Y
el genio escapó de la botella...
Una
visión de la Revolución Bolivariana de Venezuela
en marzo de 2018.
Ángeles
Maestro. Red Roja
Hay
una guerra abierta contra el pueblo venezolano y nos concierne
directamente. El silencio o la pasividad son cómplices necesarios
del crimen.
El
imperialismo yanki está reproduciendo contra el pueblo venezolano
los mismos mecanismos, la misma lógica que le ha llevado a generar
327 golpes de Estado en 25 países latinoamericanos entre 1902 y
2002. Una y otra vez, el gobierno del país que invierte en gasto
militar el 40% del total mundial, el triple que China y 9 veces más
que Rusia, ha lanzado todo su arsenal desestabilizador sobre cada
pueblo que ha intentado hacerse dueño de sus recursos y construir su
propia historia. Los mecanismos son siempre los mismos:
- La guerra mediática que criminaliza las acciones de cada gobierno para levantar a su pueblo contra él y, sobre todo, para descargar sus potentes mecanismos de manipulación informativa sobre otros pueblos. El objetivo es aislar, romper todos los mecanismos de solidaridad.
- El bloqueo económico y financiero. La provocación del desabastecimiento mediante el asedio y el sabotaje, al que se une el aislamiento financiero, para a continuación atribuir al gobierno la responsabilidad sobre sus consecuencias.
- La guerra social, utilizando mecanismos abiertamente fascistas para provocar la escalada de la violencia y, en definitiva, la desestabilización.
- El asesinato del liderazgo revolucionario.
- El golpe de Estado militar, orquestado por las agencias de inteligencia del imperio y ejecutado por una parte de la jefatura de las fuerzas armadas locales, al que le sigue la guerra abierta contra el pueblo si hay resistencia.
Ése
es el arsenal de guerra que, procedente de EE.UU., pero también de
diferentes países de la UE y de socios locales de las grandes
potencias, cayó contra la misma Venezuela, Paraguay, Guatemala,
Nicaragua, Brasil, Argentina, Bolivia y un larguísimo etcétera en
América Latina, pero también contra la URSS, Vietnam, Corea,
Ucrania, Iraq, Libia, Siria, República Democrática del Congo,
Burkina Faso y decenas de países en todos los continentes,
incluyendo la guerra fascista contra la II República española.
Similar
maquinaria, que incluye todos los tipos de guerra, es la que derrocó
al gobierno de la Unidad Popular en el Chile de Allende y es la que
se estrella, mil veces derrotada, contra la Revolución cubana.
Y
no es sólo el imperialismo norteamericano. La UE, y especialmente el
Estado español que tiene poderosos intereses económicos en América
Latina, secunda ejecutando su parte del guión e interviene de forma
creciente en los procesos de desestabilización de los países en los
que tiene presencia.
Todo
ésto es tan evidente, el guión – mil veces repetido – es tan
fácil de identificar que la inevitable pregunta de por qué las
autonominadas izquierdas europeas, miran para otro lado o colaboran
directamente con el imperialismo, se convierte en una acusación.
En
Madrid, la actuación de la alcaldesa Manuela Carmena, sostenida por
Podemos, con doce de sus concejales apoyando la recepción en el
Ayuntamiento a los familiares del golpìsta Leopoldo López, autor
intelectual e instigador de la guarimba fascista de 2017 que dejó
decenas de personas asesinadas, sólo puede ser calificada de
colaboración criminal. Exactamente lo mismo que la vergonzosa moción
votada por la alcaldesa, junto a PSOE, Ciudadanos y PP para «exigir
a las autoridades venezolanas la inmediata
liberación de
Leopoldo López, Antonio Ledezma y todos los presos políticos
actualmente encarcelados en Venezuela»1.
Y
esa colaboración criminal de las élites políticas de la susodicha
izquierda, que permanece impune, coadyuva decisivamente a la
ignorancia de los pueblos en la medida que contribuye a dar
credibilidad y legitimar la cotidiana manipulación mediática.
La guerra
económica contra Venezuela y sus formas de resistencia.
La
historia de la Venezuela Bolivariana ha sido, como la de todos los
pueblos que enfrentan el imperialismo, la historia de la guerra
económica, que es una guerra de exterminio.
El
terrorismo adoptó explícitamente la cara del fascismo en 2017. Los
asesinatos de decenas de personas, muchas quemadas vivas, el incendio
de universidades, escuelas, centros de salud, medios de transporte no
bastaron para derrotar a un pueblo y a un gobierno que optó por el
recurso a la participación popular llamando a la votación de su
Asamblea Constituyente.
