ALGUNOS PROBLEMAS DE LA IDEOLOGÍA DE LIBRE.
Gustavo Zelaya.
La tarea de organizar el partido y de forjar ciertas tradiciones o una especie de marco simbólico en donde se manifiesten los intereses de sus miembros debe ser complicada. Los símbolos políticos pueden surgir de la lucha diaria, elaborados desde la cultura popular, ser propuestos por particulares o rescatados de la historia oficial, es decir, arrebatados de esos nichos casi fúnebres como son los museos, los archivos y los parques. En tal sentido, los miembros de la Resistencia Popular no dudaron en asumir la figura de Francisco Morazán como una de las figuras emblemáticas de la lucha del pueblo. Y el Morazán político, revolucionario y sin charreteras, el más esencial, revivió en las calles, apareció recreado en camisetas y en banderas, en las canciones y en la poesía de nuestros artistas, quedó plasmado también en los documentos de la Resistencia.
Por tal razón, tal vez no sea exagerado afirmar que el Partido LIBRE es el resultado parcial de diversas luchas populares que tienen su origen en el movimiento unionista de Francisco Morazán, por una patria soberana e independiente que sigue bregando por defender y desarrollar los derechos humanos como valores necesarios en la construcción de condiciones sociales más justas que superen las desigualdades generadas por el capitalismo neoliberal. Es parte de un movimiento histórico comprometido con la protección de esos derechos, que identifica a la libertad, la igualdad y la solidaridad como sus valores y finalidades sustanciales, una corriente del pensamiento de izquierda que aspira a construir la igualdad social desde una perspectiva libre y democrática. El conjunto de esos valores no sólo debe aparecer como enunciado teórico sino que manifiesta el compromiso de trabajar diariamente contra las condiciones de injusticia y de opresión en que se encuentra el pueblo. Se trata, pues, de edificar una sociedad realmente democrática, libre, culta, justa, solidaria y que se apoye en el desarrollo material y espiritual del país que haga posible unas relaciones sociales que nos acerquen a la igualdad y a los demás derechos humanos.
La plena realización de tales ideales se podrá hacer desde el Estado y desde toda la sociedad, pero requiere de transformaciones estructurales que hagan posible el progreso material, una distribución equitativa de la riqueza social y la igualdad de oportunidades de acceso a los bienes culturales y económicos, que haga efectivo, entonces, la continuidad del desarrollo en general. De otro modo: esos cambios de fondo, esa edificación de otras relaciones sociales más justas y desde nuevas bases, puede ser vista como la prolongación de la revolución morazanista.
La aspiración de un partido político imaginado como continuador de las luchas democráticas y como crisol del pensamiento avanzado y de las esperanzas de justicia e igualdad de los grupos sociales más explotados, requiere de un sustento ideológico que otorgue sentido a su accionar. Y aquí pueden aparecer varias dificultades. Algunos de sus actuales miembros provenientes de la tradición política vernácula podrán creer que sólo se ocupa del voto del elector para acceder al poder y que no sea importante la formación política; otros supondrán que se trata de buscar un nombre o un rótulo sin contenido que indique cuál es la ideología y eso será suficiente. Ambas posibilidades son muy superficiales y contienen una idea simplista y muy conservadora de lo qué debe ser un partido continuador de la tradición morazanista. Otra opción puede venir de los que proponen una ideología única sin tomar en cuenta la diversidad política existente en LIBRE. También puede suponerse que la ideología partidaria sólo puede elaborarse tomando en cuenta las diferencias existentes y que, por tanto, tendría que construirse a partir de ciertos elementos mínimos producto del consenso y de los acuerdos.
Posiblemente existan otras opciones pero es importante subrayar que el trabajo de forjar la ideología es complejo y necesita de mucha paciencia y madurez para desprenderse de los intereses particulares, para comprender el alcance de los daños que la incultura política ha producido en la conciencia de todos nosotros. Y, Sobre todo, poner a un lado los afanes protagonistas de los que quieran mostrarse como la necesaria e imprescindible superestrella. Si acaso exista esa última categoría sólo puede ser atribuida al movimiento popular. De esto no se puede prescindir.
¿CUÁL ES LA IDEOLOGÍA?
En opinión de Marx la ideología es un conjunto de representaciones que nos hacemos acerca de la realidad y que dependen de las condiciones reales de existencia. Lo dice de este modo: “Los hombres son los productores de sus representaciones, de sus ideas, etc., pero los hombres son reales y actuantes, tal y como se hallan condicionados por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y por el intercambio que a él corresponde, hasta llegar a sus formaciones más amplias. La conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser consciente, y el ser de los hombres es su proceso de vida real. Y si en toda la ideología los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en la cámara oscura, este fenómeno responde a su proceso histórico de vida”. Esa distorsión de la conciencia encubre lo que realmente ocurre en la vida social y hace creer que la economía depende de la política, que la base de la sociedad se encuentra en las ideas y en la cultura. Ese ha sido el esfuerzo de las ideologías criticadas por Marx que se dedicaron a distorsionar la realidad. Pero también, al igual que la ciencia y la religión, es una forma de conocimiento de la realidad que se diferencia de esas otras formas por su grado de complejidad.
