miércoles, 23 de abril de 2014

El cazador de gazapos 

Día Internacional del Libro: ¿y los horrores ortográficos?

Por Ángel Cristóbal (Especial Prensa del Sur)

El 23 de abril es un día simbólico para la literatura mundial, ya que en este día y en el año de 1616 fallecieron personalidades como Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. La celebración de este día fue una decisión espontánea tomada en la Conferencia General de la UNESCO que se celebró en París en 1995, para rendir un homenaje universal a los libros y sus autores. En homenaje a esta jornada, escribimos hoy sobre el uso y abuso de préstamos de otros idiomas, como el Inglés, que empañan el ya de por sí opaco espejo de nuestra lengua madre. Pero antes, digamos que Día Internacional del Libro se escribe con mayúscula inicial en los tres sustantivos que la forman, como recoge la RAE.

E-book e e-reader equivalen en español a ‘libro electrónico’. En español se ha impuesto la forma libro electrónico para aludir tanto al soporte como al texto que se lee en él, aunque para el primero también se usan las expresiones lector electrónico y lector de libros electrónicos.

La sigla DRM, proveniente de la voz inglesa digital rights management, se corresponde en español con las expresiones gestión de derechos de contenidos digitales y programa anticopias, dependiendo del contexto.

Tal como queda recogido en el Diccionario panhispánico de dudas, el término royalty designa la ‘cantidad que se paga al propietario de un derecho a cambio del permiso para ejercerlo’, en cuyo caso se pueden emplear términos en español como regalías o canon.

El anglicismo copyright, que significa ‘derecho de explotación y reproducción de una obra intelectual, artística o científica’, puede traducirse al español por derechos de autor o derechos de edición. No obstante, si por alguna razón se prefiere usar el término inglés “copyright”, ha de hacerse en cursiva, o entre comillas si no se dispone de ese tipo de letra.

Stock es un extranjerismo innecesario. Formas genuinamente españolas como existenciasreservas o sobrantes pueden suplir a la voz inglesa.

La palabra estand (plural, estands), adaptación hispanizada de stand, que se emplea con frecuencia en las noticias sobre las ferias y congresos relacionados con el libro y la edición, ya está recogida en el Diccionario académico con el significado de ‘instalación dentro de un mercado o feria, para la exposición o venta de productos’. Otras alternativas a estand pueden ser caseta, puesto o expositor.

La voz inglesa paperback, que alude al material con el que se fabrican las tapas de los libros, equivale en español a edición en rústica o a libro de tapa blanda, aunque a veces también se traduce por edición de bolsillo, ya que este tipo de ediciones casi siempre presentan encuadernaciones de tapa blanda.

Best seller es ‘superventas’. También se pueden ver las formas best-seller, con guión, y bestseller, todo junto. En todo caso, se trata de un anglicismo prescindible, pues el término español superventas significa exactamente lo mismo, tal como queda recogido en el Diccionario académico: ‘Dicho de un libro, de un disco, etc.: Que han alcanzado un extraordinario número de ejemplares vendidos’.

Exlibris se escribe en una palabra y sin resalte tipográfico. El exlibris es la etiqueta o sello grabado que se estampa en el reverso de la tapa de los libros —al que también se denomina segunda de cubierta, segunda de forros y retira o retiración de cubierta—, en la cual consta el nombre del dueño o el de la biblioteca a la que pertenece el libro. Según la última edición de la Ortografía académica, al ser un latinismo plenamente asentado en español, se escribe en redonda y en una sola palabra: «exlibris».
   
Fe de erratas no es lo mismo que fe de errores. La primera hace referencia a la lista de errores tipográficos que aparecen en un libro, mientras quefe de errores suele aludir a las informaciones erróneas que aparecen en los periódicos.

Librerías de lance, también conocidas como librerías de viejo, librerías de anticuario y librerías para bibliófilos, aluden a aquellos establecimientos que se dedican a la venta de libros usados o raros.

Incunable. El término incunable se aplica a los libros que fueron impresos entre el nacimiento de la imprenta en Occidente, en 1453, y el 1 de enero de1501.

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