La
criminal intentona desestabilizadora del año pasado intentó
consumar lo que la guerra económica no consiguió. Estas fueron, y
siguen siendo,sus armas:
- Hundimiento de los precios del petróleo durante cuatro años consecutivos. En 2016, el barril de petróleo cotizaba a 22 dólares, provocando una caída de los ingresos estatales del 87%. Mientras tanto el riego/país, medido por las agencias imperialistas como bien sabemos, se dispara y Venezuela debe pagar la deuda más cara del mundo
- Provocación del desabastecimiento de alimentos, medicinas y piezas industriales. Se ejecuta, no mediante caídas en la producción sino acaparamiento y sabotaje en la distribución ocasionando sobreprecios abusivos en el mercado negro. A ello se une el embargo comercial impuesto que impide la llegada a Venezuela de las compras gubernamentales de estos productos.
- Hundimiento del bolívar mediante la inflación inducida. Para definir su valor en intercambios comerciales se aplica como Factor de Conversión el valor de la moneda en el mercado negro; pasa así de cambiarse a 1 dólar por 50.000 bolívares, a 1 dólar/200.000 bolívares. Este mecanismo altera también los precios internos con la consiguiente inflación y encarecimiento de la producción.
- Sanciones financieras con el objetivo de aislar a Venezuela del sistema financiero internacional.Esta escalada de sanciones económicas por parte de EE.UU. y la UE, concretadas en la orden Ejecutiva de Obama en 2015, intensificada por Trump, basa sus ataques en la identificación de Venezuela como “Amenaza inusual y extraordinaria para la Seguridad y la Política Exterior de los EE.UU”.
La
resistencia del pueblo, que incluye formas importantes de
construcción de poder popular como las Comunas, ha sido la
respuesta. Como dijo recientemente Faustino Covarrubias, director del
Centro de Investigaciones sobre la Economía Mundial, de Cuba, la
resistencia es el canto a la vida, frente al clamor y destrucción y
muerte.
En
medio de esta guerra económica cuyos resultados más graves no se
miden en dólares o euros, sino en sufrimiento y muerte perfectamente
evitables, la unidad entre la mayor parte del pueblo pueblo y el
gobierno no se ha quebrantado.
Como
sucedió en Cuba durante el periodo especial, la caída brutal de
ingresos del Estado no ha tenido como consecuencia recorte alguno en
el gasto social. Todos los mecanismos de protección social,
especialmente en sanidad y educación se han reforzado. En medio de
la guerra económica Venezuela ha continuado facilitando a todos sus
estudiantes de uniforme, libros y comedor escolar gratuito, mientras
en Colorado (EE.UU.) se despedía a una responsable de comedor
escolar por facilitar comida gratis a niños hambrientos2.
El Sistema Nacional de Salud, desde la atención primaria hasta el
nivel más alto de especialización hospitalaria, cubre a toda la
población. Desde 2011 a 2018 se han construido y entregado 3
millones de nuevas viviendas, incluyendo equipamientos sociales y
urbanísticos. El objetivo es re-urbanizar el 40% del país en 5
años, lo que incluye actuaciones integrales sobre el habitat, el
empleo localizado y el conjunto de las condiciones de vida.
A
todo ello se añade la consideración de la cultura como asunto
estructural, por lo que se prioriza descolonizar la sociedad
venezolana.
Frente
al desabastecimiento alimentario provocado por la guerra económica,
los seis millones de venezolanos y venezolanas con más dificultades
reciben cada 21 días su bandeja de comida en los Comités Locales de
Abastecimiento y Producción3.
Sin ocultar la escasez de determinados medicamentos, muchas veces
dramática, como los antihipertensivos, inmunosupresores, cierto tipo
de antibióticos, anti-retrovirales, etc, y para asegurar la máxima
eficacia en la distribución, se ha puesto en marcha un programa de
entrega a domicilio - 0800 SALUDYA - de los fármacos prescritos de
forma totalmente gratuita.
