SALUTACION DE FIN DE AÑO
Por : Jorge Antonio Hernández García
De : República Dominicana
Por : Jorge Antonio Hernández García
De : República Dominicana
31 de diciembre del 2017
Faltan horas para finalizar un año que comenzó en la tierra de Bolívar y Chávez con mucha fuerza y ánimo de que podría ser muy excelente, sin embargo, esa alegría solo duraría hasta abril, mes en que la derecha y el imperio planificaron lo que ellos entendían era el golpe mortal a la revolución que dejó como legado el comandante Chávez.
A partir de ahí y hasta julio se desataron todos los demonios, dejando una estela de más de 120 muertos, cientos de heridos y la economía en situación sumamente delicada. Al mes siguiente de comenzar lo que los venezolanos llaman guarimbas, el presidente, en uno de esos momentos en que los líderes demuestran su grandeza, anunció la celebración de unas elecciones para la escogencia de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Desgraciadamente entre esa fecha y las elecciones, celebradas el 31 de julio, cayeron muchos venezolanos inocentes, se destruyeron cantidades de bienes públicos y privados, por la irracionalidad de unos jóvenes llenos de odio y una derecha irresponsable que pagó, actuó, atizó esos desórdenes que se dieron en pocos Estados pero que fueron muy destructivos.
El pueblo, arrecho (como dicen ustedes), tomó las calles ese 31 de julio, no para responder en la misma forma que planificó y llevó a cabo la derecha, sino para votar justo en contra de esos malévolos planes, que se habían convertidos en una molestia y agonía hasta de los mismos simpatizantes de ellos. Esas personas en un número de algunos millones, arrimó sus hombros a los de los hombros revolucionarios y lograron, lo que por meses se había y parecía una tarea imposible: lograron la paz.
Y el pueblo respiró aire fresco a partir del 1 de agosto y vinieron entonces nuevas batallas; una el 15 de octubre, con la elección de 18 + 1 gobernadores y posteriormente, el 10 de diciembre, remató ese pueblo heroico, con 308 alcaldes de un total elegible de 335. El pueblo entonces está en paz social. Pero como el diablo siempre asecha, la misma derecha que perdió el control de esas guarimbas, incrementaron los ataques y esta vez con el proyecto de dar un golpe de Estado suave, incrementando hasta la estratosfera los artículos que más necesita y consume el pueblo y escondiendo otros.
Así ha sido hasta ahora y así seguirá por un tiempo y creo que ese tiempo va a estar limitado con medidas nuevas que comenzaron a tomarse para zafarse del bloqueo económico, financiero, que ha impuesto el imperio y sus lacayos la UE y las burguesías de algunos países arrastrados de nuestra Sur América.
La grandeza de los líderes, ya lo dije más arriba, asoma cuando los pueblos parecen estar en lo que llamamos un callejón sin salida. A esas decisiones que cambian todo se les llama desencadenante histórico. Ya Chávez inició ese proceso en 1998 con su asunción al poder, eso fue un desencadenante histórico. Todo se trastocó y por primera vez, los obreros, campesinos, hijos de los barrios, los cerros y los llanos, se vieron visibilizados, con voz, dándoles forma a una nueva organización de la sociedad venezolana.
Otro desencadenante histórico fue la partida, que con todo el pesar de los que amamos a ese gigante, sucedió aquel 5 de marzo del 2013. Al comandante ascender a un plano superior, dejó a un hombre que hasta ese momento no era conocido por las grandes mayorías del pueblo chavista y mucho menos por los que le adversan. Ese hombre que inició el período de ese desencadenante histórico fue el actual presidente de la República, Nicolás Maduro Moros. A vuelta de esquina ya ponía su impronta a todo lo que comenzó a hacer.
Y el tercer desencadenante histórico, a mi entender, fue la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que logró la paz real para el pueblo y ha comenzado un largo pero seguro proceso de aprobar leyes y decretos constituyentes para resolver de raíz problemas como el de la guerra económica que el imperio y sus socios, le han impuesto a esa noble patria.
No digo que lo que voy a escribir a continuación se pueda llamar un desencadenante histórico más, quizás no, pero sí sé que transformará en todos sus estamentos las relaciones económicas y comerciales internas y externas, principalmente éstas que han estado sometidas a un bloqueo imperial criminal, porque hasta las medicinas están incluidas en ese bloqueo. Pues me refiero a la orden que ha girado el presidente obrero de crear una Criptomoneda distinta a las que conocemos hasta ahora, unas 1,600, llamada PETRO, porque ésta ya es respaldada por la mayor reserva de petróleo del mundo, por el oro, el gas, el coltán y otras reservas que la naturaleza generosamente le regaló a Venezuela. Esa medida, indiscutiblemente, revolucionará la forma de como se manejará la economía venezolana en el futuro inmediato, corregirá las distorsiones que elementos externos han introducidos en esa economía y revalorizará la moneda local, el Bolívar, lo mismo que romperá con el bloqueo del imperio, que nuevamente será, una vez más, derrotado en sus pretensiones de salir del Estado que se construye en Venezuela, el Estado Socialista. No me cabe la menor duda de eso.
Así que solo le pido a cada venezolano que por alguna razón muestran su descontento, que recuerden, el enemigo está en la acera de enfrente, en Miami, en Colombia, en Brasil, en Argentina, en la EU. Por ello, es extremadamente importante que la unión que ha llevado al chavismo a tres victorias en 2017 se mantenga a los fines de lograr que el gobierno campee el temporal y el timón de la nación ponga proa a favor del viento victorioso que traerá el año que nace, lleno de fe, esperanza y confianza en el gobierno al que Chávez dijo: Apóyenlo como la luna llena.
