LA HORA DE LA VERDAD, ¡CUIDADO CON UNA VAINA…!
ELECCIONES 2012
MIGUEL MATOS S.J
12 de julio 2012
Asumir como criterio para decidirse por quién votar en estas próximas elecciones haciendo una sumatoria de los huecos de las calles, del número de apagones, de los episodios de corrupción, de “porque no te entregaron la casita que te habían ofrecido”, o algo parecido, insisto, usar de esas referencias para decidir por quién vas a votar significaría una alarmante y peligrosa ignorancia o desinformación sobre la geopolítica venezolana, latinoamericana y mundial.
Que el venezolano usara en otros tiempos esos criterios para dar su voto a un Lusinchi o a un Luis Herrera, con todo el respeto que ellos nos merecen, sería desconocer dramáticamente lo que está sucediendo hoy en ese mundo en el que Venezuela es hoy por hoy una clave de inimaginable importancia. Uno no se explica cómo hay gente que uno valora por su inteligencia, agudeza y cultura y que sin embargo en esta realidad se mueva con unos análisis tan anacrónicos del país y del mundo que nos retrotraen a los tiempos de la Venezuela república bananera, patio trasero de los Estados Unidos, a los “ta´brato dame dos”.
Mientras que las elecciones de los últimos cuarenta años de alguna manera constituían eventos casi folclóricos en los que estaba asegurada una continuidad muy poco apasionante, pero con pocas posibilidades de tragedia; hoy, en este 2012, sí estamos ante una alternativa en la que no puedo tener como criterio el desempeño más o menos bueno o malo del alcalde que me tocó o del escándalo de corrupción que se “destapó” en una entidad pública. Unos huecos en la calle , unos apagones, incluso la misma violencia e inseguridad alarmante son síntomas muy graves de incapacidades muy puntuales y que deben ser combatidas con todas las fuerzas. Pero nada de eso puede llevarme a arriesgar los aumentos anuales del salario mínimo, los casi dos millones de pensionados del seguro social, los casi cuatrocientos mil universiarios, los 350 estaciones de Barrio Adentro encaramadas en los cerros, los 420 mercales incrustados en los espacios más marginales, la posibilidad de comerciar nuestro petróleo con quien queramos o comprar nuestras armas a quien nos convenga sin tener que mendigar el permiso de la administración norteamericana, la posibilidad de seguir incrementando una Latinoamérica que ya no es “patio trasero”, las miles de personas que gratuitamente recuperaron su visión , los centenares de miles de viviendas entregadas, la libertad de expresión respetada a pesar de todos sus efectos, los millones de niños recibiendo dos comidas diariamente en su escuela, el crecimiento de la organización popular y tantas y tantas cosas más.
Señores, convénzance, estos logros y tantos otros más del proceso bolivariano que vivimos, son ideológica, pragmática, estratégica, políticamente incompatibles con el modelo neoliberal que quiere enterrarnos disimulada y casi clandestinamente la oposición. En otros tiempos podríamos dudar sobre la conveniencia o no de este modelo, pero hoy tenemos el continente entero europeo y los mismos Estados Unidos agonizando en su mayor crisis económica, política, social y cultural por haber aplicado ese modelo económico de la manera más ortodoxa. No hay sino que ver el incremento desmesurado de la tasa de suicidios en unos países que hasta hace poco “escandalizaban” por su vida de derroche, y eso, por nombrar algo tan minimamente concreto.
A estas alturas es poco menos que infantil, apoyar una candidatura titiritezca que distrae con actuaciones simplonas a la población, gracias a la millonada de sus recursos, mientras los personajes que sí serían los que gobernarían al país, ya están haciendo “subastas” con Venezuela, intercambiando sus apoyos económicos con promesas sobre los espacios más constitutivos de nuestra nación: pedevesa, el metro, la CANTV,etc.
Les advierto a ese sector de la población, que no deja de despertar mi perplejidad por la superficialidad de su conocimiento de la realidad mundial y a la ignorancia que exhiben sobre el terrible ajedrez que se juega hoy en el mundo. A ese sector a quienes unos sentimientos de muy poca valía, les han secuestrado la sensatez , la sindéresis, y algunas veces , hasta la misma honestidad y un mínimo patriotismo. Les recuerdo, que no deben exponerse a un futuro en el que tengan que “llorar como niños engañados lo que no supieron defender como hombres y mujeres inteligentes”.
miguel matos s.j
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