Y
es aquí donde se desvelan las razones de la manipulación
informativa sobre los pueblos de Europa, los de países ricos donde,
mientras banqueros y empresarios aumentan de forma insultante sus
beneficios, las condiciones de vida de la clase obrera se hunden: la
sanidad y la educación públicas se privatizan y deterioran, cientos
de miles de familias son expulsadas de sus casas por no poder pagar a
esos mismos banqueros rescatados con cientos de miles de millones de
euros de dinero público, el 30% de los pensionistas no retira de la
farmacia los medicamentos prescritos desde que se introdujo el
copago, el hambre, la falta de luz y de agua se extiende por los
barrios obreros y los suicidios se disparan.
El petro
y el camino para romper la dependencia.
En
palabras del Vice-Presidente de Planificación Ricardo
Menéndez, lo que está en juego en Venezuela no es la gestión de un
Gobierno, es el conflicto histórico de lucha de clases. Es la
confrontación, no contra una burguesía industrial, sino frente a
una oligarquía terrateniente que se apropió en la década de los 40
de la renta petrolera y desarrolló las redes de comercialización y
distribución de productos. De ahí su poderío para colapsar el
abastecimiento del pueblo y su disposición a entregar el territorio
nacional a cambio de las migajas que les deje el imperialismo.
Por
ello el Gobierno Bolivariano no tiene más opción que asumir que
está ante un enfrentamiento total, una guerra a muerte con el
imperialismo y sus secuaces locales, semejante a la que vivió la
URSS en 1918 o a la Guerra Civil española de 1936. Y de esa guerra
total sólo se puede salir victorioso asumiendo la construcción del
socialismo – que significa inevitablemente la propiedad social de
los medios de producción y los recursos naturales - y rompiendo la
dependencia económica.
La
apuesta del Gobierno de Venezuela, tal y como expresó el
Vice-Presidente Menéndez, es “romper con las venas abiertas de
América Latina”. Para ello es imprescindible, desde la necesaria
base material que pueda surgir de la socialización del sistema
productivo, reordenar y diversificar el la economía priorizando la
industria agroalimentaria, la producción de medicamentos y la
industrialización en general, adoptar un nuevo patrón tecnológico
y sustituir importaciones.
La
creación del petro es, tanto una respuesta a la falta angustiosa de
moneda circulante, como sobre todo, a la ruptura de la dependencia
frente al dólar. Una de las formas más eficaces que adopta el
sabotaje es la salida masiva del país de bolívares. Muestra de ello
es el vuelco de un camión en Paraguay con 30 toneladas de bolívares
venezolanos4
o los 300.000
millones de bolívares, muy aptos para fabricar dólares falsos, que
están en poder de las mafias internacionales dirigidas desde
Colombia5.
El
petro es una criptomoneda, moneda digital a la que se aplican medidas
de seguridad de encriptamiento. Es un dinero bancario que se utiliza
mediante tarjeta y cuya emisión estará respaldada por 100 millones
de barriles de petróleo, que actuarán como aval. Cada
petro equivale a un barril de petróleo.
Tal
y como plantea Camilo
Torres,
Viceministro
para el Desarrollo de
las Tecnologías
de la Información y la Comunicación del Poder Popular el objetivo
es romper el bloqueo financiero y detener el deterioro que sufre el
bolívar por la escalada inflacionista inducida. Rusia, China e Irán,
no sólo han expresado su respaldo al petro, sino que han manifestado
su interés por emplear sus propios “petros” como instrumento
para eliminar el dólar de sus transacciones económicas6.
El
objetivo no es por tanto desplazar al bolívar, nombre de alto
contenido político para la soberanía nacional. A finales de este
mes de marzo se iniciará la venta pública de petros y la
transformación de bolívares en petros y viceversa.
Y lo
más importante de todo es que el petro puede ser el instrumento
monetario apropiado para la relación monetaria con las 2000 Comunas
que funcionan en Venezuela, de las que varios centenares cuentan ya
con su propia moneda.
La Comuna venezolana,
realidad de poder popular y embrión del socialismo.
El
socialismo no nos va a caer del cielo, así como de la nada; o lo
hacemos o no lo hacemos. Y hay que hacerlo, sobre todo, desde abajo,
desde los municipios, desde las esquinas, desde los campos, desde
cada milímetro del territorio, hay que construir el socialismo. Y
para construirlo hay que saber qué es lo que estamos construyendo, y
hay que estudiar mucho. Y hay que utilizar la ciencia, la ciencia. No
hace falta ser un científico de esos que fabrican cohetes para ir a
la luna; no, no, la ciencia popular, la lógica, el buen sentido, el
sentido social; la conciencia del deber social, de que antes que
nosotros está la sociedad (…) Tenemos
que crear unidades productivas socialistas, la propiedad social,
acabar bueno con ese modelo excluyente del capitalismo y eso requiere
mucho pensar, mucho planificar y mucho hacer...7
Estas palabras pronunciadas por Hugo Chávez en 2009 no
cayeron en saco roto, no fueron palabrería vacía.
