad capitalista contemporánea y permitiéndose revisar el legado de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, entre otros. Todo esto en un momento histórico que parecía darle la supremacía definitiva al imperialismo gringo y sus socios europeos sobre el otrora bloque soviético o comunista, víctima de un estancamiento económico, producto -básicamente- de la contienda asimétrica entablada con éste, con las consecuencias ya conocidas.
La primera revolución proletaria mundial, en su camino de construcción del socialismo, tuvo que afrontar -en un país atrasado técnicamente y sin los niveles de productividad observados en el resto de Europa- los graves problemas creados por la Primera Guerra Mundial, la guerra civil y los ataques de las potencias europeas, deseosas éstas de acabar con esta peligrosa experiencia revolucionaria que amenazaba sus intereses, por lo que Lenin y el régimen bolchevique tuvieron que realizar un viraje estratégico en 1921 en materia económica, planteando la necesidad de una serie de etapas transitorias previas. Ello sería, en alguna forma, el reconocimiento tácito de lo afirmado por Marx en su Crítica al programa de Gotha en el sentido que “de lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino, al contrario, de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede”. Cuestión ésta que amplía al escribir: “En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, el contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades!”.
Sin embargo, al prevalecer la tesis de la revolución socialista en un solo país (contradiciendo el análisis leninista al señalar que “mientras no haya revolución en otros países, necesitaremos décadas para salir de esta situación”), el enriquecimiento teórico del socialismo se vio truncado. En los diferentes regímenes establecidos como socialistas en varias naciones del planeta, fue adoptado como dogma inapelable lo realizado en la URSS, sin tener en cuenta las peculiaridades de cada una de ellas. Al margen de ello, no se avanzó decididamente en la eliminación de los esquemas heredados del capitalismo, manteniendo las mismas relaciones de producción, y, peor aún, no se le dio cabida al protagonismo y a la participación de las masas, en tanto los funcionarios del Estado (en simbiosis con la estructura burocratizada del Partido comunista) se convertían en una nueva versión de clase gobernante, a pesar de proclamarse allí la dictadura revolucionaria del proletariado y la eliminación de las clases sociales.
Todo esto vino a determinar hasta el día de hoy -en uno y otro sentido- el comportamiento de los diferentes movimientos populares revolucionarios del mundo. De ahí que exista una preocupación genuina entre muchos seguidores del socialismo sobre su pertinencia actual. Esto ha exigido un debate inconcluso, con posiciones distintas y, a veces, antagónicas, pero todas marcadas por la necesidad de definir el socialismo a la luz del mundo capitalista de hoy, algo que no fuera previsto por sus antecesores sin caer en el utopismo y, menos, el fenómeno de masas que tiene lugar en nuestra América, proclamando la vigencia del socialismo como alternativa revolucionaria frente al capitalismo. Esto hace de tal debate un asunto de vital importancia para la coyuntura mundial y la correlación de fuerzas actual, con toda la audacia, el espíritu crítico y el rigor científico que ello exige.-

¡¡¡REBELDE Y REVOLUCIONARIO!!!
¡¡Hasta la Victoria siempre!!
¡¡Luchar hasta vencer!!

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hoy como nunca se dan las condiciones materialies objetivas para que el socialismo tras la revolución popular se mantenga sin dar un paso atrás como se dio con la NEP, lo que falta es desarrollar el subjativismo comunista hasta hacerlo objetivo, como supo desarrollar Lenin en 1917.

Espero que haya podido leer este documento que le remití, leido por más de 40.000 personas, aunque desgraciadamente en nada a contribuido a que en mi país España haya servido de nada. Confio en que paises como el suyo, y con gentes con el pensamiento que Ud. defiende contribuye a que avance hacia la revolución socialista. Le remito el enlace por si no lo recibió.
http://old.kaosenlared.net/noticia/construyo-muro-berlin-cayo

También le remito este de Pedro Campos cubano crítico.
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/73264-ustedes-y-los-dem%C3%A1s.html

Unknown dijo...

Estimado Homar Garcés, hace tiempo que soy seguidor suyo a través de sus artículos reproducidos en ARGENPRESS, afortunadamente he conseguido conectar con su Blog. Dadas mis limitaciones en Internet he intentado ponerme en contacto con Ud. pero veo que tanto mis comentarios a través de su blog o de mandingacaribe@yahoo.es no lo he conseguido, espero que este comentario sobre EL PROBLEMA DE LA TRANSICIÓN AL SOCIALISMO le llegue.
Hoy como nunca se dan las condiciones materiales objetivas para que el socialismo tras la revolución popular permita consolidar el socialismo y avanzar hacia el comunismo, sin necesidad de amos capitalistas, hoy los trabajadores intelectuales están sufriendo la crisis capitalista lo mismo que los trabajadores manuales, por lo menos en España eso se ve con más crudeza, con especialistas que emigran a Alemania e incluso a Ecuador. Lo que no se dan son las condiciones subjetivas desarrolladas a objetivas como Lenin sí supo desarrollar para conseguir la revolución en el país más atrasado de la Europa capitalista. El mismo, al día siguiente de la revolución dijo que no se daban las condiciones objetivas para que el socialismo pudiera mantenerse, como Ud. reconoce en un paso adelante dos pasos atrás con la NEP intentó que la gente no muriera de hambre.
Cuando el marxismo se interpreta desde una concepción economicista y desarrollista, se cae en el burocratismo capitalista, en la insolidaridad entre el conjunto del mundo material el de los humanos y el de la naturaleza. El estado socialista burocrático no era el Estado Soviético que Lenin intentó desarrollar tras la revolución, lo pude apreciar cuando fui invitado a Moscú en 1967 a la celebración del 50 aniversario de la revolución, pude comprobar que el poder no era soviético, no estaba en manos del pueblo organizado como clase dominante, el poder estaba en manos de los aparatichis, que tenían unos privilegios que no disfrutaba el pueblo. También lo pude comprobar cuando en el 2006 fui invitado en Cuba a las “III jornadas de la obra de Carlos Marx y los desafíos del Siglo XXI”. Allí los que ostentaban el poder eran los miembros del partido y de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, en su flamante sede en Calle 22 Nº 901 esq. 9ª Miramar Playa.
Le adjunto alguno de los enlaces que le he remitido en los que como verá, desde mis limitaciones, coincido con su pensamiento.
http://old.kaosenlared.net/noticia/construyo-muro-berlin-cayo
http://www.nodo50.org/cubasigloXXI/debates.htm
Este de un cubano crítico con el que discrepo en algunas cosas. http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/73264-ustedes-y-los-dem%C3%A1s.html
Le estaría muy agradecido por sus comentarios críticos.
Saludos solidarios. Malime

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