jueves, 8 de diciembre de 2016

"¡GUACHIRONGO! 
Ese grito que segun Julio Garmendia lanzaba al aire el conocido personaje de su famoso cuento y con el cual los barquisimetanos de ayer podían descifrar su estado de animo , hoy se oye en clave de angustia desde las propias instalaciones en franco deterioro de la sede que lleva el nombre de aquel harapiento que moraba en lo mas recondito de una nube crepuscular junto a sus pellejudos perros. A mi como siempre, se me atraviesan los refranes populares cada vez que inicio una crónica y hay una que en este relato está de "anteojito" y por eso la meto en este peo y aquí la repito, "¡no soy monedita de oro para que todo el mundo me quiera!". Tu puedes tener con Wilmer Peraza cualquier divergencia y conociendo al personaje, puedes tener la completa seguridad que ante un reclamo o un pedimento para debatirla, él desde sus firmes y controversiales posiciones, aun sin dar su brazo a torcer, estará en disposición de oirte con muchisimo respeto, en el caso que nos ocupa que no es otro que el peligro por un creciente deterioro de la sede de Guachirongo, ésta desaparezca y con ella uno de los lugares emblemáticos de la cultura larense, con ello ejemplarízo que no es Wilmer su creador, es la sede la que está en peligro, es esta especie de ágora, oasis, o abrevadero cultural en donde muchos hemos saciado nuestra sed de conocimientos, donde se han hecho realidad infinidad de proyectos culturales, bautizos de libros, lanzamientos de discos, reuniones políticas (otrora clandestinas) de caracter revolucionario, elecciones de concejos comunales, tenidas poéticas, hasta el panita Alí tenía allí su sitio preferido en el patio de Guachirongo. Es precisamente en ese patio, donde se encuentra inconcluso otro de los ambiciosos proyectos de un soñador como Wilmer Peraza, el anfiteatro que serviría como sede para tantos jovenes con inquietudes histriónicas. Creo sin temor a equivocarme que, quienes detentan o detentaron responsabilidaes en las distintos estamentos culturales del estado en Lara, alguna vez tuvieron o tienen contacto fisico en los espacios de Guachirongo y por ende, estan al tanto de las precariedades por las que atraviesa el lugar, no es hora de recriminaciones o buscar responsables, todos hemos tenido nuestra dosis de indiferencia hacia lo que en algun momento el propio Chávez indicó que se le diera asistencia, hasta el mismo Wilmer carga con parte de esa responsabilidad al no actuar con la misma determinación que lo hizo cuando se encadenó años atras en la casa de las muñecas, quizas no lo hizo por la mas elemental ética que representa ser el propietario de la edificación, en este punto debo aclararle a la maledicencia para satisfacción de su curiosidad que, los espacios de la Radio Guachirongo 98.5 F.M., fueron cedidos en calidad de comodato al Estado por veinte años de los cuales se ha vencido la mitad, por este convenio Wilmer Peraza no recibe emolumentos. No conozco de las intringulis burocráticas y cuales serían los pasos a dar en la recuperación de este centro cultural, de lo que si estoy seguro es que allí se han perdido por robo o deterioro buena parte de piezas de colección, cuadros de artistas famosos, maquinarias valiosas de ebanistería de los tiempos en que Wilmer fungía como fabricante de juguetes criollos, tambien han desaparecido laptons, cámaras fotográficas y de filmación e infinidad de objetos que forman parte de la memoria histórica de este estado de un valor incalculable. Tomemos pues como premisa fundamental, la urgente recuperación y por que no, la iniciación de una vez por todas de este ambicioso proyecto y al igual que el Guachirongo de Julio Garmendia, atrevernos a vivir en una nube larense de su crepuscular cielo. Manolo Silva"

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