En 2009 se aprobó la Ley Orgánica de Comunas impulsada
por Chávez. En el Consejo de Ministros del 20 de octubre de 2012,
pocos meses antes de su muerte y en lo que pareciera un testamento,
Chávez le dijo a Maduro: "Nicolás, te encomiendo ésto como te
encomendaría mi vida: las Comunas".
En
mi reciente visita a Venezuela tuve la oportunidad de visitar una de
las Comunas más emblemáticas “El Panal 2021”, en el municipio
“Libertador” de Caracas y en la parroquia más famosa por la
combatividad de su pueblo la “23 de enero”.
Nada
más entrar nos detuvimos ante el banco de la Comuna, el BanPanal.
El compañero que nos acompañó, Jefferson González, conocido como
“el Cucaracho”, nos dio una lección de economía política.
“Muchas Comunas han querido crear un banco porque no hay bolívares
y querían resolver el problema de la moneda - nos explicaba – sin
saber que antes de montar un banco hay que producir. Lo primero fue
la panadería, después llegó la producción de arroz y muchos otros
alimentos, la cría de peces, la empresa comunal textil, etc “.
En
la empresa textil “las abejitas del panal”, cuando se les ofrece
a quienes allí trabajan un precio por sus productos, responden: “el
precio del producto lo ponemos nosotros en asamblea”, “nosotros
no somos mano de obra de nadie. Somos una fuerza productiva”.
La
moneda de esta Comuna, el Panal, respalda la producción local y en
ella se hacen todos los intercambios en su interior. La cosecha
recolectada es comprada por la Empresa Empaquetadora de Granos y
Azúcar El Panal 2021 (medio de producción social de la Comuna)
directamente a quienes producen, sin intermediarios. Esta empresa
empaqueta la producción y la distribuye a través de la Red de
Abastecimiento de ésta y otras comunas, junto a otros alimentos como
azúcar, lechuga, café, queso, huevos, verduras, pollo, pescados y
otros, cumpliendo así el ciclo productivo que garantiza la
distribución de alimentos8.
El objetivo no es obtener beneficios, el centro no es el mercado, es
el abastecimiento de la población.
Quienes
venden empanadas, helados y cualquier tipo de mercancías, cambian
cada día sus panales a bolívares, a un cambio establecido de un
panal por 5.000 bolívares. Allí no hay ningún otro banco, y tras
más de dos años de funcionamiento, estiman que ahora un panal vale
ya 7.000 bolívares.
El
banco se ha convertido en un instrumento de planificación y los
excedentes se dedican a lo que decide la asamblea: deportes, cultura,
educación, producción. La Comuna posee también radio y televisión
propias.
“No
queremos su ayuda humanitaria, la del imperialismo. Sabemos que si
nos derrotan vendrán a acabar con todo, a matarnos a todos”, nos
explicaba Cucaracho.
En
cuanto a la seguridad de la Comuna, su pilar es el funcionamiento
colectivo como “inteligencia social”. Las múltiples cámaras son
preventivas y disuasivas. Tanto allí como en otras Comunas, reinaba
antes el narco. Ahora han logrado erradicar la droga que carcome
otros barrios en los que la policía no ha logrado nada. El método:
la comunidad se hace dueña de los espacios. Donde antes se
traficaba, ahora hay canchas de baloncesto, de fútbol, de voleibol.
El
compañero Cucaracho nos explicaba, socarrón: si vemos a uno que
anda por ahí trapicheando le preguntamos, y cuando responde “estoy
vendiendo marihuana”, le decimos “pues vete por ahí a dar una
marivuelta”.
El
secreto de todo es la participación en las tareas de la Comuna, cada
cual en su fuerte: el deporte, la música, la agricultura, la
educación, la sanidad. En cuanto a la educación, nos explicó,
actuamos a partir de que el centro de todo el proceso no es sólo la
escuela, sino también la casa y la sociedad. Nos fijamos en Paulo
Freire, tratando al alumno como sujeto pensante. La educación se
hace “de sujeto a sujeto”.
Un
hecho que da cuenta de la importantísima incorporación de las
mujeres es su masiva presencia en los órganos de dirección de las
Comunas. El 60% de los Consejos Comunales están dirigidos por
mujeres, así como el 80% de los Comités Locales de Abastecimiento y
Producción.
Todo
se decide en la Asamblea Patriótica de la Comuna. Las
personas responsables de cada unidad son elegidas y revocadas por
ella, y rinden cuentas una vez al mes, y “si hay algo que cambiar,
se cambia”.
Hay
integrantes de la Comuna que fueron altos cargos en ministerios o en
ayuntamientos, todos siguen viviendo en el barrio. Para las Comunas,
si un líder no está cerca del pueblo, ejerce una dirección
“aérea”. Quienes lideran surgen de su
seno. A veces se alzan un poquito para mirar y después
vuelven a él. Los cuadros, nos dijo, entran en el Estado para
desempeñar tareas de dirección y después vuelven al pueblo. “Si
una Revolución se burocratiza, ya no es Revolución”.
Robert
Langa, líder político y moral de la Comuna, dirigente de la
organización Alexis Vive9,
nos cuenta como se fijaron en la experiencia yugoslava y la de los
koljoses en la URSS para colocar la producción al lado de la
distribución y cambiar la P de populismo por la P de producción.
Hay que insurreccionarse desde la producción, nunca más ser
dependientes.
La
Comuna también se ocupa de la defensa general. En 2011 la Fundación
Alexis Vive realizó un simulacro de toma de Caracas con cohetes de
fuegos artificiales en conmemoración de la masacre del 27 de febrero
de 198910
. El video del cohetazo puede verse aquí11.
No
queremos desprendernos de “estar abajo”, explicó. No queremos
que nos protejan sino que nos transfieran poder. No queremos
reconocimiento sino asumir espacios de decisión.
Su
escenario, su teatro de operaciones, como decía Robert, no es sólo
Venezuela. Promueven “las Fuerzas Populares del Sur” como
expresión de la unidad de los pueblos latinoamericanos.
Las
Comunas lo tienen muy claro: somos los tierruos,
los
hediondos,
los de la
patá en el suelo.
Son
sin
duda el corazón del proceso Bolivariano y la parte más avanzada en
el interior de la lucha de clases que, inevitablemente, la atraviesa.
Al
despedirnos de la Comuna El Panal nos dijeron: en la Comuna usamos la
palabra camarada. Camarada es
amor, compañerismo, alegría, solidaridad... Si a mí me preguntaran
¿quién es Chávez?. Yo diría: un camarada.
Resistir
para vencer
En medio del sabotaje y de la guerra económica y mediática
orquestada por el imperialismo euro-estadounidense, la Venezuela
Bolivariana tiene bazas importantes para vencer:
- A diferencia de la Unidad Popular chilena, las fuerzas armadas constituyen uno de los principales bastiones de la resistencia anti-imperialista y de la defensa de su Revolución.
- La resistencia del pueblo y sus formas organizativas de construcción de poder popular, incluida la de auto-defensa, tienen un elevado grado de conciencia y determinación.
- La resistencia del pueblo venezolano ha crecido aprendiendo de la más heroica experiencia de conciencia anti-imperialista, la del pueblo cubano defendiendo su Revolución.
Además Venezuela no está sola y no sólo por el importante apoyo
que le brindan países como Rusia, China e Irán, o el Alba, o
Mercosur. Si EE.UU. no se ha atrevido a lanzar una intervención
militar abierta es porque teme que el conjunto de América Latina se
convierta en un polvorín. En países cuyos gobiernos son aliados
suyos como Argentina, Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Guatemala u
Honduras - éstos dos últimos objeto de recientes golpes de Estado
auspiciados por los USA - se prevén estallidos sociales a corto
plazo como consecuencia de la implementación de políticas de ajuste
contra las clases populares y que podrían desbordarse en el caso de
una agresión abierta contra Venezuela.
Quienes
vivimos en el vientre de las bestias imperialistas tenemos la enorme
responsabilidad de luchar para impedir que los gobiernos que actúan
en nuestro nombre ahoguen con sus manos criminales a un pueblo
decidido a romper las cadenas, a conquistar su soberanía y a
escribir su propia historia. Ésa es nuestra responsabilidad, porque
como afirma el Frente Antiimperialista Internacionalista,
recientemente constituido en el Estado español: Estamos
en guerra, aunque los frentes de batalla estén fuera de nuestras
fronteras12.
Marzo
de 2018
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