Feliz año 2018 para todos esos venezolanos revolucionarios, les desea este dominicano:
Faltan horas para finalizar un año que comenzó en la tierra de Bolívar y Chávez con mucha fuerza y ánimo de que podría ser muy excelente, sin embargo, esa alegría solo duraría hasta abril, mes en que la derecha y el imperio planificaron lo que ellos entendían era el golpe mortal a la revolución que dejó como legado el comandante Chávez.
A partir de ahí y hasta julio se desataron todos los demonios, dejando una estela de más de 120 muertos, cientos de heridos y la economía en situación sumamente delicada. Al mes siguiente de comenzar lo que los venezolanos llaman guarimbas, el presidente, en uno de esos momentos en que los líderes demuestran su grandeza, anunció la celebración de unas elecciones para la escogencia de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Desgraciadamente entre esa fecha y las elecciones, celebradas el 31 de julio, cayeron muchos venezolanos inocentes, se destruyeron cantidades de bienes públicos y privados, por la irracionalidad de unos jóvenes llenos de odio y una derecha irresponsable que pagó, actuó, atizó esos desórdenes que se dieron en pocos Estados pero que fueron muy destructivos.
El pueblo, arrecho (como dicen ustedes), tomó las calles ese 31 de julio, no para responder en la misma forma que planificó y llevó a cabo la derecha, sino para votar justo en contra de esos malévolos planes, que se habían convertidos en una molestia y agonía hasta de los mismos simpatizantes de ellos. Esas personas en un número de algunos millones, arrimó sus hombros a los de los hombros revolucionarios y lograron, lo que por meses se había y parecía una tarea imposible: lograron la paz.
Y el pueblo respiró aire fresco a partir del 1 de agosto y vinieron entonces nuevas batallas; una el 15 de octubre, con la elección de 18 + 1 gobernadores y posteriormente, el 10 de diciembre, remató ese pueblo heroico, con 308 alcaldes de un total elegible de 335. El pueblo entonces está en paz social. Pero como el diablo siempre asecha, la misma derecha que perdió el control de esas guarimbas, incrementaron los ataques y esta vez con el proyecto de dar un golpe de Estado suave, incrementando hasta la estratosfera los artículos que más necesita y consume el pueblo y escondiendo otros.
Así ha sido hasta ahora y así seguirá por un tiempo y creo que ese tiempo va a estar limitado con medidas nuevas que comenzaron a tomarse para zafarse del bloqueo económico, financiero, que ha impuesto el imperio y sus lacayos la UE y las burguesías de algunos países arrastrados de nuestra Sur América.
La grandeza de los líderes, ya lo dije más arriba, asoma cuando los pueblos parecen estar en lo que llamamos un callejón sin salida. A esas decisiones que cambian todo se les llama desencadenante histórico. Ya Chávez inició ese proceso en 1998 con su asunción al poder, eso fue un desencadenante histórico. Todo se trastocó y por primera vez, los obreros, campesinos, hijos de los barrios, los cerros y los llanos, se vieron visibilizados, con voz, dándoles forma a una nueva organización de la sociedad venezolana.
Otro desencadenante histórico fue la partida, que con todo el pesar de los que amamos a ese gigante, sucedió aquel 5 de marzo del 2013. Al comandante ascender a un plano superior, dejó a un hombre que hasta ese momento no era conocido por las grandes mayorías del pueblo chavista y mucho menos por los que le adversan. Ese hombre que inició el período de ese desencadenante histórico fue el actual presidente de la República, Nicolás Maduro Moros. A vuelta de esquina ya ponía su impronta a todo lo que comenzó a hacer.
Y el tercer desencadenante histórico, a mi entender, fue la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que logró la paz real para el pueblo y ha comenzado un largo pero seguro proceso de aprobar leyes y decretos constituyentes para resolver de raíz problemas como el de la guerra económica que el imperio y sus socios, le han impuesto a esa noble patria.
No digo que lo que voy a escribir a continuación se pueda llamar un desencadenante histórico más, quizás no, pero sí sé que transformará en todos sus estamentos las relaciones económicas y comerciales internas y externas, principalmente éstas que han estado sometidas a un bloqueo imperial criminal, porque hasta las medicinas están incluidas en ese bloqueo. Pues me refiero a la orden que ha girado el presidente obrero de crear una Criptomoneda distinta a las que conocemos hasta ahora, unas 1,600, llamada PETRO, porque ésta ya es respaldada por la mayor reserva de petróleo del mundo, por el oro, el gas, el coltán y otras reservas que la naturaleza generosamente le regaló a Venezuela. Esa medida, indiscutiblemente, revolucionará la forma de como se manejará la economía venezolana en el futuro inmediato, corregirá las distorsiones que elementos externos han introducidos en esa economía y revalorizará la moneda local, el Bolívar, lo mismo que romperá con el bloqueo del imperio, que nuevamente será, una vez más, derrotado en sus pretensiones de salir del Estado que se construye en Venezuela, el Estado Socialista. No me cabe la menor duda de eso.
Así que solo le pido a cada venezolano que por alguna razón muestran su descontento, que recuerden, el enemigo está en la acera de enfrente, en Miami, en Colombia, en Brasil, en Argentina, en la EU. Por ello, es extremadamente importante que la unión que ha llevado al chavismo a tres victorias en 2017 se mantenga a los fines de lograr que el gobierno campee el temporal y el timón de la nación ponga proa a favor del viento victorioso que traerá el año que nace, lleno de fe, esperanza y confianza en el gobierno al que Chávez dijo: Apóyenlo como la luna llena.
Feliz año 2018 para todos esos venezolanos revolucionarios, les desea este dominicano:
Jorge Ant. Hernández
Correo: jorgehernandez4508@gmail.com
Correo: jorgehernandez4508@gmail.com
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