miércoles, 27 de febrero de 2013


Washington Times y el Nuevo Herald arremeten contra Venezuela


Hoy se cumplen 24 años del día que el pueblo venezolano dijo “basta de neoliberalismo”. El 27 de febrero de 1989, el pueblo salía a las calles en rechazo a los ajustes económicos que hundían a la población en la pobreza. El costo fue caro: los muertos de la represión se contaron de a miles.Como homenaje al pueblo en lucha, desde Washington elaboraron una nueva operación mediática en deslegitimación de las medidas económicas y sociales implementadas por la Revolución Bolivariana. Esta vez, el “Washington Times” se vale de Jorge Cárdenas, que dirigió la Usaid bajo el Gobierno criminal de George W. Bush. Bajo su falsa apariencia de conocedor del “sur americano” este instrumento del imperialismo pinta un escenario de muerte inminente del Comandante y asegura que las medidas que él impulsó y llevó adelante repercutirán contra su base social: los marginados y el pueblo pobre.
Cada argumento que esgrime se hunde en un mar de mentiras. En Venezuela, no es sólo Chávez quien ha decidido dar una batalla contra la burguesía y los grupos privados –nacionales y extranjeros– que han saqueado sus riquezas durante décadas, es el mismo pueblo el que ha decidido que “no volverán”. En su artículo no hay siquiera un dato fáctico comprobable, y fiel al estilo de la prensa buitre, habla desde suposiciones, deseos y fuentes no reveladas.
Llamativo es su lamento frente al achicamiento del sector privado. Y llamativo es también que no mencione el aumento del sector público, a través del desarrollo de las empresas de producción social. Los argumentos que utiliza para demonizar al Gobierno nacional –como la necesidad de préstamos de China– buscan esconder bajo la alfombra la verdadera situación crítica y empantanada que “el gigante del norte” atraviesa.
Por su parte, la publicación norteamericana “El Nuevo Herald” también abonó en la operación. La publicación que se edita en Miami –donde casualmente residen los prófugos de la justicia venezolana– se centró en el morbo sobre la enfermedad del Presidente. La columna de opinión (porque no hay rigurosidad periodística para nombrarla “nota”) pone en duda que el presidente Chávez se encuentre con vida. A su vez, sólo cita voces de opositores, como Teodoro Petkoff –editor del diario opositor “Tal Cual”–, Antonio Cova –sociólogo de la Universidad Católica Andrés Bello, thin tank de los escuálidos–, y del psicólogo social Axel Capriles –quien se pasea desde hace años por los programas televisivos opositores hablando sin rigurosidad científica en contra del Gobierno y el pueblo venezolano–.
Con la subestimación sobre el pueblo venezolano que caracteriza a los sectores de la derecha, hablan de “alucinación colectiva”, “realidad psico-espiritual” y “características mágicas” para referirse al vínculo que la clase trabajadora ha establecido con el Comandante. La ausencia de argumentos políticos revela una vez más la chabacanería de este sector, que no logra comprender que el amor del pueblo hacia Chávez se debe a las transformaciones materiales y culturales que se han llevado adelante, no sólo por el Gobierno, sino fundamentalmente, por el pueblo organizado.
La consigna “yo soy Chávez” revela esta unidad, no desde un vínculo alucinógeno, sino desde los logros concretos que se evidencian, por ejemplo, en la reducción de un 53% de la pobreza desde el 27 de febrero de 1989 hasta la actualidad. Eso, sólo para mencionar algo. Pero también se debe considerar la existencia de más de 10 mil consejos comunales organizados en el país.
Busca manipular el contexto político actual de Venezuela y demuestra la pérdida de hegemonía que el imperialismo yanqui ha tenido en la economía y política nacional. Aunque buscan incidir en el rumbo de la nación, deslegitimando al pueblo y a los funcionarios de Gobierno, no logran fundamentar sus afirmaciones con hechos concretos y cifras empíricas.
El devenir del estado de salud del Comandante es incierto. El futuro de Venezuela y del bienestar del pueblo venezolano no puede predecirse desde las entrañas del país que más operó contra sus intereses. Quienes allí escriben demuestran su desconocimiento y su intención de des-informar a la opinión pública internacional. Quienes allí escriben desconocen la dignidad y la realidad de un pueblo que creó a Chávez, que empezó a soñarlo ese 27 de febrero de 1989 cuando dijo definitivamente: “No hay pueblo vencido”./laiguana.tv

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