domingo, 24 de agosto de 2014

Encuentro desde un pueblo revolucionario y libertario

Estamos dentro de una encrucijada muy desoladora y difícil de tragar que aún así empieza a convertirse poco a poco en un renacer del pueblo luchador y rebelde, pueblo que dio al traste con la cuarta república e impulso la bases de una revolución popular, bolivariana, de base, socialista. Muy poco a poco, demasiado lento quizás, y mucho mas allá de cualquier chavismo administrado por arriba o por abajo, de manera inevitable la rebelión vuelve a sentirse en la rabia colectiva. ¿Qué hacer, herman@s, compañeros y comapñeras de todas las edades y lugares de un mismo pueblo?.

Una historia de quince años llena de controversias y atada a la figura de Hugo Chávez por 14 años, ha traído resultados, como era de esperar, muy contradictorios, desastrosos si lo vemos en el campo moral y productivo; pero al mismo tiempo muy esperanzadores desde el punto de vista de la conciencia social construida, hoy materializada en iniciativas autogobernantes que se multiplican por todo el territorio.

Los enemigos han sido inmensos pero muy mal determinados a la hora del impulso de las luchas. La primera etapa de este proceso, abiertamente movilizadora e insurgente, efectivamente creó las bases para que en esta tierra por primera vez se hable abiertamente de poder popular, socialismo, autodeterminación, estrategia nuestramericana de los pueblos, internacionalismo, justicia y una democracia autogobernante de las mayorías. Se derrotó la vieja oligarquía, seguimos derrotándola en sus expresiones más radicales, se construyó una nueva hegemonía clasista y libertaria, pero al mismo tiempo un enemigo igualmente poderoso y burgués creció ante nuestras espaldas convirtiéndose en una burocracia cada vez más autocrática y corrupta que terminó degradando al punto de lo inaudito la dirección revolucionaria.

Su interés era y es acabar con la revolución para llegar a como dé lugar a un sistema pactado con la burguesía que reconozca la revolución como un pasado cristalizado, retórico, eclesial y de culto a la personalidad desaparecida de Chávez, donde se le dé continuidad únicamente a los instrumentos que le permitan seguir teniendo de rodillas a un inmenso movimiento popular que administran según sus intereses. Es la utilización de la renta ya no sólo como vehículo de enriquecimiento de una clase social privilegiada sino como herramienta política de desmovilización, cooptación e impedimento de la revolución popular, democrática y socialista, que está en la raíz de todo este proceso.

Como libertarios y revolucionarios todas estas jugadas y degradaciones no nos deberían traer mayor sorpresa. Todo poder constituido, una vez que logra su estabilización hará todo lo posible por reproducirse utilizando las herramientas de poder que tiene a la mano. En este caso la renta petrolera, el atrapamiento partidista del movimiento popular, y “el pueblo en armas” contra su propia revolución.

No ponemos la más mínima fe en estados coloniales y capitalistas, derivados de todas las traiciones acumuladas contra la rebelión igualitaria de las mayorías desde la independencia para acá. Pero también hay que ser autocríticos y entender que ante la “opción de poder” que aquí se dio desde el 199, la actividad fascista y conspiradora de la vieja oligarquía, y el imperialismo yanky que creó las bases de la polarización política, no supimos entendernos fuera de ella como una alternativa autónoma que vaya mucho mas allá de gobiernos y líderes mesiánicos. O si lo hicimos no pasó de ser un acto de conciencia individual o grupal crítico sin consecuencias claras desde el punto de vista organizacional y práctico.
  
Un plano de organización de base que pudo haber crecido sin alardes pero muy claro de que la revolución necesitará, como ya es evidente, de un nuevo movimiento insurgente que quiebre la contrarevolución que crecería dentro del propio estado y el pueblo que subsume a su lógica.

