Se acabó la oposición, o por lo menos 6 millones que
los seguían: ¡huele feo!
Raúl
Bracho.
Ese silencio tan callado, ese silencio de
funeraria que flota por el aire del este de Caracas, me tiene preocupado. Aquí
pasó algo muy serio y no nos hemos dado cuenta ni sirios ni troyanos.
Creo que ese silencio huele a muerte, a
sepultura y a defunción. La gente que creía que podían sacar a Chávez y que
estaba montadita en el autobús del progreso está mal, burda de mal mi pana. Hay
que hacer algo, ellos no tienen la culpa, ellos creyeron en Capriles y se
llevaron su coñazo, no hay otra palabra, disculpen. Pero además estaban súper
seguros de que aquí ya venía un fraude y acto seguido un golpe y cuando salió
Capriles a reconocer que les ganamos ganaito, que no hubo fraude, claro
clarito, coño, allí se les acabo el respiro, el mismo líder los terminó de
joder.
No se tu, pero yo creo que aquí está
pasando algo muy feo. Esa gente quedó a la deriva, sin enemigo contra quien les
provoque luchar y sin el líder que tenía guardada la carta del golpe y esto los
destrozó, yo no los veo ni los oigo. ¿Tú los oyes o ves? Creo que están en
estado catatónico. Se quedaron con los ojos claros y sin vista. Ellos ya no
creen en nada ni en nadie y eso es algo que hay que atender urgente.
Yo pido a nuestro nuevo ministro de
comunicaciones que asuma eso de informar a los que no están convencidos, es un
deber. Estos 6 millones se quedaron en el limbo electoral, están esperando que
alguien los socorra, que venga la quinta flota o que vengan los mercenarios y
les digan que todo fue una joda. Pero eso de ver a todos los jefes de estado
del mundo, a los mismos gringos reconocer el nuevo gobierno de Chávez ya sin
vestigios de gorila, o mico, o simio o dictador, sino como presidente democráticamente
electo por tremenda mayoría, eso los tiene locos, de verdad verdaita, se los
digo.
Yo tengo mis amigos opositores, como
cualquiera de ustedes. A mi no me ha llamado el primero. Yo no me atrevo a
llamarlos yo, sabes por eso de que crean que les quiero restregar la victoria
en la cara, cosa que sería incapaz de hacer. Pero ninguno aparece, se perdieron
del mapa. ¿a usted no le pasó eso?
Hay que llamarlos, pienso. No para hablar
de la victoria ni nada de eso, para decirles que la vida sigue, que el mundo no
se acababa el 7 de octubre, ganara quien ganara. Que seamos amigos. Quizá y de
a poquito irles curando las heridas que les deja globovisión, que menos mal y
se acaba en Marzo, y no porque Chávez, ese dictador que ya no existe, la quiera
cerrar, sino porque se le acaba la concesión. Allí está el problema que más me
preocupa.
Tenemos un grave problema de salud
mental, os lo digo. Esta gente no asume que Chávez se quedará seis años y ahora
siente que su líder le cerró el camino al golpe. Ellos no están dispuesto a
quedarse, los que puedan se van a ir pa Miami o España los que sean
descendientes. Pero.. ¿y los pelabolas? Nadie me va a decir que los 6 millones
eran oligarcas que puedan pagarse un pasaje a otro país y tener como sobrevivir
en esos países en crisis.
Creo que los refugios van a tener que
adaptarse para recibir a esta gente que está traumatizada. Y después de la
próxima victoria en diciembre, en la que ya pronostico que ninguno está
dispuesto a calarse una cola para que le pase otra vez lo mismo, esto va
aponerse peor.
La ministra de salud, Reverol y todo el
gobierno debemos crear micro misiones para rescatar a los hermanos majunches.
No hay más camino!!!
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