HORA DE CAMBIOS

Hipólito Abreu

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19 DE ABRIL DE 1810: CUANDO LA HISTORIA SE CONVIERTE EN FABULA.

El 19 de abril de 1810, es conocido como el día de la proclamación de la independencia de Venezuela.

El ideario histórico nos ha vendido la idea que ese 19 de abril, un jueves santo por cierto, una muchedumbre se concentró en la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar), para exigirle la renuncia al Capitán General Vicente Emparan (quien asumiera el cargo once meses antes por recomendación de Napoleón, en sustitución de José Ignacio Casas quien era súbdito de la corona española, por tanto leal a Fernando VII), con el mismo misticismo, se nos enseñó que el canónigo José Cortés Madariaga alzaba su mano para motivar un NO rotundo como respuesta a la pregunta de hecha por Emparan de si los allí presentes deseaban que él continuase en el mando, finalmente, se nos ha dicho que estos gestos heroicos originaron una proclama, aquella que nos declaraba libres del yugo español.

Lo cierto es que ese día, no se proclamó nuestra independencia, tampoco fue un día donde el clero unido al pueblo sacó del poder a la tiranía, nada de eso ocurrió.

La realidad de los hechos nos dice que Madariaga y la oligarquía criolla aprovecharon el jueves santo, y la concentración efectuada ese día, con motivo de la conmemoración católica relacionada a la pasión y muerte de Cristo, para juntar un tumulto de gente, quienes adoctrinados por la fe gritaron NO a Emparan, solo para congraciarse con su jefe religioso, quien, no realizaba esta jugada maestra en aras de la libertad, sino como fiel súbdito de la corona representada en la persona de Fernando VII.

Tanto así, que el nuevo gobierno surgido de esa renuncia, se le bautizó con el nombre de LA JUNTA SUPREMA CONSERVADORA DE LOS DERECHOS DE FERNANDO VII. Siendo esta, una junta donde la oligarquía criolla junto al poder religioso y militar se unieron función de su fidelidad al Rey de España.

Para reafirmar lo antes dicho, es bueno conocer que cuando Emparan era llevado a La Guaira para expulsarlo de nuestro territorio, en la Plaza Mayor se escuchaba gritos de “¡Dios Salve al Rey… Viva España..!”

Resulta muy Aleccionador leer una de las tantas declaraciones hechas por los mantuanos luego que asumieron el poder: “La Junta Suprema tendrá el tratamiento de alteza, y se compone por ahora de veintitrés vocales con voz y voto…” Como podemos ver, los aires aristocráticos y de grandeza vista por los mantuanos – con quienes Simón Bolívar por cierto no comulgaba mucho –, les hizo elevarse a un rango de superioridad celestial.

En realidad, resulta increíble observar como muchos historiadores a lo largo del tiempo ha obviado los reales objetivos trazados por el poder económico y eclesiástico de la época, dándole un matiz romántico y heroico al mejor estilo de las fabulas griegas, romanas u orientales a los hechos sucedidos ese día. Hechos estos, que sin lugar a duda, distaban mucho del sueño libertario bolivariano.

Muchas cosas más se podría decir, pero sería alargar demasiado lo aquí escrito.

Algo es cierto, cuando Bolívar, nuestro Libertador el 19 de abril de 1820 ordenó celebrar el décimo aniversario de aquel histórico 19 de abril de 1810, exclamando ante los presentes: “Diez años de libertad se solemnizan este día. Diez años consagrados a los combates, a los sacrificios heroicos, a una muerte gloriosa.” No se equivocaba, porque si bien es cierto, el 19 de abril fue una expresión de la sumisión por parte de la oligarquía criolla ante la corona española, no es menos cierto que abrió las puertas para que el 3 de julio de 1811 Bolívar exclamara ante la Sociedad Patriótica: “Otros dicen: que los grandes proyectos deben prepararse en calma..! A lo que yo pregunto: Es que trescientos años de calma no bastan?... Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos.”

En definitiva, estas palabras sirvieron para que, dos días después, el 5 de julio de 1811, el Congreso constituyente terminara por declarar solemnemente la Independencia absoluta de Venezuela, dejando de ser así, el 19 de abril de 1810 una victoria de la monarquía española contra Bonaparte y transformándola en el día donde se inicio el camino por la liberación de los pueblos de América.

Claro está, lo aquí referido es una humilde opinión.