Desde hace años, y a pesar del intento hecho entre el 2003 y el 2007 de avanzar en ese sentido, el paso no ha podido darse, diseminándonos en todo el país en colectivos y movimientos que juegan a la sobrevivencia negociando su rebeldía con algún acuerdo beneficioso con lo que es sólo una ilusión, o se mantendrán aislados y sin fuerza. Hechos como la lucha Yukpa o el retroceso del control obrero, la misma formación del PSUV y la legitimación del orden autocrático, nos hablan muy bien hasta qué punto una vez que comienzan a desatarse las luchas emancipadoras más importantes (por la tierra, por el control obrero y social, por la autodetermiancación de los pueblos) , a la hora de dar la pelea, ellas no contaron ni cuentan con una vanguardia colectiva capaz de enfrentar las consecuencias burocráticas y represivas que nos iban a venir, como era natural. Por el contrario y como sabemos, muchas veces quedándonos atrapados en la decisión última que pudiese tomar la fracción de gobierno allegada o en última instancia el mismo Hugo Chávez, quien por igual quedó atrapado y enfermo dentro del circulo contrarevolucionario que él ayudó a crear a su alrededor.

La historia sin embargo sigue su curso y es posible reabrir el ciclo revolucionario antes de que sea tarde, lo cual es muy pronto por lo visto. Pero ya no es posible seguir con ilusiones absurdas. La historia y mucho más las revoluciones que marcan los acontecimientos que la obligan a transformarse, es tarea de los pueblos en lucha, de la única clase productora que es la clase obrera consciente de ella misma y actuante en ese sentido. La hacen ellos, generan otra política, jamás se ilusionan con las bondades tácticas de un enemigo que es estructural: el Capital y el Estado, hoy convertidos en un gigantesco poder global y asesino, como lo vienen probando.

Muchas cosas debemos discutir en ese sentido. Mercado, economía, propiedad, precios, autogobierno posible, comunas y control obrero hoy, metodologías de construcción de poder popular, defensa, comunicaciones, educación libertaria. Pero lo más importante a nuestro parecer y dada la crítica situación histórica en que nos encontramos, una vez que ha hecho crisis total el modelo militar-burocrático-corporativo, que le permitió a los mandos reaccionarios y antiéticos de gobierno convertirse en la nueva burguesía, en el poder que son; es que nos encontramos ante una necesidad política de organización común que incluso nos trasciende.

Bloques populares se forman y luego se deshacen ante la incapacidad de dar el salto orgánico hacia lo que hemos llamado un “tercer sujeto”, “otra política”. Las vanguardias no pasan de la instancia critica, en algunos casos movilizadora y confrontativa en su espacio concreto, pero no se atreven a pensarse, hacer, organizarse en función de un nuevo salto revolucionario ya ineludible si pretendemos profundizar un proceso que ya lleva 25 años, con las consecuencias buenas y malas que conocemos.

No hay que perder tiempo por lo desastroso de la situación, tanto a nivel económico como político, pero al mismo tiempo tampoco perdamos energías si el horizonte no lo aclaramos por entero entre nosotros. La movilización, la lucha diaria, la crítica, la construcción de nuevas experiencias liberadoras, la lucha hegemónica de las ideas, tiene que derivar en un fin orgánico entre nosotros, de lo contrario será tiempo perdido.

  
Desde la Asamblea de Militantes de Caracas proponemos un Encuentro entre nosotros, luchadores libertarios y revolucionarios con ese fin principal, para el mes de Octubre, dando tiempo para hacer propuestas y saber quiénes habremos de participar. El horizonte una vez planteado en la organización del Movimiento 13 de Abril-PNA vuelve a estar sobre el tapete pero esta vez con mucha más razón y necesidad, con nuevas generaciones que no participaron de los orígenes de todo este transcurrir de lucha pero que son las llamadas a liderizar el nuevo salto insurgente. La historia nos aclara en ese sentido, la corriente histórico-social sigue aprendiendo de sí, de sus luchas, de sus enemigos, de sus errores, de sus nuevas caras, experiencias y planteamientos.

Tres puntos de discusión proponemos:

1.     Prioridades en la lucha de hoy, su contexto, sus nuevas formas y métodos de resistencia, el reimpulso del poder constituyente de base.
2.     La política a plantear: definitivamente los pasos para la construcción de nueva sociedad igualitaria, el estado, la economía interna, su política frente al mundo aterrorizado por el imperio y el mercado globalizado.
3.     La organización a construir: su razón de ser hoy, las decisiones inmediatas a tomar, sus etapas de consolidación.

¡¡Volvemos por todos los caminos!!
¡¡Todo el poder para el pueblo!!


Asamblea de Militantes de Caracas



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