Ambientalistas chilenos se oponen a minería en la Isla Riesco
Nuevamente diferentes organizaciones ambientalistas estan unidas para enfrentar acciones que atentan contra diversos ecosistemas y la biodiversidad en Chile.
Ahora se trata de el Proyecto Minero Isla Riesco. En esta isla magallánica, la cuarta más grande de Chile, ya se está preparando la instalación de una mina de carbón.
Acusan daños a ballenas y pingüinos, contaminación marina e impacto en localidades aledañas causados por las termoeléctricas que utilizarán el carbón.
Este proyecto contempla la afectación directa de 1.500 hectáreas, compuestas por bosques, lagunas, valles, humedales y praderas. De éstas, 500 hectáreas, que son equivalentes al tamaño de 75 estadios de futbol, incluyendo todo su entorno de 180 metros de profundidad se verán directamente erosionadas.
Nadie ha podido determinar con precisión cuántos y cuáles serán los impactos directos, sobre todo porque el proyecto minero contiene una serie de errores y omisiones que al parecer ninguna autoridad observó de manera responsable.
Cerca de Isla Riesco también está el Parque Marino Francisco Coloane, creado justamente para proteger a las ballenas que circulan en esta área. También pueden ser afectadas por las rutas de transporte del carbón. No es raro que se produzcan choques entre las ballenas y los barcos y también puede producirse una contaminación de las aguas donde estas ballenas tienen su hábitat natural.
Podrían morir algunas de esas especies y otras emigrar, es muy grave el inminente daño ecológico. Además, al ser un carbón de tan mala calidad, las termoeléctricas que lo usarán en el norte del país van a emitir toda esta contaminación a la población y el medio ambiente.
Este carbón tiene alta concentración de mercurio, que es un metal pesado que cuando se libera al ambiente, decanta en el mar y en las personas, lo que puede causar mal formaciones en fetos, problemas neurológicos y otros problemas de salud muy graves.
Los estancieros, descendientes de los europeos que se instalaron en esta isla en los años 50, están inquietos. En Riesco no hay nada, excepto muchas ovejas, lengas, casonas antiguas y calma. Calma que, en todo caso, pende de un delgado hilo.
Gustavo Carrasquel | ANCA 24
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