A la ideología se le considera falsa conciencia cuando sólo proporciona aproximaciones y conocimientos incompletos de la realidad, que en manos de algunos políticos, y no sólo en los conservadores, sirve para manipular la vida social. Igual pasa con los religiosos y con los analistas y “forjadores” de opinión pública al servicio de la oligarquía. En el caso del movimiento popular que intenta transformar la sociedad, la ideología que lo impregna puede desfigurar la realidad si está separada de la ciencia que le permita un análisis concreto de lo real. Y éste conocimiento, si se apoya en la ciencia desarrollada hasta ahora, social y natural, podrá contribuir a investigar las causas del atraso social, indicar las tendencias del progreso, el comportamiento político, la degradación de la naturaleza, las consecuencias del sistema explotador y las nuevas formas de desarrollo social para emancipar al ser humano.
En fin, sin pretender fijar definiciones acabadas sobre la ideología y la ciencia podemos ver que hay ideologías distorsionadoras de la realidad que deben ser combatidas en escritos y en la calle, propias de un sistema cruel y explotador, para ello debemos investigar y formarnos cada día para no caer en incoherencias o en defensas inconscientes del status. Rigor y exigencia para no provocar división, desconfianza o inconsistencias en el análisis Además, la posible ideología del partido LIBRE, no será un instrumento que se aplique mecánicamente, sino que ira desarrollándose en cada momento histórico, proporcionando conciencia solidaria con los más explotados y que ayude a la organización popular en su lucha contra el golpismo
El trabajo de definir cuál es la ideología del Partido LIBRE resulta complicado por muchas razones. Algunas de ellas se notan el hecho de que es una institución en formación, compuesta por varias corrientes en donde participan personas de diversos orígenes sociales y políticos, que no ha organizado asambleas partidarias para constituir sus órganos de dirección integrados por las distintas corrientes. Además, es resultado de un movimiento social que se organizó para protestar contra el golpe de estado de junio de 2009, el ahora llamado Frente Nacional de Resistencia Popular con una base gremial de corte sindical y magisterial, otra surgida de miembros del partido liberal y de movimientos políticos de izquierda, pobladores, grupos étnicos, feministas, ambientalistas, LGTB y muchos independientes. Entre todos ellos existió un elemento unificador que fue la indignación generada por el golpe de estado contra Manuel Zelaya. Tal cuestión sigue presente en el Partido LIBRE al que se ha agregado el rechazo a los grupos golpistas, a la corrupción y una extraña mezcla de ideas liberales con ideas socialistas moderadas y radicales.
Sin embargo, de las distintas asambleas de la Resistencia Popular y encuentros de la coordinación del Frente se han obtenido algunos acuerdos mínimos que podrían ser los futuros principios ideológicos y la plataforma programática de LIBRE. Tales acuerdos reflejan también elementos generales del posible plan de gobierno en caso de convertirse en partido gobernante.
POSIBLES TAREAS POLITICAS DE LIBRE
Algunas de las propuestas que han surgido de esos eventos pueden ser consideradas como retos los políticos del partido. Entendiendo que la política es una actividad humana, social, necesaria, para mejorar las condiciones de vida de la población y que se efectúa desde un partido que pretende la toma del poder para extender a toda la población sus planteamientos. Esos planteamientos pueden resumirse de la siguiente forma:
Sobre la forma y organización del Estado
Un Estado soberano, descentralizado, laico y que reconozca la diversidad cultural existente en el país. Aquí aparece como una exigencia la necesidad de revisar la organización estatal y la forma de gobierno para ponerlo al servicio del pueblo y no de grupos oligárquicos.
Nuevos derechos fundamentales
Entre los nuevos derechos sugeridos están: legislar para fortalecer las relaciones responsables con la naturaleza que haga posible un medio ambiente saludable como derechos fundamentales. Cualquier forma novedosa que aparezca en la legislación propuesta por el partido tendrá como fundamento la necesidad de desarrollar condiciones para que sean posibles la libertad, la justicia, el respeto y convivencia entre los diversos grupos sociales y étnicos.
Sistema político
Libertad y Refundación (Libre) manifiesta que La Asamblea del Poder Popular es un organismo básico en la construcción del poder del pueblo y la democracia participativa. Asume también el principio constitucional que la suplantación de la Soberanía Popular y la usurpación de los poderes constituidos se tipifican como delitos de traición a la patria. La responsabilidad en estos casos es imprescriptible.
