EL ESTADO TERRORISTA DE ISRAEL ROMPIÓ LA TREGUA
Como ocurriera en las últimas 48 horas, en que a pesar de estar negociando, los sionistas
siguieron atacando al pueblo palestino, ahora vuelven los bombardeos y la muerte de civiles
El Ejército sionista bombardea la Franja tras impactar tres cohetes en suelo israelí
Un combatiente de las Brigadas Ezzedin Al Qasam, brazo armado de Hamás, el lunes en un túnel de Gaza / MOHAMMED SALEM (REUTERS)
Israel y las milicias palestinas han vuelto a la carga. La cuarta tregua, con su correspondiente ronda de contactos con Egipto como mediador, expiraba anoche sin posibilidad aparente de resucitación. Los desacuerdos entre las dos partes, “intensos, de raíz”, según una fuente palestina, se hicieron más profundos después de que, a primera hora de la tarde, volviera el fuego cruzado.
Israel Bombardeó diez objetivos en la Franja, todos ellos denominados “terroristas”. Con el fuego físico también comenzó un fuego dialéctico, de acusaciones cruzadas, que consumió las horas de tregua que faltaban.
Enseguida, hubo una reaccion a través del lanzamiento de misiles hacia el territorio judío. Los proyectiles lanzados contra Israel el martes fueron al menos cinco. No hubo reivindicación alguna y Hamás llegó a decir que no tenía “conocimiento” de ellos. Fue el mismo escenario que el pasado jueves cuando, tras acordarse otro cese de hostilidades de cinco días, hubo cohetes y bombas a un lado y otro de la frontera. Entonces, las negociaciones en El Cairo no se anularon. El martes formalmente tampoco nadie lo había hecho a última hora de la tarde, pero las delegaciones explicaban que se estaba “dejando morir” el último plazo de calma que las partes se habían dado, de 24 horas. Sin embargo, los mediadores egipcios insistían en que se estaban haciendo aún “esfuerzos sustanciales” por salvar un acuerdo que debería llevar paz a la zona.
“Queremos un acuerdo, estamos interesados en alcanzarlo, pero no hay progresos y los ataques de Israel tratan de presionar a nuestros enviados”, denunciaba Sami Abu Zuhri, portavoz de Hamás. Mark Regev, portavoz de Netanyahu, decía lo contrario: “Hamás ha roto la tregua. Esa es su voluntad de paz”. Sus palabras fueron reforzadas por Marie Harf, portavoz adjunta del Departamento de Estado norteamericano, que acusó a los islamistas de romper el pacto porque, aunque no lanzaran los cohetes, “son responsables” del control de Gaza. Por la noche, las dos delegaciones aún estaban en El Cairo, atendiendo los requerimientos de los egipcios, según fuentes palestinas.
El fin del cerco en la Franja y la desmilitarización de las facciones armadas eran los ejes de un debate que ahora nadie sabe si podrá retomarse. Fuentes militares confirman que, si todo se rompe, su plan no es volver a activar la Operación Margen Protector con toda su fuerza. Se aplicaría, al menos en las primeras horas, la idea de “calma por calma” y “disparos por disparos”. El 58% de los judíos de Israel aún creen que hay que seguir luchando contra Hamás hasta que se rinda, sin acuerdo, indica un sondeo de la Universidad de Tel Aviv.
Los ataques del Ejército israelí hirieron el martes a al menos a dos niños, según el Ministerio de Salud de Gaza. Miles de ciudadanos, temerosos de que el asedio comience de nuevo con la intensidad del mes pasado, volvieron a marcharse a las escuelas de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA). En estos centros y en casas de familiares aún quedan más de 380.000 gazatíes que no pueden volver a sus viviendas, destruidas o seriamente dañadas. En el sur de Israel se volvieron a abrir los refugios antiaéreos públicos en un radio de 40 kilómetros y se reforzó la Cúpula de Hierro, que interceptó dos proyectiles.
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