viernes, 18 de mayo de 2018

Pero las elecciones del 20 de mayo van, de todas maneras van

Por Carlos E. Lippo:
"No aceptamos a EEUU como tribunal ni autoridad de nada. Somos libres". 
Samuel Moncada, Representante de Venezuela ante la OEA

Tal como he venido señalando en artículos anteriores la oposición venezolana, desde mediados del año 2016, durante todo el año 2017 y al inicio de este 2018, mantuvo entre sus consignas centrales la exigencia de unas elecciones presidenciales adelantadas, a las cuales incluso se les llegó a poner como fecha el 22 de abril de 2018, tal como consta en la cláusula 2 del proyecto de acuerdo que Julio Borges se negase a firmar en la República Dominicana, el día 06 de febrero del presente año.


 Testigo de excepción de este último acontecimiento fue el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien habiendo fungido de facilitador del proceso de diálogo gobierno-oposición durante dos años, lo asentó al día siguiente en una carta dirigida a Borges en su condición de jefe de la delegación opositora (1), en la cual señalaba entre otras cosas: "Es por ello que le pido, pensando en la paz y la democracia, que su organización suscriba formalmente el acuerdo que le remito, una vez que el gobierno se ha comprometido a respetar escrupulosamente lo acordado". Otro testigo de excepción lo fue el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, bajo cuyos auspicios se celebró el proceso de diálogo, quien a raíz de la negativa de Borges y una vez reiterada su disposición de seguir auspiciando las conversaciones gobierno-oposición, aseguró que el presidente Nicolás Maduro, expresó su deseo de aplicar los puntos acordados en Santo Domingo, señalando textualmente: “Él está dispuesto a aplicarlo, aun fuera del acuerdo con la oposición”.

He  traído a colación estos hechos, a riesgo de ser considerado altamente reiterativo, porque juzgo necesario dejar absolutamente sentado que la oposición estaba de acuerdo en suscribir el documento al que se dio el nombre de "Acuerdo de convivencia democrática por Venezuela en Santo Domingo", siendo  un hecho indubitable que estaba dispuesta a competir electoralmente en la fecha en él acordada. Si llegado el momento de firmarlo su representante no lo hizo, sin haber dado aviso alguno ni a su contraparte gubernamental ni a los garantes, que se quedaron esperándolo, es porque momentos antes de tener que hacerlo recibió una orden en contrario del amo imperial; siendo totalmente verosímil que la orden le haya sido transmitida por el entonces canciller Rex Tillerson desde Colombia, tal como lo ha asegurado el jefe de la delegación del gobierno, el ministro Jorge Rodríguez (2). 

Considero oportuno y conveniente señalar que a juicio nuestro el imperio toma la decisión de boicotear la firma de un acuerdo tan trabajosamente alcanzado, no sólo por tener plena conciencia de que los resultados electorales le serán totalmente adversos, sino porque la ejecución de su proyecto estratégico, que no es otro que la intervención militar en procura de nuestros recursos minerales de carácter estratégico, requiere que se mantenga el clima de desestabilización por él inducida, así como la extrema pugnacidad actual entre nosotros los venezolanos.

Inmediatamente después de haber boicoteado la firma del acuerdo el imperio da inicio a una intensa campaña mediática internacional, a juicio mío sin precedentes a nivel planetario, de explícito y descarado carácter injerencista, apoyada en falsas denuncias de ilegalidad tanto de la propia convocatoria a elecciones como del proceso electoral venezolano, reconocido hasta por Jimmy Carter como uno de los mejores del mundo, con la que ha pretendido apoyar su decisión de no reconocer los resultados electorales cualesquiera que ellos sean. Campaña a la que ha obligado a sumarse a: los gobiernos de los países del innombrable Grupo de Lima; la burocracia asalariada de la OEA; una buena parte de los sumisos gobiernos  de la Unión Europea; y hasta a la propia burocracia tarifada de la ONU que por ello se ha negado a enviar el grupo de expertos electorales que le solicitase el Consejo Nacional Electoral (CNE), para contribuir a poner en evidencia la pulcritud del proceso comicial a celebrarse.