Un sistema político participativo y con verdaderos controles sociales. Esto significa: eliminar la corrupción pública, revocatoria de mandato para todos los cargos de elección popular, elección por voto popular de magistrados/as de la Corte Suprema, Fiscal General, magistrados/as del Tribunal Supremo Electoral, aparte de diputados/as alcalde/sa y Presidente/a de la República. Se plantea el reconocimiento y la implementación de mecanismos de participación como el referéndum, plebiscito y la Asamblea Constituyente. Asimismo, se propone que todo candidato o candidata política sea nominado por las bases y controlado en función al cumplimiento de su plan de trabajo propuesto. Reducción de la cantidad y el sueldo de diputados/as. Participación e igualdad de oportunidades para mujeres, jóvenes, indígenas y adulto mayor. El nuevo sistema político participativo tendrá que desarrollar procedimientos que permitan una renovación constante de la moral y la política.
Recursos naturales
Recuperación de la propiedad y administración pública de los recursos naturales. Prohibición de nuevas concesiones a manos privadas. Participación y beneficio comunitario y público del manejo de los recursos naturales. Prohibición de la minería a cielo abierto. Nuevo ordenamiento territorial según la vocación productiva de cada región del país. Recuperación del dominio del espectro radioeléctrico y promoción de la comunicación alternativa comunitaria. Se trata, entonces, de generar un respeto a la naturaleza y a las necesidades de las futuras generaciones.
Sistema económico
Una economía diversificada y complementaria. El Estado debe promover la pequeña y mediana empresa, los emprendimientos comunitarios y campesinos. La iniciativa privada debe estar bajo el rol protagónico del Estado en la actividad económica. Y, en lo inmediato, lograr la igualdad socioeconómica para los desprotegidos.
Servicios sociales
Seguro social para todos/as. Educación y salud intercultural, gratuita, universal y preventiva. Una educación liberadora.
Sistema agrario
Recuperación y redistribución de las tierras con carácter colectivo para las comunidades campesinas e indígenas que carezcan de ella. Fijar un límite al tamaño de la propiedad agrícola. Reversión de los latifundios. Promover la agricultura campesina/indígena para garantizar la soberanía alimentaria del país, libre de transgénicos.
Seguridad
Revisión profunda del rol de las FFAA. Prohibición de bases militares extranjeras en territorio nacional. Restructuración de la Policía Nacional. Creación de policías municipales.
Relaciones internacionales
Libre circulación de personas en la región centroamericana. Reincorporación de Honduras al ALBA y por integrar al país al mundo actual en condiciones equitativas. Respeto a la soberanía de los pueblos y su derecho a la autodeterminación. Por ello, Libertad y Refundación se declara contrario a las prácticas imperialistas y neocolonialistas, a sus instrumentos de sometimiento y agresión, especialmente a las guerras, invasiones, bases militares y genocidios.
El partido aspira a construir una sociedad sin relaciones de explotación y sometimiento entre los seres humanos, así como el crecimiento de una conciencia humanista que modele actitudes de cooperación y solidaridad contrarias al individualismo y el egoísmo promovidas por el modelo neoliberal. El camino hacia una sociedad justa se construye paso a paso, valorando de manera científica los avances posibles, con sensibilidad y creatividad. El concepto de igualdad social es el centro de la acción y del pensamiento que nos permite enfrentar decididamente todas las formas de injusticia.
Todos esos enunciados expuestos de forma muy general pueden ser vistos como posibles tareas políticas del partido LIBRE y del consiguiente proceso de refundación, implican una amplia discusión de ideas y propuestas, de aprovechamiento de la experiencia popular en la organización y gestión de recursos. Y todos esos retos que impone la transformación serán legítimos cuando nazcan del pueblo o que sepan trasmitir los intereses de toda la nación.
Éste momento de inclusión es la única vía y espacio para la reconciliación nacional. Así lo entienden los miembros del partido que no sólo protestan contra la injusticia del régimen social sino que también proponen alternativas de cambio. Una de las propuestas fundamentales es la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente que redacte un nuevo pacto social como mecanismo regulador de unas relaciones sociales más justas y equitativas. Ese proceso deberá ser participativo y sin exclusiones y desde él podrá edificarse una real y justa reconciliación nacional.
De aquí se desprende un dilema importante ¿será suficiente esa constituyente para modificar las relaciones sociales desiguales? Si se responde afirmativamente tendrá que aceptarse la idea de los cambios dentro de los límites del sistema, es decir, se tratará de efectuar reformas sociales sin afectar la base material del régimen económico. Si se pretende argumentar desde esa idea, todavía poco fundamentada de la refundación, entonces ya no se trata de reformas al sistema sino de transformaciones estructurales que afectarían la distribución de la gran propiedad y de la riqueza social. Cualquier respuesta a este problema se va a expresar en los mínimos ideológicos que se establezcan entre las distintas posturas políticas del partido. Y no será resultado del capricho individual o de la simpatía que tengamos hacia ciertas ideas, sino que será manifestación de los intereses sociales que se van ir imponiendo a lo largo del movimiento social nacional.
14 de abril de 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario