Escrito por: Ricardo Ayala
La elección hondureña se está decidiendo en las calles, en todo el país ha surgido una rebelión popular contra el fraude electoral que está adquiriendo un carácter abiertamente revolucionario. El pasado 26 de noviembre los electores fueron convocados a las urnas. El actual presidente Juan Orlando Hernández (JOH) es el heredero directo del golpe de estado de 2009, que derrocó a Juan Manuel Zelaya. JOH cambió la ley para poderse reelegir y como la votación no le favorece ahora, está queriendo cambiar los resultados para imponerse nuevamente en la presidencia. Para ello está usando a las distintas instituciones estatales, incluyendo al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que se ha puesto bajo las órdenes del debilitado dictador. JOH sólo puede imponerse de presidente bajo la derrota del actual movimiento de masas, lo cual no es tarea fácil, porque el pueblo catracho ya despertó y tiene todo el potencial para ganar esta trascendental batalla.
La farsa electoral
El régimen planificó muy bien esta elección, que era completamente fraudulenta desde el inicio. El objetivo nunca fue tomar en cuenta la opinión del pueblo, sino simplemente, dotar de legitimidad al régimen. Se aprobó una ley que permitiera a Juan Orlando Hernández perpetuarse como presidente. Esto no se veía en Honduras desde los años 30´s y 40´s con la sangrienta dictadura de Tiburcio Carías Andino. Se echó a andar una poderosa operación para comprar votos, mientras que en todo el periodo previo, se hizo una campaña de desprestigio permanente en contra de la oposición. El día de las elecciones se hicieron vulgares trampas. El padrón electoral no estaba actualizado y dio la oportunidad a que la gente vote más de una vez o incluso voten los muertos, el oficialista Partido Nacional, rellenó urnas y trató de intimidar a la población para que no saliera a votar, avionetas sobrevolaban el cielo y en la tierra se movilizaba a los militares. Mientras apostaban a provocar la abstención usaron montón de maniobras para obligar a la gente a votar por la derecha, por ejemplo, reteniendo programas sociales o salarios de trabajadores estatales bajo la promesa de liberarlos cuando ganara el Partido Nacional. Todo les resultó en vano.
En todo este plan de la ultraderecha había un pequeño detalle, que ha metido en problemas a los golpistas, había que permitir el derecho a votar a las masas. Estas no desaprovecharon la oportunidad para mostrar su enorme descontento y se tomaron muy enserio esta batalla para echar de una vez por todas a los golpistas. La votación fue masiva, afuera de las casillas estaba mucha gente formada todavía a las 5:00 pm y lo normal es dejar abierta la votación por una hora más hasta que la gente termine de votar, pero nerviosamente el régimen de JOH mandó a cerrar de inmediato las urnas, porque sabía que el voto no le favorecía. Eso sin duda disminuyó la cantidad de votos hacia la coalición opositora, aunque en más de un caso lo que vimos fue que la gente se organizó y obligó a reabrir los centros de votación para ejercer su derecho. Al final ha sido una participación muy alta.
La contundencia de la participación del pueblo hondureño en la elección dejaban en claro que los datos desfavorecían a JOH, él sin embargo se apresuró a declararse ganador. Naturalmente, la coalición opositora salió a desmentir y dijo que basándose en las papeletas de votación, no en encuestas a boca de urna, sino con datos reales, ellos tenían una importante ventaja que le daba el triunfo a Salvador Nasralla.
Las instituciones estatales se han convertido en instrumentos títeres de Juan Orlando Hernández, el TSE se veía en aprietos pues tenía que dar alguna información oficial con su jefe declarándose ganador y sin datos que sustentaran ese supuesto triunfo. Por eso fue hasta aproximadamente la 1:40 de la madrugada del lunes que dieron la primer información y no pudieron ocultar que Nasralla aventajaba dando el dato de 5% de ventaja. Después de eso solo dieron un avance más con una pequeña reducción de la ventaja (44.35% para Nasralla, frente a 40.5% para JOH), se tenía como límite dar un veredicto antes de que terminara el jueves y no hubo ningún anuncio oficial. Esto último se debe a la respuesta del pueblo en las calles, un anuncio del triunfo de JOH sería una llamarada que terminaría de incendiar al país.
Mientras en otras elecciones de la región y del mudo se puede revisar paso a paso como avanza el conteo de la votación, en Honduras hay un silencio cómplice del TSE, que permitirá al régimen falsificar los datos. Se está modificando la información real, se dificulta el ingreso al TSE de las boletas que favorecen a la Alianza contra el golpe, se habla de reimpresión de boletas para cambiarlas por las reales, se han mostrado videos de cómo se están marcando libretas enteras de boletas a favor del Partido Nacional. El sistema con el que se cuentan los votos se cayó repentinamente el día miércoles en la tarde y cuando se restableció, horas después, Juan Orlando Hernández ya estaba en la delantera. Esa burda maniobra nos recuerda el fraude en México de hace 30 años, en ese país ya se usan métodos mucho más sofisticados para hacer fraude pero la política en Honduras actúa bajo los dictados de burdos cavernícolas políticos.
La inmensa mayoría de los medios de comunicación están al servicio del régimen. Después del restablecimiento del sistema, de manera repentina empezaron a anunciar que JOH ya aventajaba la votación y a ocultar la información del malestar popular, poniendo notas irrelevantes en los noticieros y hasta intentaron desviar la atención hacia programas de entretenimiento, tratando de que el pueblo se alejara de la realidad. Nada ha impedido que el pueblo salga a la lucha a defender su triunfo.
A muchos observadores internacionales se les presiona para que no hagan declaraciones. La OEA tiene sus manos metidas en las elecciones y en vez de denunciar el fraude hace llamados a que la gente se quede en sus casas y presionó para que ambos candidatos en disputa aceptaran los resultados del TSE. Nasralla aceptó eso pero se dio cuenta que era una trampa y correctamente rompió el acuerdo. Los observadores de la Unión Europea hacen declaraciones similares, dicen que las elecciones se llevaron con normalidad y el retraso sólo es para dar certidumbre mientras insisten en que la gente permanezca en sus casas. Nadie escucha esos discursos y la rebelión de las masas prosigue.
El TSE ha dicho que no dará el resultado final hasta computar la totalidad de las actas, incluso las que tienen inconsistencias. Eso es un reconocimiento de que las elecciones se decidirán no en el conteo sino en las calles.
Ahora se escuchan voces que hablan de repetir las elecciones. ¿No decían que todo era transparente y estaba en orden? Lo que se quiere es ganar tiempo para desactivar la movilización popular que puede adquirir dimensiones que disputen el poder al Estado de los oligarcas e imperialistas. El movimiento debe desarrollar un plan para avanzar y fortalecer la lucha y el poder popular.
La causa de la revuelta
Después del derrocamiento de Mel Zelaya, las condiciones de vida para las masas, ya de por si malas, se han deteriorado hasta una situación insoportable. Uno de los casos más sensibles es el del sistema de salud, que ha sido saqueado, dejando a la población sin acceso a medicamentos, deteriorando las condiciones laborales de los trabajadores del sector y provocando por ello la muerte de varios hondureños por falta de una adecuada atención médica. Frente a ello, días previos a las elecciones, los trabajadores de este gremio realizaron un paro de labores. En general se ha dado una ofensiva contra el movimiento obrero organizado que resiste y ve este proceso como una oportunidad de responder.
Honduras es uno de los países más pobres de América. Si sumamos la tasa de desempleo y el trabajo informal veremos que estos llegan a ocupar la mitad de la fuerza laboral. Cuando Zelaya gobernó, el salario mejoró significativamente pero con los golpistas se ha dado un retroceso enorme. Se calcula que el 60%, de los poco menos de 9 millones de hondureños, son pobres según cifras oficiales.
El deterioro de los niveles de vida ha venido acompañado de enriquecimiento y obscena corrupción de la clase gobernante y los altos representantes estatales. Este es un régimen salido del golpe de Estado de 2009, se ve obligado a convocar elecciones pero mantiene una estructura autoritaria bonapartista. JOH controla las fuerzas armadas, a los magistrados, al TSE, etc. Durante su gobierno fue normal que una protesta en Honduras terminara en represión, con balas de goma y gases lanzados a la población.
El golpe de Estado derivó en un régimen autoritario basado en el Partido Nacional, pero rompió el equilibro histórico, donde el país mantenía un sistema bipartidista con dos opciones burguesas: Nacionales y Liberales, estos últimos perdieron su base de apoyo y en estas elecciones han tenido un resultado muy pobre, quizás de un 14%. El golpe de estado se dio para intentar frenar el fermento de lucha del pueblo, cuando este se consumó, ocurrió lo contrario y surgió una opción de masas del pueblo trabajador: el Frente Nacional de Resistencia Popular, del cual derivó el partido Libre, aunque incorrectamente asimiló a su interior a viejos políticos liberales.
La dirección de Libre es heterogénea, vemos elementos con una mayor vinculación popular que se manifiestan junto al pueblo en las calles y otros con una tradición liberal que tiende siempre a la negociación cupular. En 2013 las elecciones presidenciales las ganó Xiomara Castro, del partido Libre pero el voto no se defendió con decisión en las calles, sino que, se optó por la vía legal y la negociación. El resultado fue la imposición de Juan Orlando Hernández en la presidencia y una pesadilla para el pueblo hondureño.
Esta elección y este movimiento se han desarrollado no gracias a la dirección, sino pese a ella. Salvador Nasralla era un popular comentarista de deportes en televisión, que empezó a criticar la corrupción, lo cual le ganó simpatías. Formó parte del Partido Anticorrupción, que tiene un carácter burgués, presentándose a las elecciones presidenciales pasadas. Finalmente entró a una alianza con el partido Libre y el pequeño Partido Innovación y Unidad (PINU). La fuerza vertebral de la Alianza contra el Golpe es Libre, que es el único partido que tiene una real base de masas, pero esa alianza permite un giro a la derecha en el programa. La masa sin embargo, quiere la salida de la dictadura y mejorar sus condiciones de vida y eso exigirá, si Nasralla llega a la presidencia.
La violencia es otro elemento que esta sobre la mesa. Después del 2009 Honduras se ha convertido en uno de los países más violentos del mundo. La población humilde vive cotidianamente vejaciones, asaltos y homicidios. En 2016, según el IUDPAS, en Honduras había una tasa de 59 homicidios por cada cien mil habitantes. Estos crímenes se trasladan a activistas sociales. Es bien conocido el caso del asesinato de Berta Castillo, importante activista social del país centroamericano, pero no es el único.
La lucha por salir de la situación de pobreza y violencia, y conseguir una sociedad de libertades son causas profundas que mueven al pueblo hondureño. UNE TV, uno de los pocos medios que no defiende a los golpistas, se presentó a una protesta espontanea en la noche del miércoles y preguntó a la gente presente su procedencia. Eran trabajadores, desempleados, profesionistas y estudiantes, pueblo obrero. Un chico de 22 años fue entrevistado, dijo que luchaba porque su hijo tuviera un país libre y narró cómo su salario no le alcanzaba, como tenía que conseguir dinero prestado si su hijo enfermaba porque no lo podía llevar al Seguro Social, porque no había ni medicinas. Hay enormes presiones y frustraciones en la población que con esta elección salen a la superficie.
Movimiento insurreccional
Al día siguiente de las elecciones se realizó un mitin concurrido frente al TSE convocado por Nasralla y Libre. Este ya mostraba el ambiente combativo y de lucha del pueblo.
Cuando se descubrió el desfalco del Seguro Social en 2015 se realizó un importante movimiento organizado fuera de los partidos, que es conocido como las marchas de las Antorchas, en una forma similar al movimiento de los indignados españoles. Esa experiencia está presente. En esa misma tradición, el martes 28 surgió una manifestación desde la Universidad Pedagógica Nacional. El miércoles cuando cayó el sistema y se anunció que JOH estaba al frente en el conteo electoral el movimiento se generalizó y desbordó.
Las protestan han llegado a los 18 departamentos hondureños. Se han tomado calles y formado barricadas. La violencia ha provenido del Estado. Militares y policías han atacado las manifestaciones desde la noche del miércoles. En el conflictivo barrio el Pedregal se han dado enfrentamientos con armas de fuego. El gobierno de Juan Orlando Hernández muestra su carácter asesino. Al menos 4 pobladores fueron baleados, incluyendo un niño de 12 años, y por lo menos 2 han muerto.
Esta etapa del movimiento ha surgido desde los barrios y pueblos inicialmente. Se mandan mensajes de que han sido tomadas alcaldías como la de la Ceiba, Santa Rosa del Copán, La Lima, algunas otras del departamento de Colón, Guadalupe Carney, Ocotepeque, Salida Sur y La Paz. La alcaldía de Siguatepeque fue incendiada.
