martes, 19 de agosto de 2014


¿Qué cosa es la conciencia y dónde se adquiere?

by Eduardo Saavedra
Por: Aldo Colmenares alcolmenares@gmail.com
Lo que es seguro es que no es en la educación burguesa: la escolar, donde se lograría tal conciencia, la de algo distinto a la que nos permite vivir ordenadamente, disciplinadamente en este mundo capitalista, en este horror de la explotación y la exclusión. Si no fuese así, sólo basta ver el mundo inmediato y no tan cerca que nos rodea.
Hablo de la conciencia de que puede haber un mundo distinto y que nos invite al riesgo de probarlo. Si es distinto, muy posiblemente nuevo, será un riesgo. Que sepa, no hay otra manera de buscarlo sino asumiendo esos riesgos.
El proceso bolivariano tiene como objetivo empoderar al pueblo. "Comuna o nada" sigue siendo la consiga de empuje hacia ese objetivo. Para avalarlo se muestra la existencia de miles de comunas, consejos comunales y otras instancias que podemos asumir como parte de tal empoderamiento.
Podemos preguntarnos por qué es importante, vital en el discurso oficial, la existencia de la comuna, y completar tal pregunta ¿no es en el "lugar" de la producción (fábrica) donde el obrero (por eso es el sujeto social) adquiere conciencia de la explotación y de que la riqueza que produce sólo alimenta la propiedad privada de tales medios, pero, en general, la propiedad privada de toda expresión del capitalismo (servicios, inmuebles, tierras, etc.)?
Además, una interpretación marxista, central según mi manera de ver, es la que privilegia el trabajo al considerarlo como esencial a la vida del hombre, esencial porque crea nuevos objetos, hechos, relaciones, conocimientos, etc.. Por lo tanto no hablaba Marx, ni me refiero aquí, al trabajo asalariado.
Allí, donde ocurre el trabajo asalariado, repito, sólo es posible sentir, tener conciencia de la explotación. Pero de algo mucho peor: de la enajenación del trabajador, es decir, de eliminarle la condición creativa de su trabajo para convertirlo, al trabajo, en generador de riqueza monetaria para el inversionista y, de la cual, recibe el trabajador un salario. Este trabajo destruye la opción creadora y, por lo tanto, embrutece, y, al hacerse normal, natural, aliena.
Pero, de nuevo, por qué tanto interés en la comuna.
Según he leído tiene mucho tiempo de existencia tal idea y experiencias, pero, en el pensamiento marxista, desde Prokoppin (), y en otros, más acá, Simón Rodríguez (), hoy Armando Rojas (), interpretaron que el espacio, el "lugar" tienen tanta importancia como el tiempo, la historia, para la creación de conciencia en el ser humano (mujer y hombre).
Esta interpretación tiene que ver con el hecho de que sólo en el espacio ocurren las relaciones sociales, que generan tal espacio para ello. Ambos son abstracciones y se concretan en el territorio y en la muestra de tales relaciones. Como diría mi abuela, si no muestras en palabras y hechos lo que quieres a alguien, tal amor no existe.
Otra cuestión se hace presente. El capital, convertido en relación social, ocupa todas las otras relaciones sociales, obligando a que se piensen, se interprete como natural, que están por debajo de aquella (el capital, su reproducción). Por eso, el capital también se interesó en producir el espacio.
Como ejemplo, veamos como espacio producido por el capital al centro comercial, donde hay una fiesta permanente, fiesta que une lo que está fragmentado en intereses particulares, espacio de propietarios de la producción de riqueza, sometidos todos ellos a uno mayor, el inversionista dueño del centro comercial, es decir, de la fiesta. Por debajo de ellos está el consumidor, que no existe sino por eso, por ser consumidor. Más abajo aun esta el trabajador asalariado. Este espacio sustituyo al espacio público en las relaciones sociales. Todos, los de todo período anterior, incluido el del reciente liberalismo, como lo sería "la plaza".
En esta especie de forcejeo por el espacio es el que obligó a preocuparse por ese espacio de vida que llamo "lugar", comunidad, comunalidad. Allí podría ocurrir la generación, creación de nuevas relaciones sociales productivas: de afecto, conocimiento, inclusive, de producción de objetos, que permitieran escapar de ese bodrio, en el que convirtió al trabajo, la creación de la burguesía como lo es la fábrica.
Sin embargo, entiendo que lo que es un verdadero logro es la sustitución de un poder burgués o, más bien, liberal, por el comunal, por tanto, de "todos". Se sustituye la jerarquía, origen de tantas dominaciones, por la horizontalidad y el nombramiento de uno o más individuos como "jefes" en el lugar y momento que se requiera. Por supuesto es inmediata la pregunta: ¿Cuántos poderes municipales o de gobernación ha sustituido el conjunto de comunas y poderes populares?, ¿cuántos servicios y, posiblemente, producción de objetos están en manos de tales organizaciones comunales? ¿cuándo las fábricas regresarán a producciones más cercanas e inmediatas a la comunidad y menos dependientes de mezclas venenosas para preservarlas?

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