miércoles, 27 de febrero de 2013


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En Italia, la centroizquierda consiguió mayoría en Diputados, pero debe negociar con Grillo

Buscan armar una alianza que pueda gobernar

Bersani, el líder del PD, posiblemente llegue a ser el primer ministro, pero las condiciones de gobernabilidad van a ser tales que nadie puede garantizar cuánto durará y qué podrá hacer para reconstruir un país en crisis.

Por Elena Llorente
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Bersani y sus aliados de centroizquierda consiguieron 345 escaños en Diputados.
Desde Roma
“Somos los primeros, pero no hemos ganado. Así, Pierluigi Bersani, el secretario del Partido Democrático y líder de la coalición de centroizquierda, describió el resultado de las elecciones parlamentarias que se hicieron este fin de semana en Italia. Una victoria “a lo Pirro”, dijeron algunos, recordando a este rey de la antigua Grecia que ganaba las batallas que emprendía, pero a veces a tan alto precio que podían hacerle perder la guerra.
Si la “guerra” era reconstruir una gran Italia, acabando con todo lo malo que dejaron casi diez años de gobiernos de Berlusconi, el panorama no se presenta fácil. Bersani posiblemente llegue ser el primer ministro de Italia, pero las condiciones de gobernabilidad van a ser tales que nadie puede garantizar cuánto durará y qué podrá hacer para reconstruir este maltratado país, que vive una de las peores crisis económicas de su historia reciente. Y según las últimas previsiones de la Unión Europea, la recesión durará todo el 2013, por lo cual las perspectivas no son para nada alentadoras.
Los números definitivos obtenidos ayer son elocuentes en cuanto a las dificultades que planteará esta “guerra”. Bersani y sus aliados de centroizquierda consiguieron en la Cámara de Diputados 345 escaños, contra 125 del centroderecha, liderado por Berlusconi, y 109 del partido del cómico Beppe Grillo, Movimiento Cinco Estrellas. El premier Mario Monti y sus aliados de centro consiguieron 45. La mayoría en la Cámara de Diputados es de 316 escaños, por lo cual en este ámbito, Bersani puede estar tranquilo porque la supera.
Pero en el Senado, la diferencia entre el centroizquierda (123 bancas) y el centroderecha (117) es mínima, mientras Grillo obtuvo 54 escaños y el centro, liderado por el premier Mario Monti, 18. El centroizquierda consiguió cuatro bancas de ese total gracias a la circunscripción de electores de América del Sur. En el Senado, ni Bersani ni ningún partido tienen la mayoría (que es de 158 votos), por lo cual teóricamente nadie podría hacer aprobar nuevas leyes sin acuerdos previos.
Ayer martes, desde muy temprano, todos lo partidos políticos estuvieron encerrados discutiendo eventuales estrategias y, sobre todo, tratando de entender cómo salir de este desbarajuste que nadie se imaginaba. El primero en presentar una propuesta fue nada menos que Berlusconi, que ve que se le esfuman buena parte de sus proyectos luego de que desaparecieron sus esperanzas de ganar ampliamente en el Senado, como por lo demás había vaticinado el secretario del Pueblo de la Libertad (PDL), Angelino Alfano. Según Berlusconi “todos, con gran responsabilidad, deberíamos reflexionar: esta Italia no puede no ser gobernada”. Y diciendo esto manifestó estar dispuesto a un “gobernismo”, como lo han llamado, es decir a una coalición de salvataje del país nada menos que con el Partido Democrático (PD).
Pero el PD enseguida hizo saber que no está dispuesto a una alianza con el PDL y que, en cambio, está preparando una propuesta que llevará al Parlamento, dirigida a todos pero particularmente al movimiento de Grillo. “Decimos no a un gobierno PD-PDL, es necesario un gobierno para el cambio. Buscaremos una mayoría en el Parlamento que nos permita hacer las reformas”, dijo una de las dirigentes del PD, Anna Finocchiaro. A lo que Nichi Vendola, el principal aliado del PD con Izquierda, Ecología y Libertad, agregó: “La respuesta más equivocada al voto sería la de un supergobierno PD-PDL. Pienso que se debe ir al encuentro del pedido de cambios que ha manifestado el voto. Grillo no es un fantasma para el cual hay que llamar a un exorcista, es nuestro interlocutor”.
Y Bersani, por la tarde, en rueda de prensa reconoció que el resultado de estas elecciones “es sinónimo de cambio”, por lo cual el próximo gobierno deberá cambiar, “no sólo administrar”. Habrá que ver qué quieren los “grillinos”. “Ellos dicen que se vayan todos, que se vayan todos. Pero ahora están ellos en el Parlamento. Hay que ver qué cosas están dispuestos a hacer por este país, que es el país de ellos y de sus hijos”, enfatizó el secretario del PD.
Grillo, por su parte, el verdadero ganador de estas elecciones, con un partido creado hace sólo tres años, ha evitado a los periodistas, como es su costumbre. Pero al final de la mañana hizo una declaración: “Nosotros no estamos contra el mundo. Analizaremos reforma por reforma, ley por ley, y veremos qué hacer”, dijo. El fundador del Movimiento Cinco Estrellas, que no se presentó como candidato por tener antecedentes penales al haber matado a una persona en un accidente de tránsito, dijo que asistirá a las consultas con los partidos políticos que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, debería comenzar en los próximos días para designar al posible primer ministro. El designado deberá formar un gabinete y presentarse ante las dos Cámaras para ser aprobado.
Los mercados financieros han manifestado ya su disconformidad con lo que está pasando en Italia. La Bolsa de Milán cerró ayer en negativo y los bonos del tesoro italiano, que se pusieron a la venta, tendrán que pagar un interés mucho más alto de lo previsto.
De hecho, el triunfo de Grillo representa el triunfo de la rabia, del desengaño, del “que se vayan todos”, del destruyamos los viejos esquemas. Pero es una actitud destructiva sobre todo. Ahora habrá que ver cuán dispuestos están los “grillinos” a construir y con qué medios.
Cómo será la desorientación también entre la gente que algunos diarios han lanzado en sus portales de Internet y blogs preguntas a los lectores: ¿Cómo salir del laberinto?, les preguntó por ejemplo el diario La Repubblica. Tal vez los comunes mortales tienen más y mejores ideas que los políticos.
 

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