Para este viernes 1 de diciembre, se convocó a un paro nacional. La gente no ha ido a trabajar tanto en el sector estatal como en varias empresas del sector el privado. En el momento que escribimos estas líneas las principales salidas y colonias de Tegucigalpa están cerradas: el Carrisal, la Kennedy, salida valle de ángeles, salida al norte, salida al sur, etc. La movilización tiene un verdadero carácter popular, sacando a todas las capas oprimidas de la población a la calle con los obreros y campesinos entrando masivamente en acción.
Este no es un movimiento organizado por Nasralla o Libre, tiene un impulso profundo desde abajo. Tiene un cierto carácter caótico, lo cual lo puede hacer caer presa de provocaciones que puedan facilitar la represión. El Estado ha infiltrado a provocadores que realizan saqueos con toda impunidad de las fuerzas estatales. Esto se hace para desprestigiar y debilitar la lucha.
Es necesario darle un cauce adecuado al movimiento. Desde nuestro punto de vista se debe convocar a una reunión de representantes electos en cada punto de protesta, que pueda planear acciones unificadas que, con contundencia, ayuden a derrotar a los golpistas. Si hay una determinación del pueblo trabajador de ir hasta el final, se provocarán fisuras en las propias filas del Estado y sectores de las fuerzas armadas podrían paralizarse o incluso pasarse del lado de los obreros y campesinos, pues un soldado raso vive condiciones similares a ellos.
El gobierno de JOH pende de un hilo pero la experiencia nos dice que no basta una lucha heroica para vencer. Se debe generalizar el paro, haciendo asambleas o tomas de masas en los centros de trabajo que aun estén laborando. A la par de la toma de alcaldías se deben convocar asambleas en cada municipio con raíces en sus colonias y pueblos. Estas deben organizar la lucha pero también asumir tareas de organización política y económica local. Hay que retumbar desde sus cimientos a este pobre país, con su pueblo digno y empezar a construir un gobierno y Estado de los trabajadores. Hay que generar la fuerza suficiente para echar de una vez por todas a JOH de casa presidencial.
Los dirigentes de Libre deben impulsar la protesta popular, que puede derivar inicialmente en una situación de doble poder, y rehuir a una negociación vergonzosa con el viejo régimen. Hay que echar al basurero de la historia no solo a JOH, sino al Partido Nacional y sus instituciones oligárquicas. Es claro que lo que se buscará desde el imperialismo y la oligarquía es desactivar la protesta social, porque está mostrando al pueblo su poder. Hay que estar atento ante cualquier trampa que pueda venir de argumentos legales. Si se reconoce el triunfo de Nasralla será un triunfo de las masas, pero lo siguiente es mantener la organización popular para que el poder emane realmente del pueblo trabajador en su beneficio. De forma inmediata se deben aumenten los salarios, se debe expropiar las riquezas del viejo régimen oligarca, que han obtenido del robo al pueblo para invertirlo en la salud, en la educación y mejoramiento general de vida del pueblo trabajador.
El régimen está contra la pared. Lenin dijo en algún momento que, un hombre frente al precipicio no piensa, el régimen golpista puede actuar estúpidamente. Tratar de mantenerse por la vía de la violencia podría desatar una guerra civil que no es seguro que pueda ganar la oligarquía. El Estado seguramente estará sufriendo divisiones y podrían algunos sectores apostar a sacrificar a JOH para tratar de salvar al sistema. Un reconocimiento del triunfo de Nasralla podría buscar eso, este podría no ser inmediato y tratar de hacer un recuento de la votación para ganar tiempo y buscar el desgaste de la lucha, esperando mejores condiciones para dar un veredicto. Por eso el movimiento de masas debe apostar a articularse y avanzar en el desarrollo de la lucha y comenzar a establecer un poder de los trabajadores.
Sí la dirección de la Alianza o de Libre, se niega asumir la lucha, estará defraudando vergonzosamente al pueblo digno. La dirección, particularmente de Libre, está obligada a llamar a la lucha, de lo contrario tendrá que ser rebasada. Durante el último periodo hemos visto como el ala de derecha en el partido se va imponiendo y todas las corrientes de izquierda han sido cooptadas o relegadas. Es el momento para que los sectores más a la izquierda puedan recuperar parte del terreno perdido.
Sí el fraude es impuesto, los siguientes años serán duros para las masas trabajadoras. Es el momento de luchar contra la dictadura y contra el capitalismo corrupto degenerado.
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