Con la pretendida excusa de impedir la celebración de unos comicios cuyos resultados sólo a nosotros debe competer, como nación libre y soberana que somos, hemos sido objeto durante las últimas 15 semanas, de las más destempladas acusaciones y amenazas de ese lastimero coro de gobiernos que habiendo entregado su soberanía al imperio no tienen otra opción que obedecer calladamente sus designios; y lo que es más grave, a lo largo de ese período y con la participación protagónica de una contrarrevolución vendepatria, que suma elementos del lumpen delincuencial al empresariado felón de siempre, hemos sido sometidos a un recrudecimiento a niveles siderales de las acciones de guerra económica, cuyos terribles efectos convierten en heroico el desarrollo de las más elementales de nuestras actividades diarias.

Que el impedir la celebración de las presidenciales del próximo domingo es una pieza importante de la estrategia intervencionista del imperio en contra de Venezuela, aunque dista mucho de ser la fundamental, es algo que queda demostrado por la febril actividad desplegada por el alto funcionariado de Washington durante la semana próxima pasada, entre cuyas principales ejecutorias públicas podríamos señalar las siguientes:

             Una inusitada asistencia del Vicepresidente Mike Pence a la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA celebrada el lunes 07, en la que como el genuino representante del imperio que es, pronunciase un discurso cargado de amenazas hacia nuestra revolución, así como de exigencias para con los gobiernos lacayos de la región tendientes a aislar a nuestro país y a intensificar su genocida guerra económica; discurso que siendo pronunciado ante menos de dos docenas de los 35 miembros de la organización, entre los cuales no estuvo Venezuela, fue lacayunamente aplaudido por esa escuálida y comprometida concurrencia aunque no pudo ser replicado por no haber sido concedido posteriormente el derecho de palabra (4).
Considero innecesario abrumar a mis lectores con la sarta de amenazas y mentiras que profiriese en la malhadada pieza oratoria; diré sólo que impúdicamente invitó al saqueo de nuestros recursos al decir que “Los Estados fallidos no tienen fronteras” (5), después de haber mencionado que "Maduro ha convertido a Venezuela en un Estado fallido y, por lo tanto, procede la intervención humanitaria".
En cuanto a las exigencias hechas a sus corifeos, habló de bloquear las visas de los funcionarios del gobierno revolucionario y de restringir las operaciones comerciales, así como de la absurda decisión de expulsarnos de una organización de la cual solicitamos nuestro retiro desde hace poco más de un año. Para finalizar debo decir que dicho discurso fue plenamente avalado el mismo día por el secretario de estado Mike Pompeo, quien además instara "a todo el hemisferio a imponer una estricta rendición de cuentas sobre el corrupto y brutal régimen de Maduro", desde la cuenta Twitter @USA en Español (6).

             La celebración el día 08 de la 48° Conferencia de las Américas, en las instalaciones del departamento de estado en Washington y bajo los auspicios del “Consejo de las Américas”, una reunión prevista para tratar de temas de carácter comercial regional que sin embargo fue aprovechada por la embajadora gringa en la ONU, Nikki Haley y el subsecretario de estado John Sullivan para arremeter en contra de Venezuela con los temas trillados de siempre (dictadura, elecciones ilegales, sanciones etc. etc. etc.), así como por el senador demócrata Robert Menéndez, quien anunció que la semana próxima presentará un proyecto de ley bipartidista en el congreso de los Estados Unidos con el objetivo de denunciar los crímenes contra la humanidad cometidos por el gobierno revolucionario venezolano y recuperar el dinero "robado" por funcionarios oficiales de nuestro país (7), y es que como siempre, se les “olvida” que Venezuela es un país soberano y no un protectorado.

