sábado, 16 de noviembre de 2013

Lee Harvey Oswald fue un asesino solitario, y los intentos de presentarlo como un agente de la CIA o del KGB fue una maniobra propagandística, afirma Oleg Nechiporenko, coronel en retiro del KGB.


En 1963, dos meses antes del asesinato de John Kennedy se encontró en México con Lee Harvey Oswald. En la embajada entrevistó al norteamericano, quien de nuevo quería partir a la URSS. En una entrevista exclusiva con La Voz de Rusia, Oleg Nechiporenko expuso sus impresiones de aquella conversación y de por qué los servicios secretos no querían colaborar con Oswald.
-Oleg Maximovich, usted escribió un libro sobre el asesinato del presidente Kennedy, estudió a fondo el caso de Lee Harvey Oswald y, se encontró personalmente con él en México, en 1963. ¿Qué puede decirnos de esa persona? ¿Puede dibujar su retrato psicológico y dar sus impresiones de aquel encuentro?
-Mis impresiones de él, de mi conversación con Oswald, y al día siguiente cuando lo vi conversando con mis amigos, y las impresiones que intercambiamos una vez que se fue, todas ellas se reducen a la conclusión de que era una persona neurótica, propensa quizás a manifestaciones histéricas. Durante la conversación se notaba el temblor de sus manos. Se sentía que lo embargaba una cierta sobreexcitación. Pero, al mismo tiempo, parecía encontrarse en estado depresivo. En lo que respecta a su inadecuación psíquica, ella no suscitaba en nosotros la menor duda. Oswald hablaba muy cuerdamente, la conversación era en general, lógica, aunque es cierto que a veces, ocurrían cortes incoherentes. Los informes del caso operativo del Comité de Seguridad del Estado que fue instruido a su arribo a la URSS los estudié en Minsk, (donde Oswald había vivido de 1959 a 1962). Por los materiales del caso se deduce que lo distinguía una tenacidad para el logro de uno u otro objetivo. Cuando surgían ante él ciertos obstáculos inesperados, se afanaba con tesón en superarlos. Considerando sus acciones, valga subrayar que, en ciertos momentos podía poner en tensión todas las fuerzas para el cumplimiento de la tarea que se planteara.
-Lee Harvey Oswald estuvo en contactos con la CIA y el KGB. Pero, los servicios secretos decidieron no aprovecharlo para sus fines. ¿Cuál es la razón a su juicio?
 -Para ellos no parecía ser un candidato adecuado para el empleo en unas u otras actividades, y el establecimiento con él de alguna colaboración. En el período de su estadía en la Unión Soviética estaba estrechamente vigilado por el KGB en Moscú. Y después, todo el período de su estadía en Minsk, de su vigilancia se encargó el KGB de la República de Bielorrusia. Pero, no hubo contactos operativos. En lo que respecta a los servicios secretos norteamericanos, en distintos períodos estuvo en el punto de la mira tanto de la CIA como del FBI. Esto ocurrió más aún después de su regreso de la URSS. Cuando estuvo sirviendo en la infantería de Marina estaba bajo la vigilancia de los servicios secretos de la Fuerza Aérea y de la Armada de EEUU. En resumen, unos y otros sospechaban que colaboraba con la parte adversaria. Esto desempeñó un papel clave en que no fuera incluido en el listado de las personas que había que considerar, durante la visita del presidente a Dallas, como potencialmente peligrosas. Podían tenerlo en la lista negra de los sospechosos de espionaje. Este detalle hay que tener en cuenta cuando se plantea que los servicios secretos, ya sea por negligencia o por otras razones, no impidieron sus acciones durante la visita del presidente. Y después de su muerte, los servicios secretos de las partes rivales de entonces aprovecharon el nombre de Oswald, y el hecho perpetrado por él en Dallas, para sus manipulaciones propagandísticas contra el otro. Se difundían artículos de toda naturaleza, en los que se afirmaba que los servicios secretos de un lado estarían implicados en lo que Oswald hizo en Dallas. Pero, sin avalarlo con argumentos concretos y convincentes. Simplemente trucos típicos de la propaganda sucia.
sb/sk/er

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