LA VERDAD DEL TERRORISTA OSCAR PEREZ.
EL CASO DEL TERRORISTA OSCAR PÉREZ: LO QUE LA PRENSA OCULTA
Oscar Pérez no fue un “luchador por la libertad”, ni un “piloto rebelde” ni mucho menos un “joven opositor asesinado por el Gobierno venezolano” como lo presenta la prensa internacional.
Oscar Pérez fue un comisario de la policía de investigación de Venezuela, experto en operaciones especiales y manejo de explosivos, que el 27 de junio de 2017 desertó de las fuerzas policiales, robó un helicóptero de dicha institución y en plena tarde caraqueña cometió dos perversos delitos: disparó contra el edificio del Ministerio del Interior hacia una terraza donde se encontraba un grupo de comunicadores sociales celebrando el Día del Periodista. Y acto seguido, sobrevoló el edificio sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) el máximo tribunal de la República, y arrojó cuatro elementos explosivos (granadas) que impactaron la edificación, dentro de la cual se encuentra un centro de atención y educación inicial para niños menores de 7 años, que presta servicios a las familias de los trabajadores del TSJ.
A partir de esa acción, Pérez fue convertido en un símbolo político y mediático de la llamada “Resistencia”, nombre que asume el movimiento político de violencia callejera insurreccional. También, Oscar Pérez fue asumido como símbolo de desafío armado a la democracia venezolana y el Estado de Derecho. La espectacular acción de Pérez se produjo en el momento la violencia insurreccional generada en las calles de algunas ciudades desde el mes de abril, se encontraba en una fase agónica. Con la glorificación y legitimación de sus actos terroristas se buscaban dos objetivos políticos:
Elevar la moral de los factores violentos e impulsar la violencia de calle que provocó la muerte de 121 personas, más de 2 mil heridos e incalculables daños materiales al país.
Mostrar al Estado venezolano como un ente debilitado, sin control el orden público y sin capacidad para reducir a grupos de opositores que lo desafiaban por la vía armada, lo cual avala a quienes desde el extranjero piden una “intervenir” a la democracia venezolana
Elevar la moral de los factores violentos e impulsar la violencia de calle que provocó la muerte de 121 personas, más de 2 mil heridos e incalculables daños materiales al país.
Mostrar al Estado venezolano como un ente debilitado, sin control el orden público y sin capacidad para reducir a grupos de opositores que lo desafiaban por la vía armada, lo cual avala a quienes desde el extranjero piden una “intervenir” a la democracia venezolana
El 18 de diciembre del año pasado, un grupo paramilitar fuertemente armado, dirigido por Oscar Pérez asaltó un Cuando militar de la Guardia Nacional de Venezuela (GNB), en la población de San Pedro de los Altos, ubicada a unos 25 minutos de la capital del país. En dicha acción, el grupo de Pérez robó un lote armas de guerra para ser utilizadas en actos de violencia contra el pueblo de Venezuela.
En sucesivas apariciones en los medios internacionales Pérez ratificó el camino armado para lograr el cambio de Gobierno y anunció nuevas acciones en los primeros dos de 2018, que llevarían a lo que calificó como un “colapso total” de la vida política del país.
Oscar Pérez fue un delincuente y un terrorista que atacó civiles desarmados y que se levantó en armas contra el Estado de Derecho proclamándose líder de un movimiento cuyo objetivo era derrocar por la vía violenta al Presidente Nicolás Maduro.
Desde su primera acción, los cuerpos de. Seguridad del Estado venezolano ordenaron su captura, desplegando un amplio operativo de inteligencia para dar con su paradero y llevarlo ante la justicia, en la comprensión de que se trataba de un sujeto muy peligroso, experto en el uso de armas y con amplios conocimientos en materia policial y de seguridad. Las acciones cometidas por este grupo encuadran como “terrorismo” de acuerdo a lo establecido en el artículo 4 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento al Terrorismo.
La investigación policial y las labores de inteligencia llevaron comienzos de enero a la detención de 5 ciudadanos a los que se les comprobó su vinculación con las acciones terroristas y delictivas cometidas por la célula de Oscar Pérez. Se demostró que el grupo recibe transferencia de recursos desde el extranjero para financiar sus actividades. La pistas aportadas por las personas detenidas, informaciones entregadas al Estado por voceros de la oposición y el seguimiento a las apariciones mediáticas de Oscar Pérez dieron frutos a mediados de enero.
El día 15 de enero en un barrio popular de la zona de El Junquito, muy cerca de Caracas, a identificar una residencia donde aparentemente se encontraba la célula terrorista liderizada por Oscar Pérez. Al comprobarse su presencia, oficiales de los cuerpos de seguridad intentaron mediar con el grupo, tratando de convencerlo de su entrega a la justicia. Mientras se negociaba su entrega y resguardo, el grupo de Oscar Pérez atacó de forma alevosa a la comisión policial, dejando como resultado dos funcionarios policiales muertos y ocho funcionarios heridos de gravedad.
En ese momento, comienza una operación comunicacional. Pérez emite una serie de mensajes por vía de redes sociales el los que manipula los acontecimientos y señala que quiere entregarse pero no lo dejan.
Se produce entonces un enfrentamiento con los cuerpos policiales en los que caen abatidos siete miembros de la banda delictiva, incluyendo a Oscar Pérez.
En El Junquito no se produjo ninguna masacre, ni ninguna ejecución extrajudicial como falsamente han desinformado agencias de noticias y medios internacionales. En el contexto de una operación anti terrorista, se produjo un enfrentamiento armado con un grupo de delincuentes que lograron hacer bajas en las fuerzas policiales.
El Ministro de Interior, Justicia y Paz de la República Bolivariana de Venezuela informó ante la prensa los resultados del operativo. De las informaciones suministradas queda constancia de lo siguientes hechos:
La banda delictiva que liderizaba Oscar Pérez se encontraba fuertemente apertrechada con armamento de alto calibre, parte del cual fue robado en el asalto al puesto de la GNB en diciembre pasado.
Se encontraron evidencias que demuestran que el grupo preparaba un atentado en el que harían detonar un vehículo ante la sede de una Embajada en la ciudad de Caracas o en algún lugar de afluencia masiva. La acción de los organismos de seguridad del Estado impidió que este grupo pudiera ejecutar actos terroristas.
Se recolectaron evidencias de conexiones, contactos políticos y logísticos que facilitaban la labor de Oscar Pérez y su banda terrorista, así como financiamiento desde el extranjero. Los organismos de seguridad y la Fiscalía continúan la investigación sobre el caso.
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