             Una entrevista concedida por Pence el día 09 de mayo, en la que al ser interrogado sobre si “¿Todavía está la opción militar sobre la mesa cuando hablamos de Venezuela?”, el vicepresidente fue claro e intimidante al responder: “Estados Unidos no mirará a un lado mientras Venezuela se derrumba por la dictadura (…) el presidente Trump está completamente comprometido con hacer lo que sea necesario” (8).

             Unas declaraciones ofrecidas a la “Voz de América” el día 10 de mayo por el representante permanente gringo en la OEA, Carlos Trujillo, en las que textualmente señala que: "Nadie va a aceptar esas elecciones como legítimas. Yo creo que la reacción va a ser más allá de las personas y el mundo internacional, el presidente Trump no va a aceptar las elecciones y yo creo que van a actuar con más sanciones económicas o contra individuos del régimen de Maduro” (9), para luego reiterar que el gobierno del presidente Donald Trump, está comprometido en lograr el “restablecimiento de la democracia” en Venezuela.

En resumen, persuadido como parece estarlo, de que no podrá evitar la celebración de las elecciones del domingo 20, el imperio nos amenaza con sanciones que aspira a que sean decretadas también por toda su cohorte de gobiernos lacayos y tan bien al mismo tiempo, con una intervención militar que aspira a que sea conjunta con países de la región, avalada por la OEA,  y/o con sus aliados de la OTAN, aun sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU al que no puede aspirar por el seguro veto de Rusia y China en esa importantísima instancia.

Sin embargo, en un desesperado intento por impedirlas el imperio parece haber ordenado a la contrarrevolución venezolana la reanudación de sus actividades terroristas según se desprende de una más que sospechosa jornada de movilizaciones a nivel nacional, convocadas por ese nuevo esperpento llamado el “Frente Amplio Venezuela Libre” para ser realizadas el día 16, apenas a cuatro días antes (10).

Decimos esto, porque si se tratase de unas movilizaciones pacíficas ¿qué sentido tendría que la embajada gringa en Caracas, el día viernes 11 alertase a su personal, por medio de un comunicado divulgado en su cuenta en twitter, sobre la necesidad de mantener un constante monitoreo a los medios de divulgación de noticias, así como a tomar previsiones en relación a los “eventos” que podrían presentarse en atención a los comicios, tales como protestas y cierres de calles? ¡Siendo el caso de decir una vez más que a confesión de partes, relevo de pruebas!

Ya casi para terminar debo decir que estimo que estas elecciones que a no dudarse habrán de ser una rotunda victoria de la revolución bolivariana, deben ser las últimas que realicemos bajo el gastado formato de la democracia burguesa, pues ya basta de tener que condicionar el accionar revolucionario del gobierno a la celebración de este tipo de eventos altamente vulnerable a injerencias y manipulaciones.

El día 21 aunque amaneceremos con un gobierno fortalecido y un pueblo altamente moralizado por la satisfacción de la exitosa jornada cumplida, no debemos distraernos un solo instante de la tarea de librar con renovados bríos el combate decisivo con la contrarrevolución, cuyos agentes económicos nos han venido acorralando cada día más, así como en prepararnos para el combate que seguramente más temprano que tarde tendremos necesidad de librar con las fuerzas del imperio y sus aliados.

Acabando de escribir estas líneas me entero de unas declaraciones del presidente Evo Morales Ayma transmitidas a través de su cuenta Twitter @evoespueblo, en las que alerta sobre que los Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA) implementan un plan para derrotar a Venezuela antes de los comicios previstos para el próximo domingo 20 de mayo, señalando textualmente: "Antes de las elecciones realizarán acciones violentas apoyados por los medios de comunicación y después de las elecciones intentarán una invasión militar con Fuerzas Armadas (FF.AA.) de países vecinos” (12).

Estas declaraciones del hermano Evo, coincidentes con los temas centrales que estamos planteando ratifican que no podemos bajar la guardia un solo momento a partir de ahora, ya que guerra avisada también mata soldados.

¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o muerte!
¡Venceremos!

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