domingo, 11 de diciembre de 2016


GUACHIRONGO, de BARQUISIMETO
Federico Ruiz Tirado
No es sólo una sede, una Casa de la Cultura ni mucho menos de Muñecas, tipo Cúcuta: es un espacio que -alguna vez lo escuché de las voz del Presidente chávez que había que rescatar- que cumple un rol importante en el desarrollo y promoción de la cultura -¿popular-?, no vamos a entrar en esta materia, de la cultura latrense y nacional. Su capitán es Wilmer Porfirio Peraza, a quien conozco de años y sé mucho de su tenaz empeño por mantenerlo
Es un caserón sabatiano, o borgiano, laberíntico, con escaleras que ni bajan ni suben, con fantasmas, cocina, olores de madera, sillas de siglos y realiza una intensa actividad polìtico cultural -con emisoria de radio y todo- pero sus cimientos están crujiendo sin que nadie haga nada por atenderlo. Wilmer lo ha dicho casi agónicamente, pero ninguna institución lo ha escuchado. Ni Ñañaez, ni el "Gabinete", ni siquiera un filántropo de aquellos de antes (parece que se acabaron).
Qué hacemos es la pregunta. Una vaca, como la hallaca, o tomamos fotos para que en un futuro no muy lejano se exhiban en algún recinto de antiguedades como una reliquia de los dos últimos siglos?

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