RESEMBRAR LA CULTURA:
Difícil tarea construir una nueva cultura inmersos en esta “sociedad del conocimiento” dominada por el capitalismo y su gran industria del entretenimiento, posicionada como maquinaria modeladora de gustos, demoledora de identidades y legitimadora de la cultura hegemónica.
La ideología que fundamenta a la cultura hegemónica del capitalismo intenta eliminar la relación social entre seres humanos, limitándola a la relación de la mujer y el hombre con las cosas. Es decir, solo existe la relación de propiedad y esta nos define por lo que podemos tener, vender o comprar.
No hay libertad de Ser, de eso se encarga la hegemonía cultural. Sí hay libertad de Tener. Pero es más libre quien más tiene poder para Tener, de eso se encargan las burguesías. Esta sustitución del Ser por el Tener secuestra la conciencia e impulsa a Tener por cualquier vía: vender, comprar, robar, matar. Y esta dinámica se reproduce desde lo particular, en las comunidades, hasta en la geopolítica internacional: Imperialismo.
A la cultura hegemónica del capitalismo se oponen las culturas subalternas, de resistencia o marginadas. Éstas se convierten en Contracultura cuando alcanzan la fuerza movilizadora que desmonta la falsa conciencia e inicia transformaciones del modelo cultural. El capitalismo mundial le teme a las contraculturas por eso las penetra, roba sus símbolos para vaciar sus contenidos y convertir éstas en mercancía que terminamos comprando ya desmoralizados.
La Revolución Bolivariana es una poderosa Contracultura que ha iniciado la construcción de hegemonía basada en el chavismo como cuerpo vibrante y en la identidad de Chávez, el Ser Chávez, como alma social. Chávez lo dibujó así: Ser nosotros mismos, es decir, repotenciar nuestras raíces, nuestra esencia, rescatar nuestra historia. Es allí donde vive la simiente de la nueva cultura.
Fidel Barbarito.
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