lunes, 18 de noviembre de 2013

Carta para Clotilde.
Barinas, 16 de noviembre de 2013.

Recibe mi saludo aunque no me conozcas. Te escribo desde el corredor de mi casa teniendo de fondo el sonido ronco, repetitivo de una lavadora semiautomática de MERCAL, entre olores de almuerzo casero y el calor del verano que se anuncia.
Toda la semana estuve viéndote en fotos, vídeos y reportajes. Te envidié calladamente cuando vi que ibas feliz, alborotada, espelucada, triunfante al fin en una batallita. Llevabas tu pecho abrazado, protegido, como protegemos las mujeres todo lo que vamos recogiendo en la vida para nuestra casa,  para nuestros hijos, para nuestro barrio.
Tu batallita Clotilde se suma a la de miles de humildes que están en la calle y otros no tan humildes que se tapan la cara en las colas. Son miles de miles de batallitas ganadas.
El día que te vi llevabas en el regazo, lo que lleva cualquier mujer pobre del mundo. Un poco de trabajo, un poco de diversión, algo para el disfrute de todos. Quizás una  plancha para no apenar a un hijo con ropas mallugadas, quizás una música para disfrutarla más allá de nuestras de nuestras paredes, quizás un aparato raro que terminemos abandonando dentro de unos meses. Así somos las mujeres.
Clotilde, cuando vi la burla que pretendieron hacer con tu cara hermosa que se parece a cualquiera de nosotros, pensé dos cosas. La primera, que era cierto lo dicho en la canción del guariqueño Gino González: los pobres somos  y seremos siempre cara ´e culpables. Lo segundo es que el Presidente Maduro cumplió la palabra como buen hijo de Chávez. Nicolás Maduro metió la lupa, el bisturí, dio un golpe al hígado de la burguesía comercial que es la más parásita de las burguesías.
Clotilde quiero que digas a tus hijos que no se avergüencen. Quiero que le digas que a todos y a todas nos toca cumplir un papel en la lucha por la dignidad y eso tiene sus costos.
Hermana, nos contaste por TELESUR que a ti te ha pasado de todo en la vida. Así es la historia de los pobres. Nos pasan todas la vainas habidas y por haber en el mundo. Nos corren. Se nos muere el marido o la mujer. Vemos un atraco. Se nos arrancha un perro o una comadre en la casa. Se nos cae una pared. Pero en esta Patria de Bolívar, Chávez  y gobernada hoy por Maduro, nos pasan más cosas todavía. Los pobres nos hacemos famosos. Nos sentamos en la primera fila con la prensa internacional y la esposa del Presidente para lucir como compañeras de trabajo, no porque tú  parezcas ser la clásica esposa de un Presidente sino porque ella parece ser una Clotilde como cualquiera de nosotras.  Nos llaman a protagonizar. Nos sentimos orgullosos  y orgullosas de la vida que hemos llevado. Llevamos la vida con dignidad.
Te cuento otra cosa. La derecha que se opone al Presidente Nicolás Maduro hacía meses acusaba al gobierno de tener a los pobres pasando necesidad. Que los pobres no podían comprar nada. Ahora esa misma oposición protesta, se queja y hasta se burla de que los pobres estemos comprando. Quién los entiende Clotilde?
Para la oposición y la burguesía después de tu aparición, el saqueador y el saqueo son otra cosa. Ya no es quien arranca una santamaría y se lleva todo lo que encuentra a su paso en un establecimiento comercial, sino que saqueo es la compra pagada y facturada de cualquier producto realizada por pobres incitados por Maduro. Que arrogancia verdad Clotilde? A los pobres nos pasa de todo. Y en la revolución bolivariana conducida por el presidente maduro pasa y pasará más.
Te dejo mujer … voy a sacar la ropa para aprovechar el solcito veranero.
Un beso.


Yarisma Unda.

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