domingo, 13 de abril de 2014

Y  VOLVIERON
Es evidente que la violencia promovida por la oposición ya le reporta al sector de la derecha algunos logros, especie de premios de consolación, a falta del premio gordo que esperan alcanzar. El trato benevolente como  sucedáneo no les cae mal, a ninguno de los integran la MUD y menos  a la burguesía, sector de nuestra sociedad de la que algunos de estos personajes son miembros o sencillamente sus representantes autorizados. Quizás sea muy temprano aún para poder evaluar los daños que los lacayos del imperialismo ya le han causado al desarrollo de la revolución venezolana, exactamente en estos últimos dos meses. Sin embargo, es justo reconocer que  en el corto periodo transcurrido desde que Maduro fue electo presidente, aquí no ha habido tregua.                                                    .
Aún cuando los documentos que describen el formato de guerra no convencional que fue desplegado contra el presidente Salvador Allende es de libre circulación, estos papeles son poco divulgados y/o menos que conocidos por la dirigencia chavista. Este desconocimiento de la historia, o el desprecio por su estudio, explica en parte la actitud timorata asumida por el gobierno frente a las continuas y graves agresiones desatadas contra el pueblo venezolano, por el sector capitalista. Al principio comenzaron con  el acaparamiento, la baja en la producción y la insuficiente distribución, acciones tendientes a provocar el alza en los precios de productos considerados como de primera necesidad, a esto le añaden otro ingrediente violento como lo es y sigue siendo  la especulación y el contrabando de extracción.  Todos estos golpes en lo inmediato causan una desmejora y malestar creciente en la calidad de vida de la población, están calculados para conseguir acrecentar una masa de adeptos que les permita ejecutar a la fuerza la salida del presidente Maduro. Este es su plan original y a él no van a renunciar.
A propósito, voy a narrar brevemente el encuentro reciente que tuve con un vecino, un viejo camarada, luego de saludarnos y comentar los hechos sucedidos, me dijo: “esta gente del gobierno son capaces de repetir la misma pendejada de Chávez y salir con un crucifijo en la mano y perdonarlos, estos bandidos lo que merecen es cárcel y más nada”   -Así es le dije-   -Así mismo es que es, me contestó-  Para luego acuñar: “aquí lo que más daño le hace al gobierno y a los muchachos es la ignorancia y la droga de la religión, carajo chico, hasta cuando somos pendejos”  Hasta aquí dejo esta anécdota. Luego, mientras caminaba hacia la casa recordaba que el día anterior había leído en Aporrea la opinión de otro viejo camarada, sobre la necesidad de apelar, en este crucial momento a los dogmas revolucionarios; mejor dicho a esas verdades incuestionables, irrebatibles, que no pierden validez por lo  evidentes que son. Con mayor precisión: ideas, frases, pensamientos que sencillamente son  un axioma.  Seguramente ni a mi vecino, ni al profesor Valderrama los van a llamar a formar partes “del dialogo con los sectores productivos del país” De  esto estoy seguro. A los escuálidos puede ser que los perdonen, lo que sigue siendo imperdonable es la crítica revolucionaria.
Y volvieron, el mismo golpe traicionero, el mismo odio de clase, la misma mala voluntad, la misma decisión de que hay que salir de esto como sea. Pero por ahora, al igual que en el 2002 les falló el siniestro calculo. Lo novedoso  es la transformación del partido de Leopoldo López en cuerpo militar para la lucha callejera. Círculos terroristas, entrenados para la lucha urbana, verdadera vanguardia fascista inspirada seguramente en la Hitlerjugend de la Alemania nazi y en Falanges Juveniles de Franco.  La otra novedad que debemos reseñar es lo difuso, poco claro e impreciso que luce el modelo de socialismo que el alto gobierno dice que construye con la ayuda de los sectores privados capitalistas. Pero esto no es nuevo, desde hace ya bastante tiempo muchos de nuestros dirigentes siguen viendo el peronismo como un modelo a seguir. Tal vez, ignoran, desconocen o esconden que Juan Domingo Perón realmente opinaba que los regímenes fascistas eran: “un ensayo de socialismo nacional, ni marxista, ni dogmatico”   Cualquier parecido con el discurso “ideológico” de algunos de nuestros dirigentes, debe ser y es plena y absoluta coincidencia  con este pensamiento.


Alirio Acosta

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