domingo, 31 de agosto de 2014

Farc no tienen nada para repartir: “Jesús Santrich”


El integrante de las Farc en la mesa de negociación, dice que si se quiere acabar la guerra debe haber un compromiso de convivencia y respeto mutuo.

Alias "Jesús Santrich" es integrante del Estado Mayor Central de las Farc y desde el 2012, hace parte de las negociaciones que adelanta el Gobierno con esta guerrilla en La Habana, Cuba.

Es el encargado de las comunicaciones de las Farc, a través de la red clandestina de emisoras como la Cadena Radial Bolivariana. Además, participó en los diálogos en San Vicente del Caguán.

En entrevista exclusiva con El Colombiano, Santrich respondió sobre el papel de las víctimas en la mesa, el modelo de reparación que propone el grupo guerrillero y su responsabilidad en el conflicto armado colombiano. Frente a la pregunta de reparación a sus víctimas afirmó que en las Farc todo es colectivo y no tienen nada para repartir. 

¿En la negociación, en qué se ha avanzado más allá del acuerdo parcial de los puntos discutidos hasta ahora?
"No hemos negociado nada con el gobierno, dialogamos poniendo de presente los problemas fundamentales de orden económico, político y social que tienen las mayorías en Colombia y que en concreto tienen que ver con la desigualdad, la miseria y la carencia de democracia. Hemos recogido las reivindicaciones que las organizaciones sociales y políticas populares han presentado en los foros de discusión de los temas de la Agenda de La Habana y en sus jornadas de protesta, y las hemos convertido en las propuestas mínimas que llevamos a la mesa y que son públicas. El avance ha consistido en lograr esos tres acuerdos parciales sobre reforma agraria, participación ciudadana y nueva política antidrogas, que son formulaciones para mejorar las condiciones de vida de los colombianos. Aparte hemos avanzado en constituir una Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas que debe comenzar a esclarecer los orígenes, causas, efectos y responsables de la larga confrontación que padece nuestro país". 

¿Cuál ha sido el momento más álgido en dos años de negociación?
"Resolver los problemas enormes, profundos y de tanto raigambre histórico de una guerra que se ha prolongado por más de medio siglo, no es una tarea sencilla, presenta múltiples dificultades y momentos de tensión que no es del caso detallar aquí porque hace parte de las controversias necesarias que tenemos y que las partes hemos acordado mantener en la discreción". 

El encuentro con las víctimas ¿qué beneficios trae al proceso de paz?
"Se trató de un acontecimiento histórico que permitió que las partes, los garantes y los acompañantes escucharan de viva voz de la gente del común que sufre los dolores de la guerra, sus propios dramas. Pero también se escucharon sus anhelos profundos de reconciliación sobre la base de la verdad, el respeto y el mutuo reconocimiento. Este certamen llena de mucha esperanza y compromiso a las partes, y creo que en gran medida al conjunto de la sociedad que escuchó en la rueda de prensa de las víctimas del conflicto, y en los comunicados que se emitieron, que la voluntad de la gente está en que las partes no se levanten de la mesa hasta llegar a un acuerdo que ponga fin a la guerra".

Las Farc proponen la creación de un fondo para reparar a las víctimas. ¿De dónde deben salir esos fondos para esta reparación?
"Hablamos de disponer inmediatamente recursos presupuestales para financiar resarcimientos materiales durante, por lo menos una década, mediante la creación de lo que denominaríamos un Fondo Especial para la Reparación Integral, con participación de las organizaciones nacionales de víctimas. Hemos dicho que esto se constituye en imperativo, son de las cosas que no pueden condicionarse a la firma del Acuerdo Final.

Ahora bien, ¿de dónde sacar estos recursos? Esta no es una pregunta de respuesta simple. Uno puede decir que el solo desescalamiento de la guerra o la firma de un acuerdo bilateral de cese el fuego puede liberar recursos que hoy se despilfarran en la confrontación. Recordemos que por lo menos 6 puntos del Producto Interno Bruto están dedicados a la guerra, y eso representa sumas multimillonarias que deben fluir más hacia la inversión social y hacia la solución de problemas como los que padecen las víctimas". 

Hablando de las víctimas de las Farc, ¿cómo sería la reparación por parte del grupo guerrillero a los afectados por sus acciones? 
"Nosotros siempre hablamos desde la orilla de los perseguidos y afectados por el conflicto que impuso el régimen para garantizar la acumulación capitalista que hoy se expresa, por ejemplo, en los porcentajes de tenencia de la tierra. Usted sabe que, por poner un caso, un tercio del territorio nacional, alrededor de 40 millones de hectáreas, está en manos de los latifundistas ganaderos. Esa realidad de desigualdad se ha construido a sangre y fuego, asesinando, despojando y desplazando a la población rural, sobre todo. Entonces, en este país donde algo más del 80% de la victimización la han causado el Estado y sus paramilitares, lo esencial es resolver este tipo de problemas que son los que causaron y mantiene la guerra. Lo demás digamos que viene como consecuencia. 

Me refiero a que como consecuencia de un Acuerdo Final, el Estado, como máximo responsable de esta confrontación, y el Estado, reconstituido para establecer la justicia social y la paz, debe garantizar los derechos de todas las víctimas. Esto incluye a quienes hayan sido afectadas por acciones equivocadas o por errores de la insurgencia. La parte que concierne directamente al resarcimiento de las personas que pudimos haber afectado durante la confrontación es más de orden moral, está más ligada al reconocimiento de las faltas que pudimos haber cometido durante esta confrontación tan larga y desigual en la que en nosotros y nuestras familias también hemos sido afectados". 

Pero, las Farc tienen bienes que sirven para la reparación de sus víctimas...
"Todo lo que tenemos es colectivo. Nadie en las Farc posee bienes personales como guerrillero, así que no tenemos nada que repartir. La reparación en lo material, como producto del Acuerdo Final implica, reitero, que en el nuevo orden institucional que surja, el Estado en su nueva estructura debe encargarse del resarcimiento de todas las víctimas del conflicto y disponer los recursos para implementar los acuerdos en función del establecimiento de la justicia social y la paz".

Las Farc expresaron que según estudios, en Colombia hay más víctimas del Estado y los paramilitares que de la guerrilla, pero la Unidad Nacional de Víctimas reveló que son más las víctimas de la guerrilla que otros actores armados. ¿Por qué el desbalance? ¿Falta reconocimiento de las Farc de sus víctimas?
"No, no se trata de un desconocimiento de víctimas por parte de las Farc. Lo que pasa es que generalmente las cifras de una instancia como la Unidad Nacional de Víctimas se construyen tomando fuentes mismas del Estado que están sesgadas y apuntan a toda costa a incriminar y descalificar a la insurgencia y ocultar la responsabilidad del Estado en la guerra. Ese tipo de información el Estado también la usa como arma de guerra, guerra de desinformación, de manipulación de las conciencias para descalificar al adversario". 

¿Sienten que las víctimas estarían dispuestas a perdonarlos? 
"Nuestra lucha es porque todas las víctimas sean reconocidas y reivindicadas. En Colombia ha habido un largo conflicto donde el conjunto de la sociedad es víctima. Esto comenzando por las consecuencias dolorosas de las políticas económicas que matan más gente que la guerra misma. En ese sentido creemos que el tema del perdón que es un asunto de la conciencia íntima, no se puede condicionar ni utilizar como instrumento de estigmatización política o de show para que se satisfaga el morbo de la prensa y de los guerreristas que se esconden detrás de la manipulación de los sentimientos ajenos. El perdón es una definición de la conciencia de cada quién. Todos cargamos nuestros dolores y sufrimientos y si no tenemos la decisión del perdón, por lo menos debemos tener la determinación de la convivencia en medio de las diferencias de pensamiento, si queremos que esta guerra termine".

¿Qué le dirían a sus víctimas?
"A quienes hayan sido afectados injustamente por acciones nuestras, de todo corazón sí les pediría perdón y trataría de encontrar reconciliación. Particularmente creo que se requiere una contrición de todos quienes hemos actuado en la guerra y un gesto simbólico de perdón político que surja de la responsabilidad colectiva que existe en Colombia alrededor de la permanencia de la guerra: debemos salirnos del campo de la vindicta y construir alteridad. Ya particularmente hay cosas que yo no se las perdonaría a nuestros victimarios, pero repito que si queremos acabar la guerra, por lo menos debe haber un compromiso de convivencia y respeto mutuo". 

¿Habrá respuesta para las víctimas que piden saber dónde están esas personas que estuvieron en poder de las Farc y nunca más volvieron a saber de ellas?
"El fenómeno de la desaparición forzada es un asunto cuya responsabilidad se centra en el Estado y sus paramilitares. Voltear la argumentación presentándola como si fuera el resultado de comportamientos y políticas de las Farc, es un falsedad muy repetida de manera premeditada por los grandes medios de comunicación que pretenden posicionar la idea de una guerrilla victimaria de la que incluso el Estado es víctima. 

No obstante, hemos dichos que estamos dispuestos a ayudar a ubicar sitios donde haya habido combates y eventualmente pudieron quedar soldados y guerrilleros muertos sin poder ser rescatados. Hay algunos casos en nuestras filas, y seguramente que en filas de la contraparte, en los que nunca irán a aparecer combatientes que fueron impactados por bombas o explosiones fuertes. Esto es lamentable, doloroso, pero ocurre en la guerra". 

¿Hay disposición para reconocer a sus víctimas?
"Nosotros hablamos desde la orilla de los perseguidos y no como victimarios. No obstante reconocemos que en algunos casos pudimos afectar a gente inocente; esto como producto de errores o de equivocaciones, no como política o acción sistemática. Entonces, como revolucionarios estamos en el deber de reconocer lo que nos corresponda y reconciliarnos con los afectados